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La fuerza de la fragilidad

Tintori es una sencilla mujer que se convierte en símbolo del sufrimiento de un país.

Semana.Com
24 de mayo de 2016

Que no tiene discurso profundo, que es bonita, que es light, que su único mérito es ser esposa de un preso, que es frágil, dicen los adversarios;  sin embargo, representa justamente la situación crítica de la gente en Venezuela, una mujer joven, esposa, madre, otrora campeona de deportes de élite, locutora y presentadora de televisión, que tocada por el dolor, ha alzado su voz para denunciar lo que pasa en su país y con ello logra movilizar sentimientos y genera identidad con una causa, a través de un discurso que va más allá de la trayectoria de su marido, materializando el mayor desafío que tiene el chavismo y llegando a tener más influencia internacional que experimentados políticos del continente.

Esto es lo que vemos en Lilian Tintori,  quien ha logrado comunicar, por encima de cualquier barrera de censura, el sufrimiento de una familia víctima de una justicia politizada, que como a otras tantas  les desconocieron   derechos fundamentales, tales como  ser juzgado por un tribunal independiente e imparcial, el  debido proceso, las garantías para la defensa, pero ante todo el derecho a la libertad,  valor elemental  para la dignidad del  ser humano, que solo puede ser limitado por una causa probada, el cual ha sido reiteradamente  violado en los casos de los dirigentes opositores de su país, tal vez ellos sí, experimentados líderes políticos que advertían sobre la crisis que hoy envuelve a Venezuela.

La llegada de Chávez al poder se vio como una oportunidad de cambio y  con expectativa se le fue dando margen de observación, pero los desmanes  y los abusos oficiales fueron ganando terreno, hasta que la justicia demostró que se destapó los ojos y la balanza se inclinó a favor de la política.  A los primeros privados de la libertad se les dejó en el olvido; cuántas familias, hoy representadas por Lilian, han vivido en Venezuela el dolor de la injusticia y sobre todo el de la indiferencia de las mayorías.  Pero llegó el momento en que la crisis tocó a sus puertas y vemos cómo se derrumba un mal gobierno, que solo saldrá del riesgo de la violencia, si la comunidad internacional opina y presiona concertación con quienes hoy siendo oposición representan la mayoría.

La fuerza del amor que representa Lilian Tintori deja varias enseñanzas, pero definitivamente que mueve a los seres humanos sin distinción de clases, o de credos; inclusive que no respeta fronteras y genera solidaridad suficiente, como para haber logrado la concurrencia simultánea de los dirigentes colombianos, a los que la política interna mantiene en orillas distintas. 

La fragilidad de Lilian representa la fuerza de la dignidad, su figura contrasta con la rudeza de  Maduro,  quien aparece a diario en una especie de reality, en el que anuncia decretos fallidos y amenaza permanentemente con desplegar su poderío militar, que no corresponde a la angustia del pueblo en las calles, .  Entre más tirano Maduro, más fuerte Lilian,  la figura venezolana que recuerda  al  “rebelde desconocido” de Tian´anmen y a  Mariquita Sánchez en Argentina.

*Presidenta de Asomovil

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