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JOSÉ MANUEL ACEVEDO M.

¿Tatequieto al Procurador?

Si el hoy presidente cree que Uribe es un dolor de cabeza, Ordóñez puede volvérsele una migraña crónica.

José Manuel Acevedo M.
9 de marzo de 2013

No es pura coincidencia que en menos de diez días la Corte Constitucional le haya dado dos golpes al poder burocrático del procurador al quitarle, por un lado, la facultad de nombrar y remover libremente a sus más altos funcionarios y, por el otro, impedirle intervenir en los concursos de personeros municipales en todo el país.

Aunque Alejandro Ordóñez fue reelegido con amplia mayoría en el Senado y el matrimonio de su hija haya revelado un poder de convocatoria sin par, el devenir político del procurador general de la Nación no es del todo predecible. Quizás Ordóñez tenga un millón de amigos e inspire en muchos temor reverencial, pero también le sobran enemigos y la supremacía que ostenta puede empezar a tambalear.

El procurador, que no es torpe políticamente, entiende el mensaje y es consciente de que un tercer golpe se puede estar cocinando: un sector de la Corte cree que es hora de sentar jurisprudencia para quitarle el poder disciplinario al procurador sobre los congresistas.

Círculos cercanos a Ordóñez están convencidos de que será una sentencia que el sistema interamericano de derechos humanos proferirá la que sirva como pretexto para quitarle esas funciones de investigación y juzgamiento disciplinario de congresistas al procurador. Esto, por supuesto, tiene inquieto a más de uno en el Ministerio Público.

Lo cierto es que en la rama judicial, y especialmente en la Corte Constitucional, hay algunos magistrados que no comulgan con que Ordóñez tenga tanto poder y están haciendo lo posible por bajarle la caña y ponerle el ‘tatequieto’.


Las relaciones del procurador con el gobierno Santos tampoco son las mejores. Aunque el primero ya tomó la decisión de continuar en su cargo a pesar de los cantos de sirena que le piden que renuncie para lanzarse a la Presidencia y enfrentársele al mandatario actual, el asunto de la paz podría ahondar el distanciamiento entre la Procuraduría y la Casa de Nariño.


Si a los acuerdos en La Habana se les va la mano en ‘perdón y olvido’ y si las FARC pretenden salir del monte derechito al Congreso, Ordóñez será un palo en la rueda para la instrumentación de estos pactos de paz. 

Él mismo se lo hizo saber a Enrique Santos Calderón en una comida en la que estuvieron los embajadores de Cuba y España, el ministro de Defensa y el defensor del pueblo.

En esa medida otro gran interesado en frenar al procurador es el propio presidente Juan Manuel Santos, quien a pesar del consejo de muchos de sus allegados se abstuvo de ponerle un contendor fuerte a Ordóñez y ahora puede estar arrepentido. 

Si el hoy presidente cree que Uribe es un dolor de cabeza, Ordóñez puede volvérsele una migraña crónica cuando llegue el momento de convocar a un referendo para confirmar lo negociado en Cuba.

El procurador que, insisto, no es ningún bobo, seguramente saldrá pronto de sus cuarteles de invierno porque sabe que le están pisando las mangueras y responderá. Esta especie de ‘guerra fría’ va para largo. Ya verán…

Twitter: @JoseMAcevedo 

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