¿Qué hacer con estas chicas?

Tal vez más grave que las fotos de Fergie pueden ser las grabaciones de Diana.

28 de septiembre de 1992

CON POCOS DIAS DE DIFERENCIA, LAS dos nueras de la reina Isabel II de Inglaterra fueron pilladas "in fraganti": la publicación de unas atrevidas fotografías de Fergie retozando al lado de una piscina con su asesor financiero y la grabación de una romántica conversación de Diana con un hombre, han demostrado que los rumores sobre los devaneos amorosos de las esposas de Carlos y Andres de Inglaterra son mucho más que especulaciones de la prensa sensacionalista.
En momentos en que se hablaba de una posible reconciliación con su marido la duquesa de York fue fotografiada por un paparazzi en ardorosas escenas con el millonario tejano, John Bryan, en una villa de St. Tropez. La relación se inició en marzo pasado, a raíz del anuncio de su separación del príncipe Andrés -por culpa de otras comprometedoras fotografías de la duquesa con otro millonario tejano, Steve Wyatt-. Entonces Bryan apareció en escena como un amigo de confianza de los duques de York, escogido para asesorar a Sarah en los asuntos financieros. La pareja ha sido vista en Tailandia, Nueva York, Argentina y París, pero insistentemente se había recalcado que su relación era "estrictamente profesional". El 9 de agosto, Sarah viajó al sur de Francia para pasar unos días de descanso con sus hijas y de paso atender algunos asuntos con su asesor... El resto, es escándalo.
Pero si la imagen del topless de Sarah en brazos de otro hombre ha dejado estupefactos a los ingleses, la evidencia de que sus dos pequeñas hijas -Beatriz, de cuatro años, y Eugenia, de dos años-han sido testigos de su ardoroso romance ha sacado de quicio a la reina. El día que el Daily Mirror público las fotos, Sarah abandonó el castillo de Balmoral, donde pasaban el fin de semana con la familia real. Para los británicos no es un secreto que el descarado comportamiento de la duquesa significará no sólo su ruina económica sino posiblemente la pérdida de la custodia de sus hijas.
Como si esto no fuera suficiente para hacer tambalear los cimientos de Buckingham, dos días después se hizo pública la grabación de una romantica conversación de la princesa de Gales con un hombre, quien ha sido identificado por la prensa como James Gilbey, un antiguo amigo de Diana. La charla, que se llevaba a cabo desde el teléfono de un automóvil, fue escuchada casualmente por Cyril Reenan, un anciano radioaficionado que inocentemente la grabó. Lo que parecía un desabrido diálogo de enamorados tenía sospechosas referencias "Fergie", "Willis" ,"Di"-que dieron a Reenan la pista de que era la grabación más cotizada del mundo. Hasta ahora ni el Palacio de Buckingham ni el Scotland Yard han desmentido su autenticidad. El diario The Sun la transcribió el martes anterior y ofreció al público la oportunidad de escucharla marcando un numero telefónico. Hoy, nadie duda de que la interlocutora es la princesa de Gales. Aunque la conversación tuvo lugar en diciembre de 1989, su tono viene a confirmar las revelaciones hechas hace unas semanas por el periodista Andrew Morton, quien en su libro "Diana, la verdadera historia" puso al descubierto el gran fiasco que ha sido el matrimonio del principe Carlos James Gilbey, un soltero de 35 años, es una de las principales fuentes del libro. Aunque se ha dicho que Diana ha tenido varios "confidentes", esta es la primera vez que existen pruebas de un affair de la princesa.
Lo cierto es que hoy por hoy no son pocos los subditos que piensan que este ha sido el más duro golpe que la Corona ha sufrido desde la abdicación de Eduardo VIII. "La tolerancia de los británicos acerca de los pecados de la gente es legendaria, pero tiene su límite", puntualizó el Daily Mirror. Y aun que al lado de las fotos de Fergie, la conversación de Diana aparece como un cándido romance de una esposa condenada a un matrimonio sin amor, la verdad es que a menos que la tendencia al escandalo sea conjurada en la familia real, y el matrimonio de Diana y Carlos se salve, el prestigio de la monarquía británica podría no sobrevivir.