OPINIÓN

Reingeniería del oasis

Superar sus propias marcas, capitalizar los sueños, ganarse una medalla. Algunos de los propósitos de 5.144 atletas que compitieron en los Juegos Nacionales 2012 y reflejaron juventud, habilidad, futuro.

Semana
23 de noviembre de 2012

Juegos Nacionales tuvieron un condimento especial: la participación de seis de los ocho medallistas olímpicos laureados en Londres 2002. Faltaron Mariana Pajón, porque en el menú todavía no hay BMX femenino, y el rutero Rigoberto Urán, ambos representantes del ciclismo, uno de los deportes de mayor jerarquía del país y que estuvo emproblemado al inicio de las justas debido a tutelas interpuestas por cinco pisteros de la selección Antioquia penalizados por no haber cumplido el requisito de la carta fundamental de Coldeportes de haber disputado las competencias clasificatorias por sus compromisos deportivos en el exterior.

Los primeros Juegos Nacionales se disputaron en 1928. Y Antioquia, por séptima vez en la historia, segunda consecutiva y sexta desde 1980, se coronó campeona con 144 medallas de oro, 141 de plata y 125 de bronce, revalidando la hegemonía a puro talento. Dominó el atletismo con 25 doradas. Resultados conseguidos, según Jamer Ochoa, entrenador del deporte base en el Urabá antioqueño, cuna de campeones, a una la política departamental comprometida con la realización, fase a fase, de los Juegos deportivos intercolegiados y los Juegos deportivos departamentales. "Hay mucho por hacer. Ahora sólo esperamos la presencia del estado después de los Juegos Olímpicos", dice Ochoa.

Valle quedó en el segundo lugar (120- 110- 106) y Bogotá en el tercero (118- 101- 105). De ahí para adelante (Boyacá fue cuarto, Fuerzas Militares quinto) es notable la brecha que existe en el rendimiento deportivo, afectada a una desigualdad socioeconómica histórica. Aunque Bogotá, con el presupuesto más nutrido de todos, tuvo una sequía de títulos de 1950 a 2004 (año de su última conquista), no tiene representantes en el medallero olímpico y actualmente el IDRD sufre serios problemas de gestión administrativa.

Los Juegos Nacionales constituyen el máximo evento deportivo del país y se realizan, dice la Ley 181 del deporte promulgada en 1995, como iniciación del ciclo selectivo y de preparación de los deportistas que representarán al país en competiciones o eventos deportivos internacionales. "Lo más importante de las justas es el legado de escenarios y la capacitación local que quedó en las regiones. El sistema competitivo es uno de los pilares importantes que tiene el alto rendimiento de cualquier país, los juegos hacen que los deportistas se preparen, y así se puedan detectar nuevos valores", dice Fabio Ramírez, director de los Juegos Nacionales 2012 que fueron organizados por Coldeportes en 14 ciudades de Córdoba, Cauca, Norte de Santander, Valle y Bogotá (en el Club Guaymaral se realizaron los deportes ecuestres). Chévere haberlos organizado en un departamento solamente para dejar huella, sentir el peso del cemento y la enseñanza en presente, pensando en futuro. El próximo año serán en Tolima y Chocó.

Hace ruido pensar en detección de talentos a edades élite. Y hace más ruido que Coldeportes dedique sus fuerzas a desarrollar y orientar programas destinados al alto rendimiento, cuando entre otras cosas muchos campeones siguen surgiendo por generación espontánea. Es ambiguo el Decreto ley 1228 del cual Coldeportes soporta su potestad en la organización de los Juegos Nacionales. La Ley 181 dice, en cambio, que es el Comité Olímpico Colombiano será el encargado de todo lo relacionado con deporte competitivo y de alto rendimiento. Y sila organización de los juegos nacionales es de Coldeportes, ¿por qué no son abiertos y democráticos? ¿Por qué uno de los requisitos para participar como deportista es estar federado, vinculado al deporte asociado a través del club y la liga?
 
La función de los entes estatales es liderar las políticas públicas destinadas al grueso de la población, a masificar y estimular la práctica del deporte, la actividad física, la recreación y el aprovechamiento del tiempo libre; a formar integralmente a las personas y preservar y desarrollar una mejor salud. No es enoviarse con el deporte asociado coordinado por el Comité Olímpico Colombiano, el 0.05 por ciento de la población, para obtener imagen y codearse con los campeones. "Coldeportes trabaja de la mano del comité para un espectro que no es el suyo, pareciera que hay una confusión conceptual", dice Álvaro Carreño, especialista en derecho deportivo. "En un país con unas mayorías en condiciones de riesgo y vulnerabilidad se requieren más mecanismos públicos y privados que generen movilidad social efectiva, que complementen los programas de subsidios partiendo de un reconocimiento profundo de los ciudadanos que se evidencie en la igualdad de oportunidades de calidad, en el deporte y en todos los ámbitos", anotó para El Tiempo, tras los olímpicos, Paula Moreno, ex ministra de Cultura y presidenta de la Corporación Manos Visibles.

El deporte colombiano necesita urgente una revolución desde sus entrañas. Definir los roles de los actores, emprender una reingeniería con las leyes en las manos de gobernantes valientes e innovadores. Un cambio de mentalidad para construir sobre una estructura sólida y así darle vida, legalidad y carácter a los brazos del Sistema nacional del deporte; articular todas las organizaciones deportivas con sus pares administrativos, caracterizar cada una las formas del deporte y la actividad física. Se trata de una revolución emprendida por las autoridades que tienen las riendas para transformarlo, y por los medios de comunicación que lo investigan, lo difunden y lo analizan, abriendo un debate para generar conciencia y valorar y descubrir ese derecho fascinante, que hoy parece un oasis.

Twitter: @pablodenarvaez7