SALUD
Beneficios de la lactancia, para la salud de la madre y el bebé
La OMS recomienda que la licencia de maternidad dure, al menos, 6 meses.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra del 1 al 7 de agosto, por ello, diferentes organismos en esta fecha enfatizan en la importancia que tiene para la vida y salud del bebé, la lactancia materna en las primeras etapas de la vida del mismo.
La doctora Susana Ares Segura, coordinadora del área de Lactancia Materna del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, manifestó que “la lactancia materna tiene importantísimos beneficios para la madre y el bebé y todos los agentes sociales que rodean a la madre y su hijo (pareja, familia, personal sanitario, el entorno laboral, etc.) deberían poner facilidades para mantenerla y prolongarla todo el tiempo necesario”.
Dicho esto, la lactancia materna ayuda al bebé porque: favorece su desarrollo sensorial y cognitivo y los protege de enfermedades infecciosas y crónicas frecuentes en la infancia como la diarrea, la otitis o la neumonía y ayuda a una recuperación más rápida gracias al traspaso de anticuerpos de la madre.
Además, iniciar la lactancia materna dentro de la primera hora de vida protege al recién nacido contra las infecciones y reduce la mortalidad neonatal; proporciona los nutrientes necesarios en calidad y cantidad para un crecimiento y desarrollo adecuado. Sumado a que contiene bacterias beneficiosas fundamentales para la digestión y absorción de nutrientes.
Tendencias
Asimismo, los adolescentes y adultos que fueron amamantados de niños tienen menos tendencia a sufrir sobrepeso, hipertensión u obesidad. Amamantar, además de ser alimento, también alivia del dolor, por ejemplo, durante la administración de las vacunas.
Por otro lado, la lactancia establece y fortalece el vínculo afectivo madre-hijo, debido al aumento en los niveles de oxitocina que se producen cada vez que la madre da el pecho.
También reduce los síntomas de depresión postparto y mejora la presión arterial. Mientras se da el pecho, la oxitocina ayuda a que la madre tenga mejor presión arterial basal, sistólica y diastólica, e incluso aumenta su umbral del dolor, además de favorecer una sensación de bienestar.
Igualmente, favorece la contracción del útero y previene hemorragias. Dar el pecho desde el inicio ayuda a que el útero se contraiga más rápidamente. Esto facilita la expulsión de la placenta y evita que la madre pierda demasiada sangre tras el parto.
Por eso, es muy importante el contacto temprano piel con piel con el bebé, nada más nacer para favorecer la lactancia materna durante la primera hora tras el parto, lo convierte en un momento decisivo para madre y bebé.
En los días posteriores al parto, la oxitocina producida con la lactancia disminuye las posibilidades de sufrir anemia ferropénica debido a las pérdidas de sangre. Además, la lactancia reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes de tipo 2 a lo largo de la vida.
Así, las mujeres que dan el pecho tienen menos riesgo de infartos e ictus, de ahí que la Asociación Americana del Corazón recomiende mantener la lactancia materna hasta al menos el primer año de vida del bebé, siempre que sea posible, y teniendo en cuenta que cada seis meses el riesgo disminuye un poco más (del 3 al 4 %).
Al hilo, esta práctica reduce el riesgo de cáncer. En concreto, cada mes extra que se da el pecho también reducirá el riesgo de sufrir diferentes tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama, ovarios y útero. Dar el pecho favorece una pérdida más rápida del peso ganado durante la gestación.
Además de los importantes beneficios que tiene para la salud y el bienestar de la madre y el bebé, la lactancia materna implica un ahorro enorme para las familias y un importante beneficio ambiental para el planeta.
Por todo ello, tanto la OMS como Unicef recomiendan el inicio temprano de la lactancia -durante la primera hora siguiente al nacimiento-, mantener la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y continuarla hasta los 2 años de edad o más, con la incorporación de alimentos complementarios a partir de los 6 meses.
*Con información de Europa Press.