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SILVIA PARRA

Aclarando mitos sobre el celular asesino

Son noticias que le dan la vuelta al mundo y que hoy tienen confundida e inquieta a una gran comunidad de seguidores de los ‘Smartphones’.

Silvia Parra, Silvia Parra
20 de julio de 2013

¿Un teléfono inteligente puede provocar una descarga eléctrica mortal? ¿Es posible que un día nuestro teléfono pueda explotar y causarnos quemaduras de segundo grado? ¿Influye utilizar un cargador no original en el dispositivo para que provoque un accidente? ¿Es verdad que si exponemos nuestro celular frente al inminente rayo de sol por un largo tiempo la batería se va a recalentar y estallar? ¿Si duermo con el celular debajo de la almohada y caen rayos, voy a atraer uno hacia dónde estoy? ¿O será que todo esto es pura cháchara y se trata simplemente de una guerra publicitaria y de un despliegue de medios estratégico entre Apple, Samsung y competencia?

Quién no se ha hecho al menos una de estas preguntas, luego del extraño y fatal accidente ocurrido en China, donde una joven de 23 años, Ma Ailun, al parecer se electrocutó al contestar una llamada desde su iPhone 5 mientras este estaba conectado al cargador. Unos días antes escuchamos también el caso de una joven suiza que terminó con quemaduras de tercer grado en su pierna luego de la aún inexplicable explosión de su Galaxy S3 en el bolsillo del pantalón.

Ahora, mientras escribo esta columna, se acaba de registrar en los medios un nuevo caso de electrocución que deja a Wu Jiantong, un joven chino de 30 años, en coma, tras sufrir un accidente mientras su teléfono móvil, iPhone 4, estaba conectado a la red eléctrica.

Son noticias que le dan la vuelta al mundo y que hoy tienen confundida e inquieta a una gran comunidad de seguidores de los ‘Smartphones’ de última tecnología.

¿Qué está pasando? ¿Será posible que el celular nos mate? Para despejar dudas quise consultar a algunos ingenieros electrónicos expertos en el tema y recibí respuestas que fueron bastante coherentes. Todos, en principio, coinciden en afirmar que los incidentes con teléfonos inteligentes son bastante inusuales y que pocas veces tienen que ver realmente con el dispositivo. Sin embargo, también coinciden en que utilizar un cargador no original o genérico en el dispositivo puede ocasionar graves accidentes.

Los expertos sostienen que en ocasiones, los cargadores falsos escatiman en calidad, el protector del circuito puede no ser bueno y terminar en una rotura del condensador y el posterior envío de 220 voltios de energía directamente a la batería del teléfono. Resaltan que un cargador no necesariamente funciona correctamente en todos los países. Si se alimenta un teléfono con un cargador que no cumple los estándares o es incompatible, podría ser tan peligroso como una granada. China, por ejemplo, está inundado de cargadores de contrabando que podrían transformar un teléfono en un arma letal. Y esa es la razón, afirman los ingenieros electrónicos consultados, que pudo haber causado la muerte a la joven china de 23 años, un cargador diseñado para ser utilizado en Hong Kong, Taiwán o Japón, pero no en China continental. Hong Kong, Taiwán y Japón tienen un estándar eléctrico de 110 voltios. En China continental, de 220 voltios. El cargador entonces, se presume, se pudo haber roto y sobrecargado.

¿Mito o realidad la relación fatal entre los rayos y los teléfonos móviles?

A esta pregunta los expertos acuerdan en que los rayos suelen impactar, principalmente, con materiales metálicos de gran volumen y tamaño u otros conductores eléctricos de igual proporción (torres metálicas, postes, o acumulaciones grandes de agua), un celular, per se, es incapaz de atraer un rayo, y, por otra parte, las ondas electromagnéticas de un móvil tampoco influyen en la atracción de estas poderosas descargas electrostáticas.

De manera que los dispositivos electrónicos no atraen los rayos, como sí lo hacen los árboles y las estructuras altas. Según el ingeniero eléctrico especialista en generación eólica Adonis Pérez Lorenzo, un rayo, en efecto, sí puede entrar a nuestras casas por la línea telefónica, la antena del televisor, las líneas eléctricas de entrada, las tuberías metálicas de agua y las cuerdas para secar la ropa. Por eso, ante una descarga eléctrica atmosférica, se recomienda no hablar por teléfono, no encender el computador, no bañarse, no utilizar electrodomésticos y no tocar las llaves de agua del lavaplatos o lavamanos. Si quiere ser aún más precavido, mejor opte por desconectar la entrada de la electricidad a su casa.

Miembros de la National Weather Service y la National Oceanic and Atmospheric Administration de EE. UU. reafirman estas explicaciones y sostienen que ser alcanzado por un rayo es una cuestión de estar en el lugar y el momento equivocados y nada tiene que ver el dispositivo, celular, reproductor musical, computador con el que se encuentre en ese momento.

Sigamos el consejo, de aquí en adelante, cuando compre el reemplazo de algún producto, asegúrese de que sea el objeto original, no compre pirata, no compre cargadores ni baterías genéricas. Lo barato sale caro. Evite desgastar el cable de su cargador, no ubique su teléfono a temperaturas muy altas, desconecte el cargador si no lo está utilizando y cárguelo en lo posible cuando este el teléfono esté apagado.

Cuando caigan rayos resguárdese y olvídese de cualquier objeto electrónico. No desafíe a la naturaleza.

Y con respecto a la pregunta de si el celular puede matarnos:

En Colombia, tristemente, hay más probabilidades de que nos maten por el celular a que el celular nos mate. Hoy, con 6.800 millones de celulares en el mundo, y décadas del servicio móvil, sólo sabemos de unos casos contados en los que ha ocurrido un fatal accidente en el que está involucrado un dispositivo móvil.

Y usted, ¿cuántos casos ha oído de personas asesinadas por robarles el celular en Bogotá? Así que mi mejor recomendación: salga con cuidado, no dé papaya y encomiéndese a Dios cada día.





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