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La batalla de titanes que sacude a la Universidad Externado

En este centro académico hay un choque de trenes en vísperas de la reelección del rector. La junta, encabezada por Juan Carlos Henao, se enfrenta a egresados y profesores liderados por Eduardo Montealegre. La discusión llegará a la Corte Constitucional.

17 de marzo de 2018

Si algo ha distinguido a la Universidad Externado de Colombia en sus 130 años de existencia, además de la excelencia académica, es el aplomo que ha imperado en su dirección. La familia Hinestrosa ha mantenido las riendas del claustro desde su fundación, y Fernando Hinestrosa Forero ocupó la rectoría durante medio siglo, desde 1963 hasta su fallecimiento en 2012.

Tras esto asumió la dirección uno de los egresados más distinguidos y fiel discípulo del rector desaparecido: Juan Carlos Henao, quien no dudó en renunciar a su magistratura en la Corte Constitucional para ponerse al frente del Externado. Pero ahora los cimientos de la alma mater tiemblan, y cada día más voces piden su salida y la de todo el Consejo Directivo de la primera universidad laica del país.

Otro peso pesado encendió la mecha: Eduardo Montealegre, egresado y profesor de la universidad por 40 años, exmagistrado de la Corte Constitucional y ex fiscal general. Montealegre y Henao fueron buenos amigos años atrás, pero ahora ni se dirigen la palabra. Se trataron por última vez hace dos años. Al concluir su periodo como fiscal, Montealegre visitó al rector y le pidió apoyo para que la universidad lo respaldara financieramente en una comisión de estudios en Alemania por un año. “Henao me dio un trato discriminatorio que no corresponde con el apoyo que reciben otros becarios”, asegura el exfiscal.

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Sobre lo que pasó en ese desencuentro hay al menos dos versiones. Montealegre asegura que Henao le ofreció algo irrisorio, aproximadamente 1.000 euros mensuales para manutención, es decir, cerca de 3,5 millones de pesos, cuando requería que la universidad le sostuviera el sueldo de profesor cercano a los 8 millones de pesos durante al año sabático. SEMANA buscó a Henao, pero este prefirió no pronunciarse. Sin embargo, fuentes cercanas a la Rectoría indican que aquella vez Montealegre hizo exigencias desbordadas que el rector percibió como algo muy parecido a una extorsión. Todas las voces coinciden en que la reunión concluyó en muy malos términos, a tal punto que Montealegre de inmediato presentó su renuncia.

El agrio episodio no fue más que el inicio de la silenciosa guerra fría de los últimos dos años. Ahora, en vísperas de la reelección de Henao en la Rectoría, Montealegre sacó el asunto de la nevera y decidió contraatacar con las armas que mejor conoce: los instrumentos jurídicos.

El exfiscal, como exprofesor, presentó a la cúpula del Externado un derecho de petición “orientado a la defensa de derechos fundamentales” en el que pide convocar a la elección de un nuevo Consejo Directivo de la universidad, modificar los estatutos de la fundación, y, entre tanto, congelar el proceso de elección del rector. Montealegre dice que estaría satisfecho si la universidad accede a esas peticiones, pero que como cree que eso no ocurrirá está dispuesto a llevar el asunto a la Corte Constitucional. El exfiscal sostiene la tesis de que por jurisprudencia de la corte ninguna universidad del país –ni aún privada como el Externado– está exenta del deber de fomentar internamente mecanismos de participación democrática, y que la permanencia del actual Consejo Directivo por 20 años contradice esa directriz.

Luego del derecho de petición del exfiscal apareció otro en igual sentido, firmado por una veintena de profesores encabezados por el exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura Néstor Osuna y Jorge Perdomo, exvicefiscal de Montealegre. El director de la oficina de formación en el exterior de la universidad, Roberto Núñez, fue aún más allá. Por medio de una carta denunció por “acoso laboral” al rector Henao y señaló que incluso este lo habría amenazado por no estar alineado con la Rectoría.

Pero algunos miembros del Consejo Directivo de la universidad creen que tras la arremetida solo hay odio y oportunismo. El exprocurador Jaime Bernal Cuéllar, integrante del estamento directivo y a quien Montealegre califica de “portavoz y mejor nuevo amigo de Henao”, asegura que las autoridades de la universidad tienen plena legitimidad conforme a los estatutos vigentes, y que las reglas del Externado permiten fomentar cambios. “Invito a quienes quieran impulsar reformas que lo propongan y lo hagan”, asegura.

Aunque la pelea arrancó por la elite, ya ha permeado otros sectores de la universidad como los alumnos y los trabajadores. Incluso, distinguidos egresados se están pronunciando con críticas a ambos bandos. El penalista Iván Cancino es uno de ellos. Considera que el exfiscal está haciendo una “pataleta” por no haber obtenido lo que pretendía, y a la vez critica la rectoría de Henao por haber metido de cabeza a la universidad en la paz de La Habana. En este sentido, varias voces creen que de la batalla de titanes puede salir ganando una tercería, y por eso varios aguardan cautelosos el desenlace del pulso entre Montealegre y Henao.