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Santos chocó con Bogotá

Desde luego que debemos responsabilizar a Petro de toda su andanada de desaciertos pero el segundo responsable del caos capitalino es Juan Manuel Santos.

Guillermo Rodríguez M., Guillermo Rodríguez M.
29 de marzo de 2014

Escuchar al presidente Santos en su más reciente alocución tratándose de la destitución de Petro y su plan de choque para Bogotá, demuestra una vez más sus intenciones politiqueras y diáfanas con Bogotá. Desde luego que debemos responsabilizar a Petro de toda su andanada de desaciertos en asuntos de gobernabilidad en la ciudad, que todos sus propósitos fueron un puñado de anuncios sin sentido, que en el tiempo que estuvo como alcalde no hizo nada diferente a improvisar y a rodearse mal, sin embargo vale la pena mencionar que el segundo responsable del caos capitalino es el mismo Juan Manuel Santos.

Ad portas de la elección de alcalde Bogotá en el año 2012 ya existían fuertes fisuras del “premier” Santos con quien lo llevó en hombros al Palacio de Nariño. Para entonces el candidato que tal vez hubiese llevado a la ciudad a un mejor puerto sin duda alguna era Enrique Peñalosa. En esos días mucho se especulaba de la posible candidatura del expresidente Álvaro Uribe Vélez a la Alcaldía de Bogotá. El expresidente sin titubeo alguno le dio su apoyo incondicional y sin ningún cálculo a Peñalosa con el firme propósito que Bogotá recuperara el rumbo pues la administración distrital venía para entonces del desfalco de los Moreno.

Con mucho entusiasmo, Uribe y el candidato a la Alcaldía recorrieron la ciudad, visitaron cientos de barrios, reuniones con sectores productivos, gremios y cuanto ciudadano del común podían abordar para plantear las tesis del desarrollo para Bogotá. Lamentablemente, el populismo que implantó Lucho Garzón en las clases populares no se hizo esperar, cobró factura sumado con cientos de recursos del desfalco a la ciudad. Lograron lo que se venía venir: caos total en Bogotá por cuenta de un alcalde que quedó con la impronta del monte; el hoy enmermelado consejero presidencial de quien sabe qué cosa fue también consejero de Petro.     

A Bogotá la han “bailado” más que a la institucionalidad en La Habana. El gobierno nacional trata de alguna manera de traer a su redil a cientos de miles de electores que no quieren saber nada del actual gobierno, del partido de La U, y de cuanto chafarote usurpador y embaucador pulula. Después de las más fuerte derrota de La U en Bogotá, la derrota del gobierno frente al Centro Democrático en las pasadas elecciones parlamentarias, no le asiste más salida a Santos que apelar al populismo, descubrió en dos días que los problemas de Bogotá son seguridad, movilidad, vivienda y salud. Planteó plan de gobierno siendo presidente.  

Que alguien le cuente al presidente de la República que los planes de gobierno estructurales en los entes territoriales son propios de los alcaldes, que la ciudadanía le agradece mucho su preocupación por los problemas que aquejan a los bogotanos pero que hoy muchos de quienes entienden cómo “coció las habas” el mismo en el 2012 dejando el camino despejado a Petro para que ganara la Alcaldía. Eso evidencia que su estrategia para ayudar al destituido alcalde no era más que dividir. Basta recordar cómo empujó al ruedo a Parody, a Galán y a Luna para hacer alcalde a un chavista envalentonado y con exceso de arrogancia.

El presidente no ahorró palabras de respeto por la Constitución y la ley para el caso de Bogotá, esa misma que tanto se respeta desde La Habana en un proceso de paz espurio y contradictor, de la misma manera como se respeta la ley en unos acuerdos matando policías a diestra y siniestra. Así mismo imaginamos que dilatará la elección del alcalde de Bogotá, elección popular que desde el mismo día que se ejecutó la destitución debió darse a conocer la fecha para ese proceso electoral atípico. Si el presidente tiene agenda propia para Bogotá y una hoja de ruta de índole “presidencial” para Bogotá que nos cuente porque así las cosas para que alcaldes.

Corolario: sigan con los mojitos en La Habana y matando policías en Colombia. De la convocatoria o no a elecciones del alcalde para Bogotá, lograremos entender un poco más. Para entonces tendremos certeza de que la destitución de Petro y designación de Jaramillo era un asunto de paz. Total Santos ya chocó a Bogotá. 

En Twitter: @GuilloRodrig
*Abogado, director ejecutivo de gobierno, seguridad y desarrollo.

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