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Gustavo Salazar trabajó 20 años como abogado de los principales capos del narcotráfico de Colombia. Se convirtió en el confidente de muchos de ellos. Ahora, está dispuesto a contar todos sus secretos

entrevista

Habla el abogado de la mafia

Gustavo Salazar le reveló a SEMANA los capítulos que le fueron censurados por la editorial que publicó su último libro, 'El confidente de la mafia'.

11 de febrero de 2006

Gustavo Salazar Pineda es uno de los más controvertidos abogados penalistas del país. Unos lo odian y otros lo admiran. En la época de los 80, su nombre saltó a la fama cuando asumió la defensa del líder del

M-19 Carlos Pizarro. Demostró en los estrados judiciales que el movimiento guerrillero no tuvo la intención de realizar un acto terrorista cuando se tomó el Palacio de Justicia. Ganó el caso. Al año siguiente, cuando no había dudas de que el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha había mandado matar al presidente de la Unión Patriótica, Jaime Pardo Leal, Salazar logró convencer a un jurado de conciencia de que el capo era inocente. A partir de ahí, se le abrieron las puertas de la mafia para defender a los narcotraficantes más poderosos. Así lo hizo durante 20 años. No sólo vivió el mundo de la mafia, sino que se convirtió en el confidente de capos como Helmer 'Pacho' Herrera, Pablo Escobar Gaviria y su hermano Roberto, Gonzalo Rodríguez Gacha, Julio César Nasser, Iván Urdinola, Fabio Ochoa y Salomón Camacho, entre otros.

Salazar decidió, el año pasado, revelar lo que le contaron los capos, y escribió el libro El confidente de la mafia se confiesa. Según el abogado, en la editorial española Nombrelatino, 23 capítulos pasaron la prueba y tres que tenían que ver con La otra mafia no fueron publicados. "Lástima que me los censuraron. Yo simplemente cuento lo que sé, lo que me consta y lo que me contaron los capos durante 20 años que viví en ese mundo apasionante y apasionado de la mafia", dijo Salazar, quien decidió revelarle a SEMANA los secretos ocultos que no pudo revelar en su libro.

SEMANA: ¿Qué fue exactamente lo que le censuraron?

GUSTAVO SALAZAR PINEDA: En esos capítulos, relato las alianzas que tuvieron mis clientes con la justicia, con el clero y con la política.

SEMANA: En el caso de la justicia, ¿Cuál es su denuncia?

G.S.P.: Yo no acuso a nadie. Pero yo lo viví. Entre junio y septiembre del 92, y así consta en los expedientes, yo fui defensor de Iván Urdinola. Con su cuñado, Orlando Henao, y con el abogado Vladimir Mosquera, nos reunimos en una casa ubicada a unos 200 metros del Hotel La Fontana, en el norte de Bogotá. Allí, varias tardes escuché cómo se estaba negociando la pena. A las reuniones asistía un señor de unos 30 años que propuso la fórmula para cuadrar al vicefiscal. Mi cliente no tenía derecho al beneficio de rebaja de penas que se concedía por confesión porque la ley lo obligaba a confesar en su primera versión y él lo negó todo. Al final, Francisco José Sintura (vicefiscal de la época) le rebajó la tercera parte de su pena sin haber confesado nada. Miren la sentencia, ahí está. Mi cliente me dijo que eso le había costado 500.000 dólares. Yo invito al ex vicefiscal a que le diga la verdad al país.

SEMANA: ¿Por qué eso no se supo en esa época?

G.S.P.: Claro que se supo. Especialmente el Tribunal Nacional se pronunció y fue enfático en censurar la benignidad de la pena que se le impuso, a pesar de ser un reconocido narcotraficante. La justicia penal debió investigarlo.

SEMANA:¿A qué otro personaje nombra usted en esos capítulos?

G.S.P.: Al ex fiscal Alfonso Valdivieso. Yo fui el abogado del narcotraficante Ernesto Tavera Rodríguez de Bucaramanga. Él le dio 10 millones de pesos para su campaña al Senado de 1994. Y en la época del fiscal Gustavo De Greiff, yo mismo asistí a una reunión en la que se negoció la pena del narcotraficante Salomón Camacho, también de Bucaramanga. Allí nos reuníamos con la fiscal Mary Walker de Toro, para pactar los beneficios que iba a recibir mi cliente. A él le fue muy bien porque jamás lo capturaron.

SEMANA: ¿Y qué dice sobre el clero?

G.S.P.: Yo puedo jurar ante un fiscal que la mafia les dio plata a dos altos jerarcas de la Iglesia. Yo hablé en vida con los mafiosos. Uno es el cardenal Alfonso López Trujillo. Él recibió el dinero en efectivo en el club Unión de Medellín. La plata se la dio Gustavo Gaviria, el primo de Pablo Escobar.

SEMANA: Ya la periodista María Jimena Duzán había denunciado eso en su columna y hoy está demandada por calumnia.

G.S.P.: Bueno, que me demanden a mí también. Ella dijo la verdad. La diferencia es que yo sí tengo las pruebas. Y los testigos.

SEMANA: ¿Cuáles son? y, ¿quiénes son?

G.S.P.: Mire, yo estoy dispuesto a presentar lo que tengo de pruebas. La plata que también le dieron a monseñor Pedro Rubiano. La Iglesia que construyeron en Barranquilla los Nasser Arana. Yo he defendido a gente de todos los carteles. Me falta el de la Iglesia, no más. Espero que muy pronto me llamen.

SEMANA: Estamos hablando de hace muchos años.

G.S.P.: Sí. Eran los tiempos en que la plata rodaba y los jerarcas de la Iglesia salieron beneficiados. Yo reconozco que en esa época recibir plata de los narcos no era delito o no era pecado. Pero me consta que mi cliente Helmer 'Pacho' Herrera, era de los que les daba limosna en dólares. No daba menos de 50.000 ó 100.000 dólares a cada personaje. Eso para todos era un hecho honroso.

SEMANA: ¿Usted es consciente de que se le va a venir el mundo encima?

G.S.P.: Sí. Pero alguien tiene que contar la verdadera historia de la mafia en Colombia.

SEMANA: ¿Por qué lo hace cuando ya la mayoría de personajes de esa historia están muertos?

G.S.P.: Por una sencilla razón. El 70 por ciento de los maridos son infieles, el otro 30 por ciento son mentirosos. Así es la relación de la mafia con Colombia. Aquí manejamos una hipocresía. Yo no tengo por qué mentir, ni tengo por qué callar lo que viví al lado de los mafiosos.

SEMANA: Mafiosos que a usted lo volvieron famoso y que también le dieron una inmensa fortuna.

G.S.P.: Inmensa fortuna no. Pero sí me fue muy bien con ellos.

SEMANA: ¿Qué más revela en los capítulos que no fueron publicados?

G.S.P.: Los play boys de la mafia, sus gustos, sus modelos y sus inclinaciones sexuales. n