Home

Cultura

Artículo

| Foto: Wilfredo Amaya / Cartagena Festival Internacional de Música

ENTREVISTA

“Un pianista es como un lobo solitario”

Luego de su última presentación en Cartagena, Jean-Efflam Bavouzet, una de las estrellas invitadas Festival Internacional de Música, habló con Semana sobre su carrera y la vida de un músico.

9 de enero de 2017

Salió ovacionado luego de interpretar varios de los éxitos de Claude Debussy en la capilla del hotel Santa Clara. Los dos días anteriores le había pasado lo mismo en el Teatro Adolfo Mejía cuando tocó canciones del francés y su contemporáneo Maurice Ravel junto con la orquesta Les Siecles. Además, tuvo tiempo para hacerle un homenaje a otros dos franceses (Gabriel Pierné y Gabriel Fauré) en un concierto gratuito en la Plaza de San Pedro.

El pianista Jean-Efflam Bavouzet, quien ha ganado premios por sus discos con las obras completas de Debussy y Beethoven, es uno de los músicos invitados al Festival Internacional de Música de Cartagena que este año le rinde un homenaje a la música francesa de comienzos del siglo XX. Semana habló con él sobre la música y el día a día en la vida de un músico.

Consulte: La pieza musical que estuvo perdida y sonará en Cartagena

Semana.com: ¿Cuándo se dio cuenta de que lo suyo era la música?

Jean-Efflam Bavouzet: En realidad bastante tarde. Probablemente alrededor de los 18 años cuando un profesor, un maestro muy importante, me contó cómo podía aprender por mí mismo. No me dijo qué hacer, sino qué hacer para poder aprender. Y ese es un punto de quiebre para la vida de un músico, porque a partir de ahí todo sale natural. Luego disfruté al practicar y ahí terminó de cuadrar todo.

Paradójicamente yo ya tenía un premio en el Conservatorio de París y había estudiado percusión y oboe. La música siempre había sido parte de mi vida, pero el encuentro con ese maestro fue fundamental para que decidiera volverme profesional.

Semana.com: ¿Y desde el principio escogió el piano?

J.E.B.: Fue exactamente en ese mismo momento. Me gustó porque el piano le da a la música algo que ningún otro instrumento musical le da: soledad. Es, más o menos, el único instrumento que sobrevive por sí mismo. Un pianista es como un lobo solitario, incluso si tocas con una orquesta, eres el instrumento solista.

Desde el punto de vista musical, además, el piano enseña a manejar diferentes niveles de sonido al mismo tiempo, y eso desarrolla el oído y muchas otras cosas. Por eso dicen que un buen pianista podría ser también un buen director de orquesta, porque el balance y la armonía entre varios elementos que debe conseguir un director frente a una orquesta es el mismo que debe conseguir el pianista frente a las teclas del piano.

Puede leer: “Los músicos de la Belle Epoqué fueron verdaderos revolucionarios”: Lucianne Renaudin-Vary

Semana.com: ¿Es muy difícil la vida de músico? ¿Cómo maneja tantos viajes y de dónde saca tiempo para estar con su familia?

J.E.B: Yo tengo una familia y estoy muy orgulloso de mis hijas, que ya están grandes y viven con sus esposos. Lo bueno de eso es que ahora puedo viajar con mi esposa, algo que no pasaba cuando ellas eran unas niñas. Así que ahorita mismo disfruto mucho irme de gira, lo que es maravilloso porque la vida de un músico es viajar sin parar.

Semana.com: ¿Cuánto tiempo pasa al año en su casa?

J.E.B: De hecho, esa es una de las cosas que me propuse hacer en 2017: contar exactamente cuántas noches paso en mi casa. (Risas) y no es un broma, es algo que tengo planeado. Pero, contestándole por encima, yo diría que menos de 30 días.

Semana.com: ¿Y qué hace cuándo está allá y no hay grabaciones de álbumes o conciertos por delante?

J.E.B.: Yo tengo un hobby: colecciono trenes de miniatura. Nada me relaja más que estar con mis pequeños trenes y pintar a los muñecos que están adentro y que tienen más o menos 4 milímetros de alto. Les pinto corbatas. Y a las locomotoras, de 4 centímetros de largo, también las pinto. ¡En verdad adoro hacerlo!

Semana.com: ¿Y qué tipo de música (no clásica) escucha en esos momentos libres?

J.E.B.: Tengo una debilidad por la bossa nova y me gustan mucho las fusiones de jazz de los años ochenta. Pero no solo música, también veo películas. La última que vi fue Lalaland, me pareció muy hermosa.

Semana.com: En sus conciertos uno lo ve muy concentrado, como en un estado de trance, ¿cómo hace para no distraerse? ¿En qué piensa cuando interpreta una pieza?

J.E.B.: La música, primero que todo, es técnica, así que le voy a responder como lo hacía el gran compositor Johann Sebastian Bach: yo pienso en presionar la tecla correcta en el momento correcto. Eso es lo suficientemente difícil. Sin embargo, uno puede pensar en algunas imágenes que estimulen. O en literatura. O en alguna película. Algo que lo inspire a tocar mejor la pieza. Pero es algo que tiene que tener relación con el compositor, o con lo que el compositor quería lograr. Y ese es el reto: encontrar qué quería el compositor con una pieza.

Le puede interesar: Ocho recomendados para el Festival Internacional de Música de Cartagena

Semana.com: ¿Cómo se cuida los dedos y las manos?

J.E.B.: No juego voleibol y trato de usar guantes cuando tengo que cortar algo. Pero yo doy la mano y la uso normalmente para otras cosas. Si uno empieza a preocuparse demasiado puede terminar escondiendo las manos todo el tiempo y eso no está bien.

Semana.com: ¿Qué consejo le da a los jóvenes o niños que sueñan con ser músicos clásicos?

J.E.B.: Un gran maestro, llamado Sir George Solti, me dijo alguna vez: “practica, practica, practica… y ten en cuenta siempre que en la parte alta de la pirámide hay mucho espacio”. Y es verdad, no es imposible escalar la pirámide, aunque el camino es duro. Pero en la sociedad siempre va a haber lugar para la belleza y el arte.