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CONTROVERSIA

Alfonso Prada, en apuros

Se complica la situación del secretario general de la Presidencia, quien deberá rendir explicaciones en la Fiscalía y en la Procuraduría. ¿Tiene los días contados?

12 de noviembre de 2017

Las últimas semanas han sido las más tormentosas para Alfonso Prada en sus casi 30 años de carrera política. El secretario general de la Presidencia de la República está en el centro de la polémica luego de que su antigua colaboradora en la dirección del Sena, María Andrea Nieto, lo denunció como el jefe de un complejo entramado clientelista que involucra no solo repartija de puestos, sino también cuantiosos contratos en favor de allegados, incluyendo a su compañera sentimental. El lío tiene implicaciones disciplinarias, fiscales y, por supuesto, políticas.

Todo empezó hace dos semanas cuando Nieto, quien sucedió a Prada en la dirección del Sena luego de que este dirigió la entidad por más de tres años, fue entrevistado en La W para señalar que el funcionario mantenía desde el Palacio Nariño el control del Servicio Nacional de Aprendizaje. La directora, por un lado, hizo una detallada relación de nombres de funcionarios que habían saltado de la entidad a Palacio. Ese punto es totalmente explicable porque resulta normal que un alto funcionario se rodee de gente de su confianza. Justamente, eso dijo Prada al respecto cuando reaccionó.

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Pero lo más grave de la denuncia de Nieto es que señaló a otros funcionarios que se habían quedado en el Sena para reportarle a Prada y no a ella, y que la administración de este le había dejado una serie de contratos con delicadas inconsistencias. La funcionaria puso la lupa sobre 35 obras de infraestructura en sedes regionales, contratadas entre enero de 2014 y abril de 2017, o sea, el periodo de Prada al frente del Sena. El conjunto de la contratación cuestionada asciende a 287.671 millones de pesos y presenta problemas que van desde significativos retrasos en las obras, fallas en la interventoría, anticipos irregulares hasta presupuestos desbordados. En suma, una serie de cuestionamientos que lo dejan muy mal parado.

Para el momento en que Nieto salió a hacer la denuncia en La W, el presidente Santos estaba en Canadá por lo que el Palacio de Nariño no reaccionó de inmediato. Y tras un par de días de calma chicha vino una sorpresa mayor. El gobierno declaró insubsistente a Nieto porque cayó mal que hubiera dado prioridad a armar escándalo público antes de hacer una denuncia formal o poner al tanto al presidente.

Es claro que Prada ganó el pulso en ese momento. Sin embargo, antes de irse la exdirectora del Sena remitió a la Procuraduría y a la Fiscalía la denuncia formal con los contratos y demás soportes de las irregularidades que dice haber hallado. Al mismo tiempo, se conoció un informe de la Contraloría General que califica de “desfavorable” la gestión de Prada frente al Sena y señala 161 irregularidades. El secretario general de la Presidencia salió al paso y señaló que bajo su dirección el Sena obtuvo “la calificación más alta en los últimos 7 años” de la misma Contraloría. Pero Prada no había acabado de hacer sus descargos en relación con ese ente de control cuando surgió una nueva denuncia.

Se trata de un contrato por 18.000 millones de pesos suscrito el 30 de octubre de 2015 entre el Sena y la gerente de 4/72 Servicio de Envíos de Colombia, Adriana Barragán. Lo que es cuestionado es que Barragán y Alfonso Prada son pareja y conviven. Y algo más: 4/72, posteriormente, celebró un contrato con la firma ADA por 2.700 millones para cumplir los compromisos adquiridos en el contrato con el Sena. 

Barragán le explicó a SEMANA que la entidad, al ser la empresa postal del país, celebra contratos interadministrativos con diferentes organismos del Estado y que en los últimos años los que se han realizado alcanzan la suma de 300 mil millones de pesos. La Procuraduría, la Contraloría, la Fiscalía y decenas de otras instuciones tienen contratos semejantes. Agregó que el contrato con ADA no tiene ninguna irregularidad pues la empresa tiene un banco de aliados al cual acuden para prestar mejor el servicio. Según relata, el contrato con el SENA es hasta 2018 y a la fecha, de los 18 mil millones, se han ejecutado 12.700. 

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Barragán, quien había renunciado solo una semana antes, explicó a La W que 4/72 se vio obligada a subcontratar porque no contaba con capacidad operativa suficiente para ejecutar todos los compromisos del contrato. La explicación implica otro lío legal, pues resulta irregular que el Sena hubiera celebrado un contrato directo con una contraparte que no garantizaba la buena ejecución del mismo. SEMANA supo que la Procuraduría está revisando los pormenores de este contrato y el próximo martes tomará las primeras decisiones al respecto. Por su parte, la Fiscalía convocó a Nieto para el martes 14.

El panorama no se ve bien para el secretario general. Lo que al principio parecía un enfrentamiento normal en la burocracia creció y lo puso contra las cuerdas frente a los mecanismos de control. Las versiones enfrentadas decían, por un lado, que María Andrea Nieto se vino con todo contra Prada porque le llegaron rumores de que la iban a destituir del cargo. Por otro lado, la historia era que Prada había incurrido en irregularidades llevado por sus intereses políticos. Unos le achacan cercanía con el exvicepresidente Germán Vargas Lleras. Otros afirman que aspira a ser candidato a la Alcaldía de Bogotá y que ha hecho todo para mover hilos en función de construir una base electoral.

Pero más allá del rifirrafe, el momento político complica las cosas. Prada es una figura clave en el gobierno. Y no solo por el cargo que desempeña, sino por su papel como interlocutor con el Congreso en un punto crucial para la agenda legislativa. El gobierno, con el desgaste a cuestas propio del último año, tiene que sacar adelante la compleja agenda de los proyectos que implementan los acuerdos de paz. Un paquete difícil de vender, pues los congresistas no quieren asumir costos políticos en épocas de campaña. Y asuntos como la JEP y la participación en política de los miembros de la Farc polarizan y son bien utilizados por la oposición. La dupla de Prada y el nuevo ministro del Interior, Guillermo Rivera, tiene la responsabilidad de salvar el proyecto fundamental del gobierno Santos. Hasta el momento, el papel de Prada ha resultado eficaz: los congresistas lo ven como un interlocutor confiable.

Por eso, un secretario general de la Presidencia debilitado no le conviene al gobierno. Ni el presidente Santos ni el propio Prada pueden descartar la hipótesis de su salida del cargo –que se identifica con la mano derecha del presidente de la república–. En momentos normales, uno y otro podrían ponerse en manos de las instituciones que investigan y comprar tiempo esperando su veredicto. Pero en la situación actual el tiempo está agotado.

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La decisión no es fácil. Si Prada decide quedarse, se arriesga a caer en un debilitamiento que puede afectar tanto su gestión como su futuro político. La mayoría de los congresistas son candidatos a la reelección, quieren más mermelada que la disponible y están dispuestos a menos sacrificio del que necesita el gobierno. Le van a apretar la tensión al secretario general. Y desde el punto de vista personal, una imagen afectada puede poner en peligro una carrera política considerada promisoria.

Pero la renuncia tampoco es un buen escenario. María Andrea Nieto y sus rivales en la política la presentarían como una confesión. Para el presidente, cambiar a un coronel que pelea en un frente estratégico sería una decisión difícil porque, en el menos malo de los escenarios, retrasaría aún más los temas legislativos y otros fundamentales para el remate de la agenda gubernamental. Lo único claro es que la bola de nieve creció, ya no es solo un rifirrafe que fascina a los medios, y se convirtió en un tema de alta política, de alta sensibilidad y con un posible desenlace en los organismos de control. Y ya pasó a los escritorios más relevantes de la Casa de Nariño.