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El homónimo

El gobernador Cruz, hábilmente, le dijo al diario ‘El Tiempo’ que si aparece algún registro de propiedades a su nombre en el exterior, debe tratarse de un homónimo.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
9 de mayo de 2015

El gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, lleva dos años negando su participación en el carrusel de la contratación de Bogotá. Las evidencias se han ido acumulando sin que a Cruz le pase nada. Como van las cosas va a terminar su periodo en la Gobernación antes de que la Justicia evalúe las pruebas que están a la vista de todos.

En el centro del escándalo está una empresa llamada ICM, beneficiaria de multimillonarios contratos de pavimentación en Bogotá, algunos de los cuales habría logrado sobornando políticos. Aunque el gobernador lo niega, hay evidencias de que Cruz es uno de los dueños de la compañía.

En esa condición ha actuado y se ha presentado por fuera de Colombia. La prueba inicial fue casi anecdótica. Álvaro Cruz ha sido seguidor de un líder espiritual de la India, ya fallecido, llamado Sai Baba. En devota peregrinación Cruz viajó hasta la lejana localidad de Puttaparthi, en el sur de la India, donde funcionaba el monasterio del gurú.

La presencia del político colombiano en el místico paraje debió llamar la atención del equipo de Sai Baba, que registró su llegada con estas palabras en una página oficial: “Álvaro Cruz cabalga entre dos mundos, los negocios y la política. Es el dueño y CEO de una gran empresa constructora, ICM Ingenieros Ltda. en Colombia, América del Sur, y ha sido el gobernador de Cundinamarca, el mayor estado de Colombia”. (Ver registro)

Cuando descubrí esta información, hace dos años, llamé al gobernador para preguntarle por qué en la página del sabio Sai Baba afirmaban que él era el dueño de ICM. Cruz me dijo que quizás se debía a un malentendido idiomático: “Es que yo no hablo inglés”, afirmó.

Sin embargo, eso no parece haber sido una barrera para el gobernador-empresario. Hace unos días la unidad investigativa de Caracol Noticias reveló que el gobernador había hecho un negocio –todo en inglés– para comprar una propiedad por 7,5 millones de dólares en Homestead, Florida. Una población al sur de Miami.

Lo revelador es que la propuesta de titulación de la propiedad salió del correo alvarocruzv@gmail.com, la misma dirección electrónica desde la cual el señor gobernador me envió un correo en el año 2013. (Ver correo)

En la comunicación presenta un documento en inglés cuya metadata lo identifica como “first amendment Cruz proposal”. (Ver identificación electrónica)

La enmienda propuesta por Cruz contiene un párrafo según el cual es válido identificar a la empresa ICM como Álvaro Cruz Vargas y Luis Guillermo Mesa Sanabria: “ICM, Álvaro Cruz Vargas (‘Vargas’) y Luis Guillermo Mesa Sanabria (‘Sanabria’) que se unen en la ejecución de esta primera enmienda…”. (Ver documento)

La enmienda consagra que en el resto del documento Álvaro Cruz se llamará ‘Vargas’ y su socio Mesa se llamará ‘Sanabria’. Luego establece cuál es la participación en la millonaria propiedad que incluye a un empresario cubano Manuel Dorta-Duque con el 37,5 %, un porcentaje igual para Abraham Casallas, un próspero excontralor de Cundinamarca, y el 25 % restante para ICM, es decir, “Vargas/Sanabria”.

Si estuviera en español el párrafo sería: “A cada uno de los beneficiarios le corresponde la siguiente parte: Dorta-Duque (37,5 %), Casallas (37,5 %) y Vargas/Sanabria (25 %)”. (Ver participación)

El documento está firmado de puño y letra por el señor gobernador Álvaro Cruz Vargas y por su socio en ICM Luis Guillermo Mesa Sanabria. Copia de este documento está en los registros públicos de Florida. (Ver firmas)

El gobernador Cruz, hábilmente, le dijo al diario El Tiempo que si aparece algún registro de propiedades a su nombre en el exterior, debe tratarse de un homónimo.

Hoy la propiedad figura a nombre de otra compañía que compró la hipoteca del lote, ubicado sobre la autopista Florida’s Turnpike.

Esa sociedad, llamada Inmacon Corporation, es también llamativa. Fue constituida el 21 de abril de 2011 en las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal que vive de guardar secretos sobre el origen de grandes fortunas.

Lo curioso es que la críptica compañía solo tiene un representante cuya identidad se conoce y es –increíblemente– un colombiano. Como director y tesorero de Inmacom figura Alex Yesid Belalcázar Guerrero, un abogado que suele prestar sus servicios a firmas constructoras. (Ver carta del director)

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