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Los pobres también ganan

Aunque los reportes de utilidades del sistema financiero generan resquemor en algunos sectores de la sociedad, son también una buena noticia para los pobres del país.

Semana
10 de agosto de 2010

Sucede cada trimestre. Una mañana, como la del pasado 7 de agosto, aparece en el periódico un extenso reportaje titulado “La banca gana 13.6% más”. Semejante noticia hace que se levanten voces de indignación a lo largo y ancho del país. Aseveraciones como “los ricos se hacen más ricos” y la sensación de haber sido abusados por los grandes capitalistas llenan las mentes de los colombianos menos favorecidos. Así se profundiza en el imaginario colectivo la idea de que el sistema financiero explota a los pobres para lucrarse.

Así, aunque el incremento en las utilidades de la banca pueda parecer astronómico e incluso injusto, dependiendo del juez, es sólo una cara de la moneda. Otro artículo de prensa reporta que las utilidades de los fondos de pensiones fueron 4.4 billones de pesos, que generaron una rentabilidad de 15.8 por ciento efectivo anual en el largo plazo. Esta noticia, sin embargo, no genera mayor revuelo, aunque su importancia es mayúscula.

Según Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, los fondos de pensiones (obligatorios y voluntarios) han abonado 50.8 billones de pesos en las cuentas de sus afiliados. Esta cifra equivale a poco más del 10 por ciento del Producto Interno Bruto del año pasado y es una suma de dinero que se dirige a financiar la pensión de todos los colombianos cotizantes. Además, buena parte de estos recursos van al Fondo de Solidaridad Pensional, que busca financiar la pensión de los colombianos menos favorecidos y cuyo monto de capital ahorrado no alcanza para pagar la pensión mínima.
 
No quiere decir esto que el esquema pensional esté exento de fallas. Hay problemas de financiación de parte importante de las pensiones futuras causado por las bajas tasas de interés que se han sostenido en niveles mínimos históricos desde septiembre de 2009. Además, la expectativa de vida de los colombianos ha aumentado en 7 y 4 años para mujeres y hombres, respectivamente. Esto ha hecho que Montenegro urja al Congreso a aumentar la edad de jubilación para todos los cotizantes. Por otra parte, la informalidad de la economía amenaza el corazón mismo del esquema pensional, sobre todo si se tiene en cuenta que los trabajadores más jóvenes, encargados de financiar las pensiones de los más viejos, no tienen oportunidades de contar con un trabajo formal que les dé acceso a este beneficio.

Estos problemas, que generan lo que se ha llamado la “bomba pensional”, pueden solucionarse, aunque los remedios son altamente impopulares. En primer lugar, si la esperanza de vida aumenta, también debe aumentar la edad de jubilación. De lo contrario, la mesada pensional deberá reducirse para que el capital acumulado alcance para pagar una suma fija durante un período más extenso de tiempo al cotizante. Otra medida importante consiste en formalizar la economía para que todos los colombianos trabajadores tengan acceso a los beneficios del esquema pensional. Esta formalización se hace indispensable si se quiere mantener un sistema financiado y sostenible en el largo plazo y se logra con una legislación laboral menos laxa, que privilegie al trabajador, y con un compromiso serio por parte de los empleadores del sector público y privado. Estos son algunos de los grandes retos del nuevo gobierno, pues el de las pensiones es un problema que, como una bola de nieve, si no se controla, crece hasta volverse inmanejable.

Aunque los retos son grandes, las noticias recientes son muy positivas. En primer lugar, el crecimiento estimado es del 4.9 por ciento para el segundo trimestre de 2010, según el Banco de la República. Además, las utilidades de los establecimientos de crédito crecen a un ritmo de 13.6 por ciento (trimestre frente a trimestre) y las colocaciones de crédito aumentan de forma sostenida. Esto refleja tanto un crecimiento en la demanda como en la confianza de los consumidores y no es una noticia negativa, como muchos quieren creer. Por otra parte, como ya se mencionó, el sistema pensional tiene rentabilidades de largo plazo que exceden en más de diez puntos porcentuales la inflación histórica para el mismo período. Esto redunda en un beneficio para todos los colombianos, sobre todo para los más pobres que en sus años viejos dependerán, en mayor medida, de lo que hubieren cotizado al fondo obligatorio de pensiones durante su vida laboral. Finalmente, Colombia ha sido incluida en el selecto grupo de los seis países con mejores perspectivas de crecimiento para los próximos 10 años, esto por sí solo debería ser un motivo de celebración.

Los retos para el gobierno Santos son muy grandes, pero la economía está en una situación de estabilidad que les entrega a él y a sus ministros las herramientas suficientes para lograr avances importantes en temas de desarrollo, crecimiento y sobre todo empleo. Adicionalmente, las mayorías en el Congreso se presentan como un punto de apoyo clave para adelantar las reformas que resolverán, entre otras, la crisis pensional que se vislumbra en el futuro. Está en manos del nuevo gobierno coger al toro por los cuernos para resolver de una vez por todas los problemas críticos que otros gobiernos sólo han paliado con medidas temporales e ineficaces.
 
* Profesional en Finanzas y Relaciones Internacionales. Master of Science en finanzas de la Universidad Pompeu Fabra. Profesor Investigador Cipe – Universidad Externado de Colombia. germanf.forero@uexternado.edu.co  

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