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El domingo las cenizas del fallecido líder revolucionario fueron sepultadas en una ceremonia privada y posteriormente se permitió a algunas personas entrar y mirar la tumba donde permanecerán. | Foto: AFP

CUBA

El cementerio donde Fidel Castro descansa junto a José Martí

Santa Ifigenia, el lugar que alberga las cenizas del padre de la revolución, en Santiago, pasa a ser un templo de los héroes cubanos.

5 de diciembre de 2016

Fidel Castro no dejó nada al azar antes de morir y para su entierro eligió un cementerio en Santiago de Cuba donde fueron sepultados varios héroes de la independencia y de la revolución, entre ellos el máximo prócer del país: José Martí.

Construido en 1868 a medio kilómetro de la bahía, en el norte de esta ciudad portuaria, semillero de la revolución encabezada por Fidel, el cementerio Santa Ifigenia fue declarado monumento nacional en 1979.

Las cenizas fueron enterradas al lado del mausoleo de Martí, a quien Castro consideraba "el autor intelectual" de la Revolución cubana de 1959.

Fallecido en combate en 1895, con tan solo 42 años, fue uno de los principales héroes de la segunda guerra de independencia.

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Poeta, periodista, ensayista y político, Martí conoció profundamente América Latina (fue cónsul en Argentina, Paraguay y Uruguay) y también Estados Unidos (donde vivió 15 años en el exilio). Y, como Fidel, consideró al país norteamericano como el gran enemigo.

El simbolismo es innegable, pero el entierro de Fidel en este cementerio no dejó a todos contentos. Fue criticado, entre otros, por el medio digital 14ymedio de la activista y opositora Yoani Sánchez, ya que "la figura de Martí es ecuménica, mientras la de Fidel es parcializada y, para muchos, contrapuesta a aquella".

"La ubicación de los restos del expresidente cerca de los de Martí ya está siendo tomada como una ofensa y hasta como una provocación por una porción importante de cubanos, y es posible que algunos no descansen hasta verlos bien alejados de los de Martí", escribió 14ymedio.

Fotografía: AFP.

Más allá de un majestuoso edificio blanco a la entrada del cementerio se encuentra el gran mausoleo del poeta, una torre donde hay cambio de guardia cada media hora. Cerca se alza un monumento a los rebeldes muertos en acción o ejecutados por las fuerzas de Fulgencio Batista después del asalto en 1953 contra el cuartel Moncada, el fallido intento inicial de Castro para impulsar la revolución.

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En el mismo cementerio está sepultado Carlos Manuel de Céspedes, héroe de la guerra de independencia (1868-1878), y también varios "mártires" de la revolución castrista.

Entre ellos Frank País, quien dirigió en 1956 un levantamiento armado destinado a distraer la atención de las autoridades del dictador Fulgencio Batista y permitir el desembarco del Granma, el barco que traía desde México a los hermanos Castro y al argentino Ernesto "Che" Guevara.

También la ciudad de Santiago de Cuba carga con mucho simbolismo para Fidel Castro.

Llamada la "cuna de la revolución", fue allí donde inició la campaña con la que logró sacar del poder a Batista.

Incluso antes de desembarcar con el Granma en 1956 y comenzar su movimiento guerrillero en la Sierra Maestra, Castro hizo una primera intentona rebelde en Santiago.

Fidel Castro dejó a su hermano Raúl una última petición: prohibir las estatuas o monumentos en su memoria. Pero con la transmisión de sus glorias en la televisión y tras una semana de homenajes en todo el país, los cubanos reafirmaron el culto a su líder.

La imagen del fallecido líder inundó la televisión cubana, controlada por el gobierno, durante toda la semana. Fidel Castro con sus barbudos, Fidel Castro dando discursos, Fidel Castro en la Plaza de la Revolución, Fidel Castro de uniforme verde olivo.

"Debido a su extraordinario impacto en Cuba y en la región, no es realmente un adiós. Su memoria quedará en la mente de los cubanos por mucho tiempo", señaló Ted Piccone, experto en América Latina del Brookings Institution, al referirse al legado de Castro.

Y son muchos los cubanos que insisten que perdurarán las ideas de ese hombre que llaman "padre", aunque sus adversarios siempre lo tildaron de megalómano y narcisista.

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La tumba

El domingo las cenizas del fallecido líder revolucionario fueron sepultadas en una ceremonia privada y posteriormente se permitió a algunas personas entrar y mirar la tumba donde permanecerán: una gran piedra redonda, de unos cuatro metros y medio de alto, con una placa en la que se lee "Fidel".

Raúl fue el encargado de depositar la urna de cedro con las cenizas del héroe de la Sierra Maestra en el interior de la roca que, según algunas informaciones, fue traída de ese mismo enclave montañoso desde el que el ejército de barbudos protagonizó su lucha guerrillera.

La piedra grisácea es similar a la instalada en el Mausoleo del II Frente Oriental, en la montaña de Mícara, donde reposan los restos de Vilma Espín, esposa de Raúl fallecida en 2007 y lo más parecido a una primera dama que Cuba nunca ha conocido, pues las compañeras de Fidel siempre mantuvieron un bajo perfil.

Las autoridades cubanas no han dicho nada sobre el futuro acceso al lugar donde reposan las cenizas de Castro, pero la ubicación cerca de los restos de Martí -un sitio importante visitado por numerosos turistas y cubanos- es indicio de que habrá alguna forma de acceso público a la tumba del hombre que gobernó Cuba durante casi 50 años y falleció el 25 de noviembre a los 90 años. Y que ahora descansará junto al gran prócer de la patria cubana.

*Con AFP, AP y Efe