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| Foto: INPEC

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Guardián del Inpec se salvó al aparentar su muerte

Un testigo del ataque en el que murieron cuatro dragoneantes y un recluso narró el angustioso momento.

5 de junio de 2013

Las malas condiciones de la carretera y la falta de un esquema de seguridad adecuado habrían facilitado a las FARC cometer los asesinatos de cuatro guardines del Instituto Nacional Penitenciario (INPEC) y un recluso, este martes en Caquetá, en un hecho en el que, además, la guerrilla robó el armamento de los funcionarios.

Uno de los testigos del ataque le narró a Semana.com cómo uno de los oficiales, el guardián del INPEC Juan Carlos Garavíz Rincón, de 40 años de edad, salvó su vida al aparentar que estaba muerto. “Cuando vio que ya se habían ido (los guerrilleros) y que quienes estaban ahí eran campesinos, se levantó y pidió ayuda. Nos dijo que se llamaba Juan Carlos Garavíz. Lo que hicimos fue subirlo, junto con los tres presos, a un taxi que los llevó a Puerto Rico”, relató la fuente.

Según narró el hombre, cuyo nombre se reserva por seguridad, él se transportaba en un taxi que cubría la ruta Puerto Rico-Florencia, Caquetá. “Nos encontrábamos a la altura del kilómetro 5, entre la vereda La Esperanza y El Diamante. Allí, la vía está en pésimas condiciones, es una carretera pavimentada entre comillas, porque está muy deteriorada. Hace más de 25 años se hizo. El estado de la vía hace que los vehículos tengan que ir muy despacio porque hay muchos huecos”, precisa.

En su  relato, el testigo cuenta que hacia las 8:30 de la mañana escucharon la explosión y las fuertes ráfagas de fusil. Tras los ruidos, decidió bajar del taxi y refugiarse en una alcantarilla. A lo lejos, vio un grupo de hombres vestidos con camuflado que perpetró los asesinatos. Según la fuente, todo ocurrió muy rápido.

“Se veían cuatro o cinco personas con uniformes como los del Ejército, los demás disparaban desde la cordillera. Rematan a los guardianes. Cuando nosotros salimos a ver lo que había pasado, los presos lloraban y pedían auxilio”, narró.

El hombre aseguró que desde hace unos seis meses el vehículo del INPEC comenzó a transitar sin escoltas. “Al comienzo, el INPEC andaba escoltado y con seguridad, pero desde hace seis meses comenzó el vehículo a andar solo, lo que facilitó las cosas. Creo que fueron muy confiados (los guardianes) porque ellos saben que esa zona es peligrosa. La cordillera está muy cerca de la carretera”, manifestó.

La versión del testigo fue corroborada en la noche de este martes por el INPEC. La institución repudió las muertes de sus funcionarios y del interno, y aseguró que los guardianes fueron rematados por las FARC con “tiros de gracia”.

"Este hecho es repudiable. No existe palabra para calificar estos asesinatos en los que perdieron la vida cuatro dragoneantes y un interno. Las autoridades están estudiando varias hipótesis porque resulta inexplicable lo sucedido, pues en la vía que de Florencia conduce a San Vicente del Caguán hay 137 kilómetros, y obviamente no era la primera remisión judicial que hacía el INPEC”, indicó el general Gustavo Adolfo Ricaurte, director de la entidad.

Ricaurte, quien se desplazó a la zona para ponerse al frente de las investigaciones, visitó en Florencia a tres de las familias de los miembros del INPEC asesinados y quienes fueron identificados como Jair Rodríguez, Billy Gibson Cicery Paredes y Esneider Rubio. Mientras tanto, el cuerpo sin vida de Didier Martínez Mejía, el otro guardia del INPEC que murió en el ataque, fue traslado a su ciudad de origen. El dragoneante sobreviviente, oriundo de Cúcuta, fue trasladado a Bogotá en un avión ambulancia.

De acuerdo con el INPEC, en lo que ha transcurrido del 2013 se han realizado 73 remisiones judiciales a Paujil, Puerto Rico y San Vicente, en Caquetá. Las audiencias programadas para este jueves y viernes, que también se efectuarían en San Vicente del Caguán, fueron aplazadas.