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¿Por quién votar?

Hacen falta evaluaciones rigurosas sobre el trabajo de los congresistas para que los electores voten por los mejores y castiguen a pécoras, corruptos y a quienes tienen vínculos con organizaciones ilícitas.

José E. Mosquera, José E. Mosquera
28 de febrero de 2014

El Congreso de la República es una de las instituciones más cuestionadas en Colombia. La mayoría de los colombianos juzgan las labores de los congresistas por los vicios clientelistas y los malos manejos de los asuntos públicos que hacen algunos de ellos y otros por sus vínculos con el paramilitarismo y el narcotráfico, pero no sobre evaluaciones serias a cerca de la calidad del trabajo de cada parlamentario.

Hacen falta evaluaciones de esa naturaleza para que los electores apoyen los mejores y castiguen a los pécoras y a los corruptos a la hora de votar por los 2.441 aspirantes a ocupar las 269 curules, y que según la Fundación Paz y Reconciliación 131 de ellos tienen vínculos organizaciones ilícitas.

En la década del 80 del siglo pasado, la Unidad Investigativa de El Tiempo, en cabeza de Daniel Samper Pizano, hizo por primera vez una guía evaluativa sobre la calidad del trabajo de los congresistas.  Fue un trabajo pionero que levantó ampollas en la política colombiana y dejó huellas profundas en el periodismo investigativo en Colombia. Investigaciones que debería retomar la prensa, pues no se trata de simplemente criticar la labor del Congreso por la pésima imagen que proyectan los parlamentarios corruptos, sino hacer análisis rigurosos donde se mida el desempeño legislativo de cada uno de ellos para que los electores conozcan quien es quien en el Congreso.

En los últimos años la firma encuestadora Cifras & Conceptos ha hecho unas encuestas sobre las labores de los parlamentarios y ha destacado cada año el trabajo de un selecto grupo de congresistas. Pero sus escogencias no se sustentan en estudios estadísticos contundentes, sino en opiniones de los encuestados.

Ahora la Revista Dinero acaba de hacer una interesante evaluación estadística sobre el trabajo de los senadores y escogió a los diez mejores y a los cinco peores. Destacó como los mejores a los liberales Juan Manuel Galán, Eugenio Prieto Soto, Rodrigo Villalba y Luis Fernando Velasco; a Jorge Robledo y Luis Carlos Avellaneda del Polo, a los conservadores Juan Mario Laserna, Hernán Andrade y José Darío Salazar y a la senadora Maritza González del Partido de La U. Y como los peores a Fuad Char, Samy Merheg, Astrid Sánchez, Arleth Casado y Claudia Wilches. 

De los diez mejores me detengo en la labor del senador antioqueño Eugenio Prieto Soto por sus planteamientos renovadores de la política. Prieto Soto es un legislador estudioso y pragmático, sin dudas unas de las figuras más promisorios del Partido Liberal y de la política colombiana. Un líder que en la medida que los colombianos conozcan su trabajo y su visión sobre una nueva forma hacer política va a dar de mucho que hablar en Colombia.

Por eso el ejercicio de Dinero es una herramienta útil para que los electores tengan una guía por quién votar el 9 de marzo. En estas elecciones se presentan nuevas figuras que de salir electas proyectarán una nueva imagen del Congreso como Claudia López y Carlos Lozano de la Alianza Verde, Carlos Fernando Galán, Rodrigo Lara y Harold Mosquera Rengifo de Cambio Radical, Rodolfo Arango del Polo y la liberal Judith Pinedo, entre otros líderes estudiosos que aspiran llegar por primera vez al Congreso.

Al igual que veteranos como el ex presidente Uribe, Horacio Serpa, Iván Cepeda, Vivian Morales, Guillermo Rivera y Antonio Navarro, entre otras figuras que han sido congresistas  sobresalientes. Además de otra serie de candidatos cuestionados, delfines sin preparación ni méritos, herederos de clanes y de parapolíticos, cuyas sombras empañan esta campaña.

Finalmente del ramillete de pécoras que señaló Dinero, me llama la atención los casos de la senadora Arleth Casado, quien obtuvo una de las votaciones más alta del Partido liberal en las pasadas elecciones, pero su guarismo electoral contrasta con su mediocre labor legislativa. Y de la congresista Astrid Sánchez, heredera del nefasto clan político Sánchez Montes de Oca que ha dominado la política chocoana en los últimos años, quien con el Representante José Bernardo Flórez, del mismo grupo político son dos figuras que perjudican la imagen del parlamento.

En el caso del Chocó, solo dos candidatos de salir elegidos le cambiarían la cara a la política en aquel departamento. La candidata a la Cámara por el partido de la U, Melania Valois Lozano por su arraigo popular, su experiencia, su liderazgo y su visión de la política y el candidato al Senado por Cambio Radical, Harold Mosquera Rengifo, un líder carismático con  ideas renovadoras, que encarna una lucha por un cambio profundo en las costumbres políticas en Colombia.

En Twitter: @j15mosquera
jemosquera@une.net.co

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