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Esta no es la primera ocasión que las víctimas solicitan un espacio en La Habana. | Foto: SEMANA.

DIÁLOGOS

Defensoría mediará para que víctimas estén en mesa de diálogo

En la elección de la Mesa Nacional de Víctimas se solicitó poder hablar con las FARC. Presentaron otras propuestas.

3 de octubre de 2013

Una vez más, quienes han padecido el conflicto le hacen un llamado al presidente Juan Manuel Santos para participar en los diálogos de La Habana. Pero esta vez lo hicieron en la instalación de la Mesa Nacional de la Participación Efectiva de las Víctimas, cuyos 46 representantes se eligieron entre el 1 y el 3 de octubre.
 
Jorge Vásquez, el coordinador nacional de la Mesa, expresó que ellos deben participar en las conversaciones con las FARC para lograr unos acuerdos integrales; mientras que María Esperanza Villalobos, representante de la población discapacitada de Cundinamarca, aseguró que “dialogar con la guerrilla sin incluir a las víctimas es como tener un problema con el esposo y enviar a la suegra a negociar por uno”.
 
Esta no es la primera ocasión en que las víctimas solicitan un espacio en La Habana. Ya habían sentado su posición cuando entregaron las más de 4.000 propuestas a los negociadores del Gobierno y de la guerrilla, con la mediación del Congreso y de la ONU.
 
Ante la petición, el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, tomó partido por primera vez desde cuando se iniciaron los diálogos y afirmó que le pedirá personalmente a Santos la participación de las víctimas en Cuba.
 
“Ustedes (las víctimas) se han ganado el derecho de estar en esa mesa. Por ello, haré la solicitud personalmente para que cuando llegue el punto sobre las víctimas, uno de sus representantes esté en la mesa con las FARC y el Gobierno”, declaró el defensor.
 
En caso de que Santos y sus delegados acepten la solicitud a la que ahora se une Otálora, las víctimas podrían seleccionar un vocero con mayor facilidad que antes, puesto que hoy están más organizados en mesas municipales, departamentales y nacionales.
 
Estos espacios ya existían, pero las víctimas no creían en ellos porque algunos de sus voceros llevaban más de una década sin permitir la renovación de los seleccionados. “Hay víctimas que en realidad son zánganos. Se acostumbraron a pedir y a victimizarnos más. Ya no queremos a esos representantes. Ya todos somos nuevos”, opinó María Esperanza, quien participa en la Mesa de Subachoque (Cundinamarca).

Pero ¿para qué sirven estos espacios? María Rubiela García, representante de Cundinamarca, explica que las 865 mesas municipales, las 32 departamentales y la nacional son el mecanismo para que las más cinco millones de víctimas sepan que tienen derechos pero también obligaciones. García indica que estos espacios garantizan la participación efectiva de esta población en la ejecución de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.
 
“Muchos alcaldes y funcionarios no quieren saber nada de nosotros. Pero con las Mesas nos organizamos y podemos ir a reclamar”, dijo María Rubiela, una de las voceras de las víctimas de homicidio, secuestros y desaparición forzada, delitos llamados contra la vida y la libertad.
 
La renovación de las Mesas
 
Desde mayo del 2013, las víctimas comenzaron su proceso de reorganización. Antes eran 103 representantes: 33 líderes de las víctimas, 33 de las organizaciones defensoras de las víctimas, 15 por desplazamiento, 10 por los diferentes hechos victimizantes y varios más por parte de las minorías étnicas.
 
Además de la poca renovación en la vocería, otro de los grandes problemas era que no todos los sectores se sentían representados. Por ejemplo, no tenían participación directa las mujeres, los adultos mayores, los menores de edad y la población LGTBI.
 
Por ello, la nueva conformación de las Mesas, reglamentada por la Resolución 0588 del 13 de junio del 2013, les da por primera vez un espacio a los sectores que antes estaban excluidos.
 
Es por ello que se habla de representantes por hechos victimizantes y por sectores victimizados (enfoque diferencial). De esta manera, la nueva Mesa Nacional tiene dos representantes por minas antipersonal, dos de violencia sexual, dos de LGTBI, dos de discapacitados, dos de afrodescendientes, dos de los indígenas, dos de la población Rom, dos de los adultos mayores, dos representantes de niñez y adolescencia, dos de las mujeres y 10 de los desplazados.
 
Estos últimos tienen más voceros en la Mesa debido a que el desplazamiento es el hecho victimizante que más se ha presentado en Colombia en los últimos 28 años, según cifras de la Unidad para las Víctimas.
 
Además, la mitad del total de representantes deben ser mujeres. Al número de personas en la Mesa Nacional, se agregaron los voceros de las poblaciones que no se sintieron representadas, quedando 40 líderes de las víctimas.

LGTBI, uno de los nuevos actores

Este es uno de los nuevos sectores que se incluyeron en la participación de las víctimas. Johan Stiven García, representante de Risaralda de esta población en la Mesa Nacional y uno de los seis integrantes del Comité Ejecutivo de la misma, explica que ellos han sido doblemente victimizados puesto que han sufrido el conflicto y, además, han sido perseguidos por su orientación sexual.

"El reto nuestro es comenzar a participar en la elaboración de políticas públicas que incluyan la diversidad sexual. Así le abrimos las puertas a las personas LGTBI que todavía temen hablar de lo que han sufrido", explica García.

Agrega que de esta manera se contribuirá a la creación de unas estadísticas más completas. Según cifras de la Unidad de Víctimas, 375 personas afectadas por el conflicto pertenecen a la población LGTBI.

García explica que, en su caso, tuvo que desplazarse de Medellín y refugiarse en otro país debido a las presiones políticas que recibía por promover los derechos de la comunidad LGTBI. De ahí, llegó a Risaralda y continuó su trabajo hasta llegar a la Mesa Nacional.

Así fue la elección

La selección de los representantes para la Mesa Nacional se hizo desde las organozaciones municipales y departamentales.

Inicialmente, cada municipio seleccionó 19 voceros de todos los hechos victimizantes y por enfoque diferencial. De allí, se eligieron dos líderes para representar el municipio en el departamento.

En estas votaciones, cada departamento eligió un representante de cada hecho y sector para la votación en la Mesa Nacional. Ellos fueron quienes seleccionaron a los representantes nacionales, escogidos dentro de ellos mismos.