El magnate asfixiado

Boris Berezovsky, el magnate ruso venido a menos, reconocido opositor del presidente Vladímir Putin, murió ahorcado en su mansión de Surrey, en Londres. El sábado, a sus 67 años, fue encontrado sin vida en su bañera, pero sin ningún rastro de violencia en su cuerpo, lo que hace pensar en la posibilidad de que se haya suicidado. Aunque es cierto que estaba muy deprimido desde que perdió 6.000 millones de dólares en un pleito con Roman Abramovich, su exesposa, quien lo encontró muerto, dijo estar segura de que fue asesinado. Los diferentes atentados a los que había sobrevivido en el pasado refuerzan la teoría. Aunque ayudó a Putin a llegar por primera vez al poder y alguna vez fue conocido como el padrino del Kremlin, en 2000 se exilió en Gran Bretaña, desde donde se convirtió en un feroz crítico del gobernante, al que definió como un “bandido”. En 2006 su amigo Alexander Litvinenko murió envenenado con polonio radioactivo, y ahora británicos y rusos esperan saber quién mató al magnate, si es que alguien lo hizo.