¿Cómo estarán las víctimas en La Habana?

Desde cuando se inició el proceso paz y se conoció la metodología de que los puntos serían discutidos por una delegación del Gobierno y otra de las FARC, las víctimas están pidiendo ser incluidas en los diálogos. 

Al menos quieren sentarse con ellos en el punto cuatro de la agenda, que precisamente es sobre víctimas y que comenzará a negociarse después de la segunda vuelta electoral.

Y no sólo han sido las víctimas quienes han pedido estar en La Habana. Personajes como Roy Barreras, presidente de la Comisión de Paz del Senado, y el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, han respaldado esta petición. Otálora, por ejemplo, ha dicho que los indicados para llevar la agenda de las víctimas son sus propios voceros nacionales.

Hasta hoy, la respuesta del Gobierno ha sido que existe la posibilidad de recibir una delegación de víctimas en La Habana como lo dijo a finales del año pasado Sergio Jaramillo, el alto comisionado para la Paz. “El gobierno nacional no solamente apoya, sino que está a favor de que se discuta el punto de las víctimas, los oigamos a ustedes porque ese punto, más que cualquier otro, se debe construir sobre la base de lo que dicen los interesados, en este caso las víctimas”, declaró Jaramillo ante más de 200 representantes de organizaciones de víctimas.

Este jueves el tema surgió de nuevo pero en boca del presidente Juan Manuel Santos. “Las víctimas estarán presentes en la Habana y sus derechos serán respetados y serán parte de la solución […] juntos vamos a estar en las conversaciones para finiquitar la agenda y terminar el conflicto de una vez por todas, cerrar la fábrica de víctimas”, dijo el mandatario en el lanzamiento del programa Participaz, impulsado por la Unidad para las Víctimas.

La gran pregunta es: ¿cómo estarán presentes las víctimas? Desde cuando se inició el proceso, el mecanismo de la mesa en La Habana permite que las delegaciones puedan consultarles a expertos sobre los temas a discutir y además el Gobierno y las FARC reciben propuestas de los ciudadanos y de organizaciones.

Una cosa sería que las víctimas participen en los espacios que ya están establecidos y otra muy diferente es si se sentarán en La Habana a discutir el punto cuatro con los negociadores del Gobierno y las FARC. 

Aunque el mensaje del presidente Santos es alentador, todavía hay muchas dudas sobre cómo será esa presencia de las víctimas en el proceso de paz y si tendrán o no un asiento en Cuba.