Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

El fútbol entre un círculo vicioso

El sábado pasado, Quindío perdió con un equipo de jugadores juveniles un partido profesional. El motivo: huelga del primer equipo por el no pago. El resultado no da para el análisis de trazo deportivo sino para ver cómo se repite la historia.

Semana
11 de abril de 2011

Lo que vive Deportes Quindío no es ajeno ni extraño a la situación de otros equipos del fútbol profesional. Quindío perdió el sábado contra Millonarios con un equipo de jugadores juveniles de Boca Juniors de Cali, un club afiliado a Quindío, habida cuenta de que los jugadores profesionales que representan al cuadro cafetero pararon y no se presentaron al partido, que igual jugaron para evitar la multa de la Dimayor. Un pésimo precedente. La razón: una deuda salarial de 3 meses. Reclamo legítimo si los hay. El resultado del match (5 a 0) no da para el análisis de trazo deportivo, sino para advertir la dimensión del problema estructural del fútbol en Colombia, a pesar de que lo pinten como el paraíso donde se jugará el próximo Campeonato del Mundo sub- 20, en el cual el gobierno aportará 50.000 millones de pesos para la remodelación de escenarios.

Hace casi dos años Postobón llegó a patrocinar el fútbol nacional con “el nuevo sabor” y mucho dinero. La empresa de gaseosas inyectará cerca de 47.000 millones de pesos en cinco años. Al comienzo los clubes recibieron de su nuevo padrino un anticipo para arreglar los problemas financieros. Pero la plata se fue como en bolsillo roto. Y los clubes, en la olla. No sólo Quindío, en las mismas están Cali, Medellín, Santa Fe, que no tiene seguridad social, América, Once Caldas. “Influye que no se pague puntualmente. El trabajo se debe remunerar siempre porque la vida es así. Uno trabaja es para sostener a una familia”, dice Juan Carlos Osorio, técnico del equipo de Manizales. La Organización Ardila Lülle, a la que pertenece Postobón, tiene los derechos de televisión abierta de los partidos del fútbol profesional colombiano con el canal RCN.

La Ley del Deporte tiene un decreto reglamentario que le permite a Coldeportes sancionar esas y otras irregularidades. El año pasado hubo ocho equipos que cesaron sus actividades debido al no pago, entre ellos Pereira, América y Pasto. En la región de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), los únicos dos países en los que, aun sin pagar, permiten participar a un equipo profesional son Venezuela y Colombia. Muchos jugadores nativos de Colombia se han ido a Centroamérica o Asia. Allá les pagan; aquí no hay garantías. Un antecedente fue en 2005: América de Cali no se presentó a jugar ante Real Cartagena por falta de pago, un derecho constitucional de todo trabajador. Aquella vez el derecho de huelga fue vulnerado por los empleadotes.

¿Y la plata dónde está? La fuente de ingresos de los clubes está en los patrocinadores, taquilla, publicidad, venta de jugadores y derechos de televisión. En los últimos años Quindío vendió a Hugo Rodallega, Álex Mejía, Diego Chará, Danny Santoya. “Yo entiendo que hay que cumplirles a los trabajadores con sus sueldos, pero definitivamente esta es una situación sui generis”, dice Ramón Jesurum, presidente de la Dimayor. Para algunos no tiene nada de sui generis. “Al contrario, desde los escritorios de las autoridades previeron lo que iba a ocurrir, y después lo permitieron”, denuncia Carlos González Puche, presidente de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro). Muchos equipos deben salario, seguridad social, impuestos. Pero así como hay una de cal, hay de arena. La Equidad, Junior y ahora Millos, por decir tres, están al día.

”Somos responsables los dirigentes, los jugadores, el público, el Gobierno, los árbitros y nosotros los técnicos”, dice Fernando “Pecoso” Castro, actual DT del Quindío, cuya nómina vale 120 millones de pesos mensuales. Aunque extensa y generosa, se abona la autocrítica de un tipo que conoce el paño como pocos y la ha embarrado como todos. Habrá, pues, que empezar a atacar los focos de incendio. El presidente y dueño de Quindío es Hernando Ángel, empresario del Valle del Cauca y ex miembro de la junta directiva de la Federación Colombiana de Fútbol. Arropado por el reglamento que permite inscribir hasta último momento jugadores aficionados, quienes fueron los que jugaron, ordenó jugar ante Millos. Esa es la famosa rendija, la puerta abierta, la gabela del reglamento en la que se apoyó, punto al que hacía mención el presidente de Acolfutpro sobre que las autoridades previeron y permitieron el desenlace de esta novela.

Para el “Pecoso” Castro, “estamos en una crisis y todos la ignoran. Una crisis de valores humanos, no hay honestidad, sentido de pertenencia, todos buscan cómo sacar su tajada. Todos van por distintos caminos”.

El artículo 29 de Ley 181 del Deporte promulgada en 1995, norma bastante ignorada, prohíbe que una misma persona sea dueña o posea acciones en más de un equipo profesional. Ángel tiene injerencia en tres categorías, A, B y C: acciones en Centauros, el equipo de fútbol hasta ahora de Villavicencio que juega en segunda división; alguna porción de Boca de Cali que juega en tercera; es socio de Deportivo Cali. Ahora, una nueva ley da plazo y opción para que los clubes se conviertan en sociedades anónimas, regidos por socios y no por un puñado de personas. Muchos creen que no se trata de seguir promulgando leyes. Hay que aplicar las que están escritas. Si no el círculo vicioso seguirá rampante. Para Óscar Bautista, gerente de la Fundación Deportes Colombia, se necesita pura voluntad política. En Coldeportes o el Ministerio de Protección Social, entidades que regulan y controlan nuestro deporte, deben arremangarse y castigar morosos y deudores, dejar de ponerse la camiseta del campeón. Investigar, informarse y sancionar.

Sobre el tema del fútbol a nivel selecciones, permítanme un paréntesis. No sé si ese es EL deporte más importante del país. Es cierto que es el más practicado gracias a su facilidad de juego y magia. “Pero si es el que más juegan, ¿por qué llegan tan pocos y tan mal preparados? ¿Por qué la mayoría del presupuesto se lo está comiendo el mundial sub 20 y no se destina a capacitación o formación en fútbol, o incluso a otras federaciones?”, se pregunta Bautista. Algo pasa en el filtro, en la mitad de la pirámide deportiva cuya base es la gran cantera, y la punta, el alto rendimiento. Lo lamentable es que eso no solo pasa en el fútbol.

Noticias Destacadas