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BOGOTÁ

¿En qué va la revocatoria a Peñalosa?

Los promotores ya recogieron más del doble de firmas requeridas para someter la permanencia del alcalde mayor en las urnas. El grupo de defensores del mandatario se consolida y el CNE evalúa si las iniciativas cumplen con los requisitos

27 de abril de 2017

El proceso de revocatoria del alcalde Enrique Peñalosa avanza en todos sus frentes y está cerca de llegar a su momento definitivo. Promotores, defensores y la propia autoridad electoral se juegan sus cartas.

Los promotores

Al menos uno de los comités conformados para impulsar la revocatoria de Peñalosa ya superó la cantidad de firmas necesarias para ir a las urnas. La Registraduría pide 276.000, que equivalen al 30% de los votos con los que fue elegio el alcalde (906.000), y los representantes de Unidos Revocamos a Peñalosa aseguran que ya tienen 450.000 firmas. Sin embargo, siguen en las calles recogiendo apoyos, pues lo natural es que la Registraduría invalide un buen porcentaje de ellas, por fallas como que el nombre del ciudadano esté mal escrito, o porque correspondan a firmas falsas. En todo caso, tienen hasta el 12 de junio para presentar las firmas mínimas ante la Registraduría.

“Estamos en el proceso de validación interno para evitar un margen de error tan amplio y hemos avanzado bastante”, aseguró Alejandra Wilches, promotora de ese comité, integrado por más de 60 organizaciones sociales y liderado por el Sindicato de Trabajadores de la ETB (Sintrateléfonos), un grupo enfrentado con el alcalde por la decisión de vender esa compañía para financiar el Plan de Desarrollo “Bogotá Mejor para Todos”.

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En Revoquemos a Peñalosa, otro frente de detractores, las firmas recogidas se calculaban en 120.000 a finales de febrero. Leonardo Puentes, uno de sus líderes, explicó que han trabajado de la mano con el comité que promueve Alejandra Wilches. Sin embargo, las firmas de esos colectivos no se pueden sumar, aunque tampoco se invalidan si los ciudadanos aparecen en ambas listas.

Esos dos comités son los que están moviendo la revocatoria, pese a que a comienzos de este año se inscribieron cuatro ante la Registraduría. Uno de esos, Unidos Revocamos a Peñalosa, se fusionó con Recuperemos a Bogotá, mientras que ‘Bogotá Mejor sin Peñalosa’, encabezado por César Augusto González, un excandidato liberal al Concejo, no cogió vuelo con la recolección de firmas.

Los defensores

Los defensores de Peñalosa no están quietos. El 13 de marzo se conformó Azul Bogotá, una fundación que pretende neutralizar la cruzada de los comités y además defiende la visión de ciudad de Peñalosa para los siguientes tres años de mandato. Su campaña se concentra, sobre todo, en asistir a debates, además de mover un sitio web en donde defienden la gestión del alcalde, atacan a los grupos de la revocatoria y escriben sobre asuntos de la ciudad, desde la visión de Peñalosa.

La fundación tiene tres cabezas visibles. El director es Andrés Villamizar, exdirector de la Unidad Nacional de Protección, quien además lideró la recolección de firmas para inscribir a la candidatura a Peñalosa en 2015. Sus compañeros de causa son Andrés Mejía, filósofo de la Universidad Nacional y panelista matutino de Blu Radio, y José Fernando Flórez, abogado, politólogo y columnista de El Tiempo.

“Ni Petro ni Samuel Moreno ni ‘Lucho’ Garzón dijeron en sus planes de gobierno todo lo que iban a hacer en la ciudad. El plan de gobierno muestra unas grandes líneas y esas son las que está cumpliendo Enrique Peñalosa”, sostuvo Villamizar, frente a los argumentos de los comités. Y es que uno de los argumentos de la revocatoria contra el alcalde es que ha incumplido con su propuesta de gobierno, y que durante la campaña no la anunció en su totalidad.

La fundación se financia con donaciones ciudadanas. Villamizar dice que no reciben dinero del Distrito ni de sus contratistas. “Podríamos hacerlo, pero pusimos unos filtros éticos. La meta nuestra es recaudar 50 donaciones de 10 mil pesos”, agregó. Sin embargo, Azul Bogotá no es la única carta peñalosista para contrarrestar la revocatoria.

El CNE

El alcalde, a través del exmagistrado Humberto Sierra Porto, interpuso un recurso ante la Registraduría y otro ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para frenar la revocatoria, argumentando que esta viola sus derechos políticos y el debido proceso. 

Para argumentar esa tesis, el jurista sostuvo que la revocatoria está siendo promovida desde antes de la misma posesión del alcalde y que se ha fundamentado "en declaraciones de prensa aisladas y descontextualizadas de secretarios de despacho". La resolución de esos recursos podría evitar que el alcalde se enfrente a las urnas.

Pero podría haber otro salvavidas pendiente para Peñalosa. En febrero pasado y ante la avalancha de solicitudes de revocatoria de mandatarios locales en todo el país (alrededor de cien han llegado hasta las autoridades electorales), la Federación Colombiana de Municipios cuestionó los procesos por considerar que en apenas un año de mandato, los alcaldes no tienen cómo cumplir los compromisos que asumieron en campaña.

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El CNE asumió esa inquietud y a comienzos de marzo le pidió a la Registraduría que le informe los motivos por los cuales se pide la revocatoria a decenas de mandatarios locales y gobernadores.

Por eso, el tribunal pidió todos los datos de los comités inscritos y aceptados y “las motivaciones que se presentaron para hacer cada una de las solicitudes”. Para el CNE, se podría estar configurando un mal uso, por parte de algunos ciudadanos, de la figura de la revocatoria.

Ese debate, sin embargo, trasciende la coyuntura y va al fondo de las reglas electorales vigentes y de la propia ley de participación ciudadana. Para el CNE las normas de los procesos de revocatoria tienen vacíos, y para llenar las zonas grises hay un grupo de magistrados designados para hacer una reglamentación. En las próximas semanas se conocerán esas nuevas disposiciones, y dicen que es probable que algunas de las solicitudes de revocatoria se caigan. "Ya hay un consenso en que la revocatoria como está diseñada actualmente no funciona", le dijo Sierra Porto a Semana.com.

Lo que se vendría

El 12 de junio se vence el plazo para que los comités presenten las firmas en la Registraduría, que tendrá 45 días para revisarlas. Si las firmas superan ese filtro, el organismo electoral tendrá dos meses para convocar las votaciones. Entonces, a los ciudadanos se les preguntará si el alcalde debe ser revocado. Peñalosa abandonaría el despacho del Palacio Liévano si la mitad más uno de los votantes responde con una afirmación, siempre y cuando la cantidad de personas que asistan a las urnas sea mayor a 1,2 millones, es decir, que superen el 55% de los votos registrados en octubre de 2015, cuando Peñalosa fue elegido.

Para los promotores de la revocatoria, haber acudido a las vías jurídicas para frenarla, es una muestra de la inseguridad que siente el alcalde frente a una disputa electoral. Y es que la imagen desfavorable del Peñalosa ronda el 80% (la más alta del país), y es claro que detrás de la revocatoria hay figuras políticas de peso en la ciudad. Pese al trabajo de los defensores del alcalde, a esta altura y con las firmas que se han recogido, parece que el único que evitaría que el alcalde se enfrente a las urnas es el Consejo Nacional Electoral.