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Campo Elás Terán será el alcalde de Cartagena por los próximos cuatro años. | Foto: semana

Cartagena

Nuevos alcaldes:Terán tiene el campo despejado

La elección de Campo Elías Terán Dix es un enigma para propios y extraños. Aunque se intuye que su gobierno se inclinará hacia las clases populares, varios temen que su desconocimiento en los asuntos de gobierno lo lleven a cometer errores que den al traste con su administración.

2 de enero de 2012

Campo Elías llega a la alcaldía de Cartagena después de cuatro años de gobierno de la primera mujer alcaldesa, Judith Pinedo Flórez, ‘La Mariamulata’, en cuyo periodo se ensayó, con dificultad, una nueva relación con el concejo distrital, en la cual estos últimos perdieron poder al no tener el manejo de las secretarías y entidades descentralizadas del orden local.
 
Uno de los hechos que caracterizó al gobierno que termina, es la estabilidad de los funcionarios en sus cargos, como en la Secretaría de Educación, de Corvivienda y de Hacienda, entre otros quienes permanecieron durante los cuatro años en sus cargos.

La administración de ‘La Mariamulata’ entrega resultados positivos en varias áreas. En finanzas, en el 2007, se encontraban al día en el pago de impuesto 32.400 predios, y al finalizar este gobierno, 80.000 predios pagaron impuestos. Igual ocurrió con industria y comercio, pues en 2007 se recaudaban 91.165 millones y en 2011 se recaudaron 152.700 millones de pesos.

Uno de los resultados que más llena de satisfacción a la alcaldesa saliente, es la erradicación del analfabetismo. Cartagena fue declarada como primera ciudad en Colombia libre de analfabetismo en una ceremonia en la que 26.000 personas de distintas edades recibieron un diploma que los declaraba como tales. Pero no fue el único logro educativo, se construyeron más de 20 colegios en zonas vulnerables y fueron inaugurados cuatro megacolegios.

Pero no todo es color de rosa y hay dificultades en seguridad, movilidad, empleo y la eterna lucha contra la pobreza. Precisamente será este último el gran reto de Campo Elías. En la administración que finalizó el pasado 31 de diciembre, treinta mil familias cartageneras salieron de la pobreza extrema, eso es solo el seis por ciento de una ciudad que tiene al 80 por ciento de su población en estratos uno, dos y tres. El 25 por ciento de los cartageneros sólo tiene seguras dos comidas al día, y se calcula, que entre el 25 y el 30 por ciento de la población no tiene empleo estable.
 
Desempleo y pobreza son dos rasgos que definen a Cartagena más allá de sus atractivos históricos y culturales. La ciudad no tiene clases medias, está absolutamente fracturada entre la pobreza extrema y la exclusión social, al lado de la más segregacionista de las clases altas del país que viven en barrios donde el metro cuadrado está por encima de cuatro y cinco millones de pesos y alcanza hasta 12 millones en el centro colonial.

Un segundo reto, es la violencia. A la histórica fractura social y la pobreza, se ha agregado en los últimos años una migración de campesinos desplazados de los Montes de María, del sur de Bolívar y de Urabá, que llegaron a engrosar el cordón de miseria que rodea a Cartagena. Adicionalmente hay una disputa por el territorio entre pandillas locales y bandas de narcotraficantes que persiguen controlar el microtráfico de drogas y el embarque de grandes cantidades por el puerto con destino a Europa, Centroamérica y Estados Unidos.

La seguridad de la ciudad es uno de los reclamos más sentidos de los habitantes y de los turistas. En la rendición final de cuentas, la alcaldesa reconoció que fracasó pues se había propuesto reducir la tasa de 23 homicidios por cada cien mil habitantes a 10, pero no se pudo y la tasa está en 22.5 asesinatos.

Un tercer reto es construir vivienda para superar un déficit de 40.000 y mejorar 30.000. En los últimos 20 años los sucesivos gobiernos entregaron 3.878 viviendas, y en la administración que acaba de terminar se terminaron de construir, entre proyectos inconclusos y viviendas nuevas, 8.803 nuevas y deja un banco de tierras para la construcción de 45.000 viviendas.

Pero tiene retos mucho más complicados todavía. Esa pobreza se traduce también en deficiente educación, uno de los reclamos que más se repite es la calidad y pertinencia de la educación en una ciudad portuaria, estratégica ante el escenario del Tratado de Libre Comercio. Terán debe ser muy creativo ante los intereses y las presiones que asediarán su administración. Uno de sus asesores, Gregorio Payares, sostiene que con Campo Elías Cartagena vivirá un nuevo modelo que no excluye a nadie, pero todos los que tienen negocios y empresas en la ciudad deben entender que tienen que cooperar para que la ciudad se equilibre y así poder cerrar la brecha de ese 80 por ciento de pobres que carecen de vivienda, estudio, salud adecuada y empleo digno.

En declaraciones a los medios, Campo Elías ha dicho que sus cinco temas estratégicos son seguridad, salud, educación, drenajes pluviales y vivienda. El primer reto es escoger un gabinete idóneo, que esté más allá de los cálculos políticos, pues si alguna ventaja tiene Campo Elías es que los 160 mil votos que obtuvo no se los debe a ninguna clientela sino a su popularidad. Terán tiene el campo despejado para hacer el buen gobierno que prometió.