OPINIÓN

¿Qué pasó con el gerente?

El alcalde Peñalosa ha sido reconocido internacionalmente como un experto en movilidad y por su gran capacidad gerencial. Por eso, sorprende la forma en que ha abordado los asuntos del metro, transmilenio y el sistema integrado de transporte en su segundo mandato.

Semana.Com
3 de diciembre de 2016

Metro: Peñalosa, por pálpito, decidió cambiar el trazado del metro y hacerlo elevado, no subterráneo como lo indicaban los multimillonarios estudios contratados en la administración anterior. Para justificar su decisión, contrató una consultoría que lejos de ser un “estudio comparativo de alternativas de ejecución por tramos y tipologías de la primera línea del metro para la ciudad de Bogotá (PLMB)” (http://www.movilidadbogota.gov.co/web/metro-de-bogota); es un documento parcializado que concluye lo que Peñalosa quería oír pero que deja muchas dudas: ¿Cuál es el impacto de la construcción de ese metro elevado en el funcionamiento de un corredor de transmilenio crítico como la caracas? ¿Que esta avenida sea ancha es un argumento sólido para pasar por ahí el metro elevado? ¿Por qué teniendo la plata para hacer el metro elevado hasta la 127 decide parar en la 72 para construir más transmilenio? ¿Por qué, a pesar de la promesa hecha por el alcalde y el presidente de que en los próximos días estaría listo el documento conpes para dejar en firme el compromiso de la construcción del metro, (https://www.youtube.com/watch?v=PVxu0Zl9RHc), aún no se firma?

Transmilenio: aunque Peñalosa insiste en que ha hecho mejoras en transmilenio, han sido pañitos de agua tibia. Los problemas del sistema son estructurales, frente a lo cual no hay ninguna propuesta de fondo del alcalde. A pesar de eso, lo que si ha anunciado es la construcción de más troncales, incluso usando más de 3 billones de pesos que estaban destinados a las obras del metro. O prometiendo una troncal desde Soacha hasta Chia por la que irán buses eléctricos, así no tenga ningún estudio que lo sustente (http://www.razonpublica.com/index.php/economia-y-sociedad/9861-cuentas-alegres-con-la-venta-de-la-empresa-de-energ%C3%ADa-de-bogotá.html). ¿Cómo recuperará transmilenio la credibilidad y el sentido de pertenencia? ¿Qué aprendieron Peñalosa y transmilenio de los errores cometidos? ¿Cómo garantizará la seguridad y la calidad del servicio con unos buses viejos que seguirán rodando por la nueva prórroga que se cocina?

Sitp: el alcalde ha dicho que es una bomba nuclear. Afirmó "que la actual administración recibió el SITP en caos, producto de su mal diseño y su mala implementación, con dos empresas que no estaban operando y otras perdiendo decenas de miles de millones y debiendo billones (entre 2.5 y 3.6) al sistema bancario, que obliga a la administración a subsidiarlo con casi $700.000 millones anuales" (http://tinyurl.com/h45zwp2). Incluso ha sostenido “que este sistema a futuro tiene que acabarse. Va a a funcionar a través de trayectos muy cortos para alimentar el metro y las troncales ampliadas de TransMilenio" (http://www.rcnradio.com/locales/enrique-penalosa-asegura-sitp-se-acabara-bogota/). Entonces ¿Qué va a hacer Peñalosa para salvar el sitp? ¿Botará a la basura los miles de millones de pesos que ha invertido la ciudad hasta el momento?

Han pasado 11 meses de gobierno y del gerente que se esperaba, al menos en movilidad, poco se ha visto. Si comparamos lo que ha dicho y hecho hasta ahora  con el Peñalosa modelo 1998 las diferencias son evidentes. 

En las memorias de su primera administración, el alcalde Peñalosa cuenta que cuando llegó a gobernar la ciudad en el año 1998 con la firme idea de poner a funcionar un sistema de buses, contrató un equipo especial, de alto nivel, para garantizar el éxito del proyecto. “En el área técnica, Steer Davies & Gleave; en el área gerencial, McKenzie Managment Consulting; en el área financiera, Capital Corp; en el área legal a Durán, Acero y Osorio; en los temas urbanos y arquitectónicos, Montenegro y Bueno, Guia Ltda. y Esguerra y Asociados; en la evaluación de especificaciones técnicas de los equipos, la Universidad de los Andes.” Así mismo, explica que hicieron visitas técnicas a Quito (Ecuador), Curitiba, Sao Paulo y Goiania (Brasil), Santiago de Chile, entre otras, con el fin de identificar las fortalezas y debilidades de sus sistemas y diseñar la mejor opción para Bogotá. En menos de tres años, los buses rojos de transmilenio circularon por la ciudad y cambiaron, en ese momento, la estética y la forma en que los bogotanos nos habíamos transportado.  

Claro, durante estos 12 años la ciudad cambió. La torpe decisión de los gobiernos de izquierda de postergar la construcción de más troncales, de no introducir mejoras en el servicio y de prorrogar los contratos de los operadores en lugar de renegociarlos en condiciones más favorables para la ciudad y para los usuarios han llevado a que transmilenio, el otrora modelo a imitar, esté sumergido en una crisis monumental.

Pero cuando Peñalosa llegó nuevamente a la alcaldía en 2016, precedido de su fama de buen gerente, un amplio sector de la ciudad esperaba un giro en la forma en que se estaban haciendo las cosas. Desafortunadamente eso no ha pasado, los problemas siguen aumentando y los bogotanos tenemos cada vez menos paciencia.