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Extrabajadores de Aguas de Bogotá, el tema olvidado en el debate de las basuras

La situación para miles de extrabajadores es preocupante, muchos de ellos están en condición de vulnerabilidad. Algunos son contratados y después despedidos, otros ni siquiera reúnen los requisitos. Pero durante el debate de control político del Concejo sobre la crisis de la basura, los trabajadores no fueron el eje de la discusión.

14 de febrero de 2018

La escena se ha repetido por varios días. Las puertas de Aguas de Bogotá están cerradas para las 3.700 personas que antes eran sus trabajadores. De cuando en cuando un empleado sale a repartir las cartas de despido, lo hace como llamando a lista. Expectantes se reúnen hasta 300 trabajadores, dependiendo de la hora, y afinan su oído para recibir el documento cuando los nombren. Estas personas están en el limbo, los nuevos operadores de aseo ya están funcionando y la mayoría se encuentra sin empleo.

La inestabilidad laboral no comenzó el 31 de enero, cuando la opinión pública conoció las protestas, sino en diciembre cuando empezaron a darse cuenta que no había marcha atrás, que iban a perder su trabajo. Así fue, todos fueron despedidos, tenían un contrato de labor que se terminó, porque la empresa ya no iba a desarrollar esa labor: la recolección de basura.

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Alrededor de los despidos se han presentado varios escenarios. El primero de ellos fue denunciado por el Distrito y por Aguas de Bogotá, según ellos los sindicatos impidieron a los trabajadores enviar sus hojas de vida a los nuevos operadores.

Además, no hay claridad de cuántos extrabajadores de Aguas de Bogotá han sido efectivamente vinculados a los nuevos operadores. Para el 1 de febrero el Distrito aseguró que había 900 personas en proceso de contratación. Sin embargo, este no es un número de contratos. Hay otras cifras, la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) aseguró que más de 1.200 trabajadores están contratados.

Para la concejal del Polo Xinia Navarro las cifras pueden ser más bajas. “Se habla de 500 a 800, pero no se han enganchado en su totalidad. Que los privados contraten a los trabajadores no puede ser un ‘favor’, acá hay unos derechos adquiridos y una persecución a los trabajadores y a las organizaciones sindicales. El Estado colombiano puede ser sancionado por miles de dólares, porque están violando los tratados internacionales”, advirtió la cabildante.

Por otro lado, están las personas que efectivamente enviaron sus hojas de vida, fueron contratados y dicen haber sido despedidos pocos días después. SEMANA conoció una de las cartas de despido de Bogotá Limpia, en la que se asegura que el contrato se terminó unilateralmente por la "no superación del periodo de prueba pactado". La misiva tiene fecha del 5 de febrero, pocos días después de la firma del contrato.

Según Julián Navaro, representante de Bogotá Limpia, lo que sucedió con este trabajador es un caso aislado, pues cuatro personas han sido despedidos por no superar el periodo de prueba, pero 265 personas que provenían de Aguas de Bogotá ahora trabajan en su empresa. "Los supervisores evaluaron el trabajo de estas personas y decidieron que no podían continuar, todo está debidamente justificado. Además, siete trabajadores abandonaron su puesto de trabajo", aseguró Navarro a SEMANA.

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Las denuncias sobre despidos de extrabajadores de Aguas de Bogotá en los nuevos operadores llegaron a oídos del secretario de Hábitat, Guillermo Herrera, quien aseguró que van a revisar para saber bajo qué condiciones ocurrieron los despidos y saber con qué prestadores sucedió. “Asumo el compromiso de verificar para esclarecer las razones de esas denuncias”, dijo el funcionario en días pasados.

De los 3.700 trabajadores que tenía Aguas de Bogotá, merecen especial atención quienes están en situación de vulnerabilidad. Según los sindicatos, 1.000 son personas en condición de discapacidad; 13 mujeres están embarazadas; 750 son madres cabeza de familia, y de este número 400 son mayores de 50 años, y algunas de ellas tienen reten social, es decir les restan algunas semanas para pensionarse y temen no poder hacerlo porque se quedan sin trabajo y nadie las quiere contratar por su edad.

“Soy barrendera, he trabajado cinco años en Aguas de Bogotá, antes era de Atesa. A mí me cogió un carro trabajando hace poco y desde ese momento me he enfermado mucho. No me han ayudado, ahorita voy a tener la cirugía y estoy pensando qué hacer porque nos despidieron. Lo que queremos es que nos reubiquen”, contó Ana Lucinda Noguera, quien tiene 58 años.

El panorama para los trabajadores de Aguas de Bogotá es cada vez más oscuro. A medida que transcurren los días ven más lejana la posibilidad de que su situación mejore. Juan Manuel García, gerente de Aguas de Bogotá, fue muy claro en que todos los contratos finalizan porque acabó la labor, y “esa figura lo permite, así está desde la administración pasada”. Además, aclaró que no habrá indemnizaciones de ningún tipo, solo se liquidarán a los trabajadores. Según dijo a esta revista García, Aguas de Bogotá no entrará en liquidación, sino que se sostendrá en pie con otros servicios que prestan.

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Justamente el cambio de esquema de aseo ha levantado una polvareda. Eva María Uribe, exgerente del Acueducto hasta abril de 2016, ha criticado duramente el manejo que se le ha dado a la situación. Explica que en cuanto a los operadores la vía correcta era que en los pliegos de la licitación de las áreas de servicio exclusivo de aseo, hubiesen contemplado la obligación de los concesionarios ganadores de cada área, de contratar a estos trabajadores, por ser quienes conocen las zonas y saben recoger las basuras.

Uribe denunció, además, un posible daño patrimonial cercano a los 100.000 millones de pesos. “Además, podía haberse exigido un aporte monetario de entrada al mercado a los nuevos concesionarios para mitigar el daño patrimonial por más de $100.000 millones de pesos que se causó durante la alcaldía de Petro, detrimento en los que incurrió la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, al comprar los equipos de aseo”, dijo.

Precisamente, en el debate de control político sobre la crisis de la basura que se realizó este miércoles en el Concejo, diferentes bancadas sacaron a relucir los errores que se cometieron en la administración de Gustavo Petro y que han repercutido hasta hoy. “El populismo irresponsable que deriva la crisis de las basuras, situación en la que estamos hoy, fue lo que dejó la administración de Gustavo Petro”, recalcó el presidente de la corporación Daniel Palacios.

También se habló de la solicitud que le hizo la Procuraduría a Aguas de Bogotá para que devuelva a los ciudadanos un porcentaje de la tarifa por los problemas que hubo en la recolección de los residuos durante la emergencia sanitaria. “No politicemos más este asunto, y no incentivos a que la gente no pague. No se debe hacer algo que se presentó en un tiempo de dificultad y emergencia sanitaria”, dijo el concejal Diego Davia.

Según conoció esta revista, el Acueducto está evaluando la aplicación del título de descuentos asociados a la calidad del servicio previsto en la resolución 720 de 2015 de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico, CRA, debido a que la crisis se dio por una situación de fuerza mayor, como el daño de parte de los vehículos.

El debate de control político se suspendió, no alcanzaron a hablar algunas bancadas, el gerente de Aguas de Bogotá, la directora de la Uaesp y los trabajadores. Estos últimos esperan que el debate avance, se superen los reclamos políticos y se den alternativas para su situación. En definitiva, que no sean olvidados.