El avance podría resultar ideal para adultos de la tercera edad, quienes usualmente son los que olvidan tomar sus fármacos a tiempo.

INNOVACIÓN

Estados Unidos aprueba el primer medicamento digital

Estados Unidos aprobó la primera pastilla que tiene en su interior un sensor de rastreo. Ahora el médico podrá verificar si el paciente está tomando sus fármacos correctamente.

18 de noviembre de 2017

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos aprobó el lunes pasado el uso del primer medicamento digital. Se trata de Abilify MyCite, una píldora que en su interior contiene un pequeño sensor con el que médicos o familiares podrán verificar si los pacientes están tomando los fármacos a la hora indicada y de la forma correcta.

Aunque la farmacéutica japonesa Otsuka desarrolló en 1992 la primera versión química, solo en 2007 nació su versión digital. Con la ayuda de Proteus Digital Health, una organización dedicada a desarrollar este tipo de medicamentos, Otsuka logró darle vida a Abilify MyCite. Esta novedosa tecnología, luego de diez años de estudio, recibió el permiso de la FDA para su venta.

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Diarios como The New York Times reportan que la píldora funciona de la siguiente manera: el sensor digerible, hecho de magnesio y cobre, se activa cuando la píldora entra en contacto con los jugos gástricos. En ese momento se conecta con un parche en el torso del paciente que, por medio de una aplicación móvil, transmite la información al médico. Con ello este puede conocer la fecha y la hora en la que el paciente ingirió la píldora, y su nivel de actividad y estado de ánimo. Ese avance permitiría mejorar las probabilidades de éxito en el tratamiento de algunas enfermedades.

La pastilla resulta crucial porque muchos pacientes no se comprometen con las indicaciones del médico. El inconveniente, conocido como falta de adherencia al tratamiento, resulta costoso para todos, pues sin la correcta ingesta de la dosis, las personas se enferman más, requieren más atención y significan un gasto extra para los sistemas de salud.

En un principio, Abilify MyCite podrá funcionar en los medicamentos relacionados con enfermedades como la esquizofrenia o el desorden bipolar. Los pacientes con estas condiciones mentales suelen dejar de tomar sus fármacos porque no toleran los efectos secundarios, no creen que tengan una enfermedad o, en ocasiones, simplemente sus médicos les inspiran paranoia.

Por eso, muchos sectores de la salud recibieron la noticia con reserva. Algunos dudan que las personas con esquizofrenia adopten la medicina. “¿Un sistema que monitorea el comportamiento y envía señales del cuerpo al médico? Hubiera sido mejor lanzar una medicina digital en otra condición y no en esquizofrenia”, le dijo a The New York Times Paul Appelbaum, experto en ética y siquiatría de la Universidad de Columbia.

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Para evitar este tipo de inconvenientes, el paciente deberá consentir previamente que el médico y otras cuatro personas, incluyendo miembros de su familia, reciban los datos electrónicos de cuándo toma sus pastillas.

Aunque algunos creen que la píldora invade la privacidad del enfermo e incluso la apodaron como “el gran hermano de la biomedicina”, otros dicen que ayudará a los pacientes, sobre todo a los de la tercera edad. La píldora digital puede ser ideal para aquellos pacientes que olvidan tomar sus medicinas, también para enfermos de tuberculosis –que deben tomar sus fármacos en presencia de una enfermera– o en los casos en que es necesario asegurarse de que ningún paciente exceda su dosis para evitar dolores después de una cirugía.

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Abilify MyCite es la primera de muchas drogas similares en desarrollo para casos como derrames cerebrales, problemas del corazón, VIH y diabetes. De hecho, recientemente expertos del MIT junto con investigadores del Brigham and Women’s Hospital de Boston, un hospital afiliado a la Universidad de Harvard, publicaron los resultados de un aparato digerible que detecta la frecuencia con que una persona come. Y según el diario The Wall Street Journal, en 2010 la firma Novartis obtuvo licencias para usar la tecnología de Proteus en productos que tratan el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y el trasplante de órganos.

El éxito de Abilify MyCite resultará determinante para que otras versiones de este tipo reciban el permiso de la FDA, pero más importante aún, para ayudar a los médicos y mejorar la confianza de los pacientes.