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POLÉMICA

El sacerdote que maldijo a la justicia de Manizales

El vicario de asuntos económicos de esa Arquidiócesis le envió una fuerte carta al abogado, a los magistrados del Tribunal y al juez que emitieron un fallo que obliga a esa institución a pagar 100 millones de pesos a una familia cuyo hijo fue violado por un sacerdote.

30 de agosto de 2017

Por estos días Manizales está que arde y no precisamente por la temperatura ambiente sino por un enfrentamiento entre la justicia y la Arquidiócesis de esa ciudad. Y todo a raíz de una carta enviada el pasado 24 de agosto por el vicario episcopal de asuntos económicos de la Arquidiócesis, Octavio Barrientos, al abogado Ovni Patiño Amezquita, quien defendió a una víctima de pederastia del municipio de Filadelfia, Caldas.

Esa carta la motiva una decisión de la Sala Civil del Tribunal Superior de Manizales del pasado jueves, que obligó a esa Arquidiócesis a pagarle 100 millones de pesos a la familia de un menor de 14 años abusado por un sacerdote en ese municipio caldense, a inicios de 2008.

En la misiva, el sacerdote Barrientos rechaza de manera tajante la defensa que el jurista le prestó a la familia del menor abusado sexualmente y asegura que no comparte que por una persona toda la Iglesia deba indemnizar al afectado: “¿Usted piensa que porque la justicia humana, que condena por un delito personalísimo de un bautizado, a la Iglesia Católica, con un alegato de base, se ha ejercido la equidad, la imparcialidad, la probidad, la rectitud? ¡Le aseguro que no!”, explica.   

Lea la carta completa 

Sin embargo, lo que más ha causado indignación en la ciudadanía y en los círculos de la justicia manizalita es una frase en la carta que para los magistrados del alto tribunal municipal y el abogado Patiño es salida de todas proporciones: “El dinero que usted logra conseguir con sus argumentos, quitado a la Iglesia y que pasará a sus bolsillos, sea para usted y su familia causa maldita de su ruina”.

La sorpresa fue inmediata. El primero en protestar fue el abogado Patiño, quien en comunicación con SEMANA calificó la afirmación de anticristiana y le pidió al padre que revise todo el expediente para que comprenda la situación en la que el cura abusador fue condenado.

También protestó el magistrado Álvaro José Trejos, presidente de El Colegio de Jueces y Fiscales de Caldas, quien rechazó los términos en los que el sacerdote se refiere al abogado. También critica que la misiva haya llegado a los despachos de los magistrados que tomaron la decisión y al del juez que promovió la condena penal. Trejos asegura que están “indignados” y califica las expresiones del padre Barrientos de “afrenta” contra una decisión judicial.

El jurista explica que el Tribunal y la juez de primera instancia que fallaron en ese caso acogieron la línea de jurisprudencia que trazó la Corte Suprema de Justicia en el año 2015 en un hecho parecido en El Líbano, Tolima. En esa ocasión la justicia también obligó a la Iglesia a indemnizar a la víctima. “Aún no hemos visto a ningún jerarca de la Iglesia Católica que replique esas acusaciones contra los jueces (...) la justicia de Manizales es totalmente independiente de los medios de comunicación y de las personas (...) no se está diciendo en ningún caso que la Iglesia Católica es delincuente”, explica.

Trejos le dijo a SEMANA que espera que el arzobispo de la capital de Caldas, el padre Gonzalo Restrepo, los reciba en audiencia y piden a la Arquidiócesis que refitique los “términos grotescos e indignantes contra la administración de justicia”.  

¿Cuáles son los hechos de abuso sexual?

Son dos casos los que suscitan la airada reacción del vicario de esa arquidiócesis. El primero tiene como protagonista al sacerdote Fabio Isaza Isaza, quien presidió la Iglesia La Inmaculada, de Manizales, y fue condenado a 64 meses de cárcel por abusar sexualmente de un joven con discapacidad cognitiva. La sentencia fue confirmada el pasado 12 de julio por el Tribunal Superior de Manizales.

Pero la condena que motivó al vicario de la Arquidiócesis de Manizales a escribir la carta fue la proferida contra el sacerdote del municipio de Filadelfia, Caldas, Pedro Abelardo Ospina, condenado a 21 años de cárcel por acceso carnal violento contra un menor de 14 años de edad, quien era su monaguillo. La sentencia fue confirmada por el máximo tribunal de esa ciudad en marzo del 2010.

El pasado jueves la Sala Civil del Tribunal Superior de Manizales confirmó la condena que hace un año había proferido el Juzgado Cuarto Civil de esta ciudad y que obligó a la Arquidiócesis a pagarle a la familia la suma de 100 millones de pesos por daños y perjuicios. Ese es el caso que defendió ante los estrados judiciales el abogado Ovni Patiño.

“Le dije malditos a los magistrados que se sienten con la autoridad de juzgar a la Iglesia”: padre Octavio Barrientos

SEMANA se comunicó con el autor de la carta, el sacerdote y vicario episcopal de asuntos económicos de la Arquidiócesis de Manizales, Octavio Barrientos, y a continuación reproduce el diálogo completo.

SEMANA: ¿Qué lo llevó a escribir esa carta?

Octavio Barrientos (O.B): Porque quiero manifestar mi posición acerca del proceso que se está haciendo en la justicia contra la Iglesia desde hace tiempo, acusándola de cómplie de los delitos que cometen los delincuentes bautizados como sacerdotes. ¿Por qué la Iglesia tiene que pagar si fue creada por Jesucristo, que es santa, que no comete delitos ni peca, pero ahora tiene que pagar por los delitos de un bautizado que es delincuente? A partir de eso escribí la carta. La Iglesia somos todos los bautizados y está iluminada por el Espírito Santos que es Dios y al ser creada por Dios no tiene posibilidad de cometer delitos ni peca. Pecamos los bautizados, sí, pero que la Iglesia tenga que pagar por el delito de un bautizado, no. El delito es personal. Por eso, no estoy de acuerdo con que a la Iglesia se le endilgue una solidaridad, como llaman los magistrados y los jueces. La solidaridad es para el bien, pero para el mal es complicidad.

SEMANA: El abogado Ovni Patiño le explicó a este medio que la responsabilidad del sacerdote violador se debe a que ustedes dependen de un obispo de más alta jerarquía y de ahí la responsabilidad...

O.B: Quiero aclarar: como ustedes no conocen cómo se maneja una Iglesia, esta tiene su jerarquía. En la Iglesia Católica ningún sacerdote puede ir donde a un sacerdote le provoque sino que tiene que nombrarlo el obispo. Se sabe que el sacerdote tiene que ser una persona recta en todos sus puntos, pero como mi Dios nos hizo libre a todos y a cada uno de nosotros, la persona que no quiera ser responsable de sus cosas, asume sus consecuencias. Esa situación la estamos confundiendo. Nadie es responsable de la conducta de alguien porque cada uno de nosotros le puede responder a Dios.

SEMANA: ¿Por qué la Iglesia no asume una responsabilidad? 

O.B: Le voy a decir por qué no. La Iglesia, como Iglesia Católica, Apostólica y Romana es guiada por la fuerza del Espíritu Santo. Como es obra creada por Dios no comete errores. El ser humano que comete el error siendo bautizado y siendo parte de la Iglesia, tiene dos caminos: o sigue en el pecado y asume sus consecuencias eternas o se convierte. Si cometió el delito, que pague las consecuencias, vaya a la cárcel por delincuente, pero él y no la Iglesia. No podemos jugar con ella como lo estamos haciendo. Todo el mundo piensa que la Iglesia es una empresa y se puede juzgar como cualquier otra. Eso no puede ser. ¡La Iglesia es santa, creada por Dios y Él no se equivoca".

SEMANA: Pero es que la Iglesia es manejada por seres humanos que son susceptibles de ser cuestionados. ¿Ahí no le está dando la razón al abogado?

O.B: No, al ser humano se puede cuestionar y castigar, pero no a la Iglesia. Es que hay que entender que la Iglesia y el ser humano somos dos cosas distintas. Cuando uno como persona natural se desvía de la responsabilidad que tiene en el plan de la salvación, uno es el pecador y no la Iglesia. Hay que entender que la Iglesia es una institución creada por Dios y no se equivoca y Dios la ilumina con el Espíritu Santo. La gente dice: ustedes tienen que ser responsables y no quieren pagarle a la familia del menor abusado. A mí no me interesa si son 100 pesos o 1.000 millones. A mí lo que no me deja estar tranquilo es que se considere a la Iglesia como una institución delincuente porque un bautizado comete un delito.

SEMANA: Cualquiera podría pensar, con base en la carta, que a ustedes les duele más pagar la indemnización que la misma judicialización contra los dos sacerdotes violadores...

O.B: No, eso lo acomodaron ustedes, porque yo dije en la carta que estaban buscando el dinero al condenar. Que busquen el dinero en el delincuente y no en la Iglesia.

SEMANA: La gente esperaría de parte de ustedes una sanción y protesta contra los sacerdotes que fueron condenados por pederastia...

O.B: Es que la carta que yo escribí no es para sancionar a los sacerdotes porque la Iglesia tiene su sanción con ellos. El sacerdote que cometa un delito es reducido y pierde su estado clerical, le quitan el sacerdocio y eso se enmarca desde Roma. Pero nosotros como Iglesia estamos en la obligación de entender que no comete pecados ni delitos y eso ustedes no lo entienden. Es santa porque es creada por Jesucristo y como es santa no puede cometer delitos.

SEMANA: Lo que en realidad molestó a la gente y a los juristas de la ciudad es que usted haya usado la palabra "maldecir" contra el abogado...

O.B:  Yo le escribí eso porque él acusó a la Iglesia, que es una institución divina, para conseguir dinero. La Iglesia no es delincuente. Por eso le digo a él: usted quiere sacar plata de la Iglesia, ¡maldito su dinero! Punto. El juez quiere condenar a la Iglesia, ¡maldita su condena! ¿Quién puede juzgar a la Iglesia creada por Dios? ¿Un hombre? ¡Jamás! A la Iglesia, que es una institución divina, la puede juzgar Dios. La Iglesia nunca falla, quienes fallamos somos los seres humanos que hacemos parte de esa Iglesia.

SEMANA: ¿Y a usted le consta que el abogado quería sacarle dinero a la Iglesia por medio de este caso?

O.B: ¡Claro! Porque demandó a la Iglesia.

SEMANA: Es una acusación muy grave...

O.B: No, no es grave. Eso ha existido desde un principio. ¿Y sabes por qué ha existido? Mira el proceso, cuando él vinculó a la Iglesia, los abogados le dijeron muy claramente: para poder vincular a una tercera persona en un proceso que pasa de panal a civil deben ser tres años, pero vincularon a la Iglesia a los seis años de haberse cometido el delito.La ley dice muy claramente cómo se deben manejar las cosas. Entonces, cuando ellos se inventan las cosas, yo la defiendo con todas las fuerzas de mi ser. ¡La Iglesia no es delincuente!

SEMANA: ¿Pero no cree que maldecir a alguien es muy fuerte y grave?

O.B: No, porque Cristo nos enseñó y lo dice en el Evangelio: el día de mañana, en el atarcerder de la vida, venid benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber y malditos al fuego eterno porque tuve hambre y no me diste de comer, tuve sed y no me diste de beber. Y cuando Pedro trata de atajar a Cristo, cuando revela que va a dar la vida, le dice: apártate de mí, Satanás. Lo llamó Satanás porque aquel que se opone a los designios de Dios está sintiendo al Demonio. El que vive en la mentira está en el lenguaje del Demonio. La Iglesia es santa y no puede cometer delitos. Esa es mi tesis y por eso le dije malditos a los magistrados que se sienten con autoridad para juzgar a la Iglesia.

SEMANA: Usted está muy seguro de sus tesis. ¿En definitiva no se va a retractar contra el abogado y los juristas, como bien lo pide el Colegio de Jueces y Fiscales de Caldas?

O.B: Es que yo estoy defiendo a la Iglesia con argumentos y por eso escribí la carta. Yo estuve en todo el proceso y ellos cuando condenaron a la Iglesia se ampararon en la condena que la Corte Suprema hizo a la iglesia de El Líbano, Tolima. Pero ahí dos magistrados de la Corte Suprema de Justicia hicieron salvamento de voto y dicen que la Iglesia no tiene que pagar por los delitos de una persona. La condena es un abuso que hace la justicia al calificar y condenar la Iglesia de Cristo.

SEMANA: ¿No cree que esa posición tan fuerte, como la suya, le resta más credibilidad a la propia Iglesia Católica?

O.B: No, es que la posición es mía y yo la defiendo.

SEMANA: Pero usted habla a nombre de la Iglesia...

O.B: No, no está a nombre de la Iglesia. Está a nombre de Octavio Barrientos Gómez. Ahí no aparece la firma del arzobispo. ¿O sí? Yo escribí la carta porque no voy a permitir que se siga condenando a la Iglesia tranquila y dulcemente que porque un delinquen bautizado comete un delito.