Pasó de agache: Luis Carlos Sarmiento se quedó con la totalidad (sí, la totalidad) de El Tiempo

El 100% de las acciones de la Casa Editorial El Tiempo (CEET) están en sus manos. ¿Cuál será el precio de la obsesión de Sarmiento Angulo con el diario más influyende del país?

Semana
29 de mayo de 2014

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El 100% de las acciones de la Casa Editorial El Tiempo (CEET) están en sus manos. ¿Cuál será el precio de la obsesión de Sarmiento Angulo con el diario más influyende del país?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una noticia pasó de agache esta semana. Después de que a finales de abril se conociera que la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo (OLCSAL) había oficializado la compra de la Casa Editorial El Tiempo (un mes exacto después de darse el debate y dejar expuestas las preocupaciones de esa compra), este miércoles Portafolio.co, uno de los tantos medios de la CEET, dio a conocer con timidez que el número 64 de la lista Forbes era el dueño de toda la casa editorial.

 

De tiempo atrás Sarmiento era dueño de 33,37% de las acciones. El grupo español Planeta tenía el 55% pero decidieron vender porque no colmaron las expectativas que pintaba el negocio al principio: estaban interesados en el tercer canal y como ya es conocido la concesión se enredó. Sin dificultades el comprador ideal fue Sarmiento y con eso sumó un jugoso 88,37%.

 

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 ¿Para qué iba a querer Sarmiento el 11,63% restante si era el accionista mayoritario?, ¿quién le iba a llevar la contraria en alguna decisión? Los dueños de ese porcentaje nada despreciable eran por un lado la familia del exministro y columnista Abdón Espinosa y por el otro la familia Santos Calderón cuya historia ha estado ligada al periódico desde su nacimiento. 

 

Si es una obsesión o no, lo determinarán los que saben de negocios o del comportamiento humano. Lo que es cierto es que ahora siendo dueño total, el banquero tiene varios retos para demostrarle al país que puede manejar a la altura los seis periódicos impresos, 10 revistas, dos canales de televisión y 18 portales que es lo que aglomera la CEET; un poder de incalculables proporciones que sumado a las ambiciones puede ser comparable a los imperios mediáticos de William Randolph Hearst y Rupert Murdoch.

 

El hombre que pasó de tener un patrimonio de $10.000 a 12.300 millones de dólares (y en aumento porque según estimaciones la CEET vale unos 500 millones de dólares) argumenta que hizo la compra para "garantizar la supervivencia de un patrimonio nacional", una adquisición extraña cuando tanto la economía mundial como el negocio de la prensa están de capa caída. 

 

La OLCSAL dijo en abril de este año que la institución periodística "debe perseverar y crecer bajo los principios y valores que la han consolidado desde su fundación al servicio del país y por ende comparte la forma en que se ha liderado la administración corporativa y la conducción periodística (…) no se anticipan cambios en su estructura".

 

Esas son las buenas intenciones que ha mostrado el magnate pero el debate periodístico es obvio: hay preocupación. Que el periódico más influyente del país esté en manos de un grupo que tiene control sobre la otra mitad de Colombia es alarmante. Conspirando, el periodista de El Tiempo tendrá que conocer de principio a fin las empresas del que será, también, dueño de su producción intelectual. Eso para no meterse en líos de "políticas editoriales" o incompatibilidad de misiones. Porque la empresa quiere una cosa y el periodista otra (eso es normal cuando se enfrenta a un gerente con un periodista). Y cuando se está frente a un poder monopólico, seamos sinceros, se pierde la libertad para informar.

 

"¿Será que el doctor Sarmiento va a dejar que El Tiempo editorialice a favor del ministro de Hacienda cuando este se enfrenta a los bancos por los altos costos que ofrecen los usuarios?, ¿qué periodismo investigativo podrá hacerse en el tema de la minería que no toque los intereses del Grupo Sarmiento, que es el mayor productor de oro?", se preguntó María Jimena Duzán en 'El tiempo de Sarmiento', unas cuestiones que seguro le serán molestas al 'Todo poderoso' que hasta ahora no ha tenido la necesidad de comprar (al menos directamente) un periódico para llegar a donde ha llegado. Sus empresas son exitosas y se espera, por el bien del país y la prensa, que la CEET siga fortalecida tanto en el aspecto económico como en el periodístico. El Tiempo debería aprovechar el interés del banquero para refrescar su imagen y demostrar que las garras de los emporios también le pueden traer beneficios al ciudadano de a pie.

 

¿Un cierre idealista? Puede ser, pero es que ahora, con tanto poder aglomerado, ¿qué se le podrá criticar al doctor Sarmiento?

 


> En marzo SEMANA reunió en esta infografía 'los negocios de Sarmiento':

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Twitter: @HFCristancho