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El ministro Juan Camilo Restrepo es quien tiene que liderar la reingeniería institucional que se ocupe del sector rural.

ENTREVISTA

"Llevamos veinte años de olvido de la ruralidad"

Semana entrevistó al Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, sobre los retos y las dificultades que enfrenta el Gobierno si quiere poner en práctica las recomendaciones del informe de Desarrollo Humano “Colombia Rural, Razones para la Esperanza”.

1 de octubre de 2011

El nuevo informe de Desarrollo Humano hace un preocupante diagnóstico del mundo rural colombiano. El país tiene unos índices altísimos de concentración de tierras y desigualdad entre quienes viven en las ciudades y los habitantes del campo. La peor parte la llevan los microfundistas, el 80 por ciento de los cuales está en la pobreza absoluta. Este es el resultado de años de políticas mal orientadas y excesivamente influenciadas por los gremios y las lógicas del mercado. El Estado acabó con las instituciones encardas de regular el uso de la tierra y cuidar el medio ambiente y les dio la espalda a los colombianos rurales justo cuando sufrieron más los abusos de los grupos armados ilegales, que además los despojaron de sus tierras.
 
SEMANA: Después de leer el informe de Desarrollo Humano, Razones para la Esperanza, uno queda con motivos para preocuparse. ¿El Gobierno está de acuerdo con esa radiografía que hace el informe?

Ministro: El informe coincide con lo que ha sido la preocupación del Gobierno desde el 7 de agosto del año pasado, es decir, poner en el escenario de las grandes preocupaciones nacionales el tema rural y la urgente necesidad de tomar medidas públicas para promover la condición de quienes viven en la ruralidad, que son los más pobres de Colombia.

Vemos muchos puntos de coincidencia en los que ya desde hace varios meses viene trabajando el Gobierno. Primero, el informe recomienda que se haga un censo rural en Colombia, que hace 41 años no se hacía. Ese censo ya empezó, el DANE lo está preparando y está proyectado para terminar al final del 2013. Segundo, el informe también recomienda que hay que gravar mejor la tierra, para que no se mire como un activo de especulación o de engorde, sino como un activo productivo. Ese diagnóstico no sólo lo comparte el Gobierno, sino que ya venimos trabajando en se sentido.
 
SEMANA:¿Cómo?

Ministro: En el plan de desarrollo para este cuatrienio se ordenó actualizar el catastro rural, que está muy atrasado. ¿Qué quiere decir actualizar el 70 por ciento? Que el 70 por ciento de los predios estará cerca de su valor catastral a los valores comerciales y eso arrastra de por sí una dinámica muy importante en el predial porque el predial está vinculado al valor catastral.

SEMANA:¿En qué no está de acuerdo con el informe?

Ministro: En que el predial lo dejen de manejar los municipios y pase a manejarlo el gobierno nacional. Pero son más las coincidencias que las diferencias.

SEMANA: Una de las cosas más impresionantes que revela el informe es que se dio una tremenda desinstitucionalización en los últimos tres gobiernos, y que el mercado influyó demasiado en las políticas de Estado. ¿Cómo encontró las instituciones cuando llegó y qué está haciendo para que el sector tenga más Estado en el mercado?

Ministro: Encontramos una institucionalidad hacia el sector rural completamente destruida. Los programas reducidos a su mínima expresión; los recursos públicos, que son escasos, dedicados en gran medida a apoyar la gran agricultura, que es respetable, por supuesto, pero que tiene otros medios para financiarse. En cambio los programas de apoyo a la pequeña y la mediana agricultura estaban completamente descaecidos.

Hemos hecho un esfuerzo para cambiar eso desde el año pasado y le doy dos ejemplos: el programa de vivienda rural para el año entrante es cinco veces superior al promedio que se venía ejecutando y el programa Alianzas Productivas, que es para aglutinar pequeños y medianos agricultores, se ha triplicado. El llamado AIS lo transformamos en un nuevo programa que se llama Desarrollo Rural con Equidad (DRE), ya eso dice bastante. Pero también la institucionalidad. Una de las entidades más importantes es el INCODER para hacer desarrollo rural. Lo encontramos bastante descaecido, no sólo administrativa sino ética y moralmente. Se le está haciendo una reingeniería a fondo.

SEMANA: Cuando usted habla de esa reingeniería en la ética, ¿eso significa cambio de personal?

Ministro: Ya han salido funcionarios y saldrán otros. El INCODER está supremamente infiltrado, sobre todo a nivel regional. Había regionales que estaban prácticamente cooptadas por intereses paramilitares.

SEMANA: ¿Cuáles de esas sedes del INCODER tenían más grado de infiltración para militar?

Ministro: Magdalena, Meta, el Urabá antioqueño, había infiltraciones graves también en otras áreas como en Córdoba.

SEMANA: Llama la atención que ustedes hubieran decidido jugársela primero con un Plan de Choque de Tierras y con la Ley de víctimas, antes de haber organizado el sector si la cosa estaba tan mal por dentro. ¿No era mejor hacer primero la ley de desarrollo rural?

Ministro: La ley de víctimas y restitución de tierras era una primerísima prioridad en la agenda política y hubo el momento parlamentario para impulsarla con gran aliento, pero mientras esa ley se aprobaba, pues transformamos el AIS, crecimos los presupuestos, estamos reestructurando el INCODER. Medidas de desarrollo rural se han venido tomando y ahora vamos a rematar con una ley de mucho aliento que estamos preparando y esperamos llevarla en algún momento de este año a la legislatura nacional.

SEMANA: Esa ley es la otra pata para que la Ley de restitución de tierras tenga futuro y posibilidades de éxito. En eso el tema de la institucionalidad es clave. Para eso el presidente dijo que iban a crear el Consejo Nacional de Tierras y la UNATA, pero también mencionó un nuevo viceministerio para lo rural. ¿Cómo está pensado el andamiaje institucional en la ley y que se va a crear por fuera de la ley?

Ministro: Se van a crear vía facultades el viceministerio de desarrollo rural y una oficina especializada aquí en el ministerio para los asuntos de lo rural. Las otras de la ley las bosquejó el presidente.

SEMANA: ¿Con esa institucionalidad sí va a ser suficiente?

Ministro: Mire, nada es suficiente de entrada, pero por algo hay que ir comenzando porque llevamos 10, 20 años de olvido de la ruralidad. Otra cosa que está muy desdibujada, casi desaparecida, es la asistencia técnica que ha venido quedando en manos de los gremiosa pesar de que la ley dice que es un servicio público y obligatorio que deben prestar coordinadamente el gobierno central y entidades descentralizadas.

SEMANA: El informe menciona que para el desarrollo es crucial que las políticas sean intersectoriales, que tengan un enfoque integral porque lo rural abarca todo. ¿La nueva ley tiene ese enfoque?

Ministro: Bueno, ese consejo nacional de tierras (CONAT) del que habló el presidente es un buen ejemplo porque allí se van a integrar los ministerios, y también en la unidad de aguas y de tierras UNATA, porque una de las falencias mayores que tenemos en este momento en Colombia, paradójicamente, es el uso del agua. Hace 20 años no se construye un embalse regulatorio en Colombia ni un nuevo distrito de riego. Necesitamos tener una política realmente ordenada en materia de irrigación y de aguas, que la hemos perdid;, sin eso no vamos a poder tener desarrollo rural en Colombia.

SEMANA: ¿Y cómo va a funcionar ese Consejo Nacional de Tierras? ¿Qué capacidad real tiene usted de decirle al ministro de minas, que es un par suyo, donde puede o no hacer minería?

Ministro: Hay un manchón negro potencial sobre el 85 por ciento de la tierra agrícola del país, en donde hay concesiones mineras otorgadas. Tiene que haber una autoridad que zanje y que arbitre esos problemas porque hoy no la hay. Y ¿qué se ve en algunas áreas de Cesar, que llegaron las empresas mineras, hicieron la explotación, se van y que dejan? El hueco y el tierrero. Eso no puede pasar. Colombia tiene que tener la lucidez de saber explotar bien sus recursos mineros legales, pero sin arrasar con la agricultura ni con el medio ambiente, ir induciendo unos mejores usos de la tierra.

SEMANA:¿El modelo de la ley es desarrollista, o tiene una visión más integral como lo que propone el informe?

Ministro: En Colombia puede y debe haber agricultura empresarial de gran formato con miras a la exportación, moderna con gran inversión de capital. Colombia no le puede dar la espalda a ese tipo de agricultura, más aún, tenemos que apoyarla, pero así como decíamos que la minería no puede avasallar la agricultura, tampoco podemos avasallar la pequeña y la mediana agricultura del país, que finalmente son las que producen el 70 por ciento de los alimentos, de la que viven tantos millones de colombianos, tenemos que encontrar un modelo de equilibrio.

Otro punto muy importante en el que coincidimos con el informe es la formalización de la propiedad rural. El 40 por ciento de los predios que se trabajan en Colombia son informales, esta es una de las trampas de la pobreza rural porque al no estar formalizado, pues muchas personas no están bancarizadas, no pueden hipotecar, no pueden tener crédito, no pueden tener subsidio, en fin.

SEMANA:¿Cuál es la meta en formalización de tierras?

Ministro: En los cuatro años, dos millones de hectáreas formalizadas. Ya este año vamos a cumplir la primera meta, 500.000 hectáreas, que va de la mano con la restitución.
 
SEMANA: La formalización es uno de los grandes problemas, pero el uso de la tierra es el otro, como bien lo señala el informe. La ley de ordenamiento territorial que se aprobó hace poco habría podido meterse de fondo en este asunto, pero no lo hizo…

Ministro: A la ley hay que darle tiempo, se estuvo buscando durante años y lleva seis meses de sancionada. El uso de las tierras es la sumatoria de muchos factores, de un buen régimen tributario, del manejo del POT, de un buen manejo de estímulos. Tenemos que avanzar, Colombia tiene 38 millones de hectáreas en ganadería y apenas cinco en agricultura. Podemos ser una potencia ganadera de exportación reducida diga usted a 20 millones de hectáreas y liberar 10 millones de hectáreas para la agricultura con programas de silvicultura.Una hectárea en promedio en agricultura produce 12,5 más veces valor agregado que una en ganadería.

SEMANA: ¿Pero la ley de ordenamiento territorial que ya se aprobó sí sirve para esa transformación?

Ministro: Sirve. Esto no va a ser al estilo soviético, que de la coordenada tal a la coordenada tal usted no puede sembrar sino alcachofa y de la tal a la tal usted no puede tener sino ganadería. Lo que busca la ley de desarrollo rural es inducir racionalmente este cambio. En vez de cinco millones en agricultura podemos tener hasta 20 millones.Tenemos apenas 350.000 hectáreas forestales y hay que tener siquiera un millón en el cuatrienio, para irnos enrumbados a un potencial de 14 millones de hectáreas. Esto es lo que se llama el cambio gradual y será con todo el afinamiento y con todos los estímulos para que se vaya dando ordenadamente.

SEMANA: Uno de los temas fundamentales, pero a la vez más espinosos, de la nueva ley es la expropiación de las tierras improductivas. ¿Cómo se va a lograr esta vez eso?

Ministro: En la Constitución existe desde siempre una norma que permite la expropiación por no utilización de la tierra para su función social y en la Ley de DR estamos incorporando algunas normas para darle mayor operatividad.

SEMANA: ¿Y cuándo podríamos ver la primera expropiación de un predio improductivo en este gobierno?

Ministro: La primera la va a ver muy pronto en una finca emblemática de despojo y mal uso ambiental que se llama Las Pavas en Magdalena, que ha sido además lugar de conflictos agrarios y ha habido uso indebido ambiental.

SEMANA: ¿Cree que el Congreso le va a aprobar una ley que busca transformar la concentración y la estructura de tenencia de la tierra?

Ministro: Esa pregunta no la hacían cuando presentamos la ley de víctimas y de restitución de tierras. Pues resulta que con contadísimas excepciones, el Congreso votó la ley de víctimas y refrendó la política de restitución de tierras que va allí implícita, que es muy audaz. Habrá diferencias, habrá discusiones, pero ante este tipo de problemas, el país no se puede quedar cruzado de brazos.

SEMANA: ¿Cómo está avanzando en la instrumentación de la Ley de víctimas y de tierras?

Ministro: Es una ley con dificultades jurídicas, de seguridad, de algunos malquerientes. El primero en reconocerlo es el Gobierno, pero no porque esas dificultades existan vamos a echar atrás. Hay dos millones de hectáreas, 135.000 familias en este cuatrienio de despojadas.

SEMANA: Que el 20 por ciento de las tierras de Meta se las hayan robado es un gran escándalo…

Ministro: Es una vergüenza nacional.

SEMANA: Por todo lo que hemos conversado, usted tiene que liderar una tarea titánica con muchos costos. ¿Usted se va a quedar en el Ministerio los cuatro años?

Ministro: Los ministros somos siempre transeúntes y nuestra permanencia depende del presidente de la República. Lo importante es que ya hay una política de Estado y un compromiso muy claro. Yo quisiera terminar esta entrevista con una frase que recuerda a un pensador español de finales del siglo XVIII, víctima de los déspotas de esa época, Melchor de Jovellanos. Él hablaba de que España era un territorio de tierras sin hombres y de hombres sin tierras. La situación de la ruralidad colombiana no es muy diferente.

SEMANA: ¿Colombia es feudal?

Ministro: Tiene muchos elementos de feudalidad. Restituir tierras es romper esas cadenas de feudalidad. Lo que quiere el Gobierno para la Colombia del siglo XXI es que haya menos tierras sin hombres y más hombres con tierras.