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POLÍTICA

Claudia López y Álvaro Uribe: la batalla por las firmas

La senadora de los Verdes y el jefe del Centro Democrático se batirán en las calles con una bandera similar. Recoger apoyos para combatir la corrupción.

24 de febrero de 2017

La semana pasada, Álvaro Uribe se sometió a una intervención quirúrgica en Medellín, que lejos de amilanarlo pareció darle renovados bríos. Por lo menos para afrontar nuevas batallas, como la que ahora pretende liderar. Aún le faltan 17 meses como senador, pero ya se ha hecho a la idea de que el capitolio no será su ‘campo de lucha’. Allí, esta semana, recibió dos golpes que considera letales: el miércoles, el Senado admitió incorporar los acuerdos de paz con las FARC a la Constitución y aprobó en tercer debate la Jurisdicción Especial de Paz como fórmula para investigar y sancionar los crímenes del conflicto.

Por eso, Uribe ha decidido volver a un escenario que conoce a la perfección, donde ha conquistado más triunfos y fracasos y donde ha alimentado su leyenda de político con carisma: Uribe vuelve a las calles.

Ya definió la fecha. El próximo primero de marzo saldrá a recoger firmas con múltiples propósitos. Además de atajar las normas que se están expidiendo mediante el fast track, para implementar el Acuerdo de Paz, Uribe buscará respaldo para una cruzada que hoy tiene muchos dolientes, pero de la que pretende adueñarse: la lucha contra la corrupción.

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Uribe se ideó un proyecto de ley, de 15 normas, con las que pretende más transparencia y cero tolerancia a la corrupción. La senadora María del Rosario Guerra lo presentó este jueves en la Secretaría del Senado. Aunque está convencida de que es la fórmula para sancionar la corrupción, cree que los partidos políticos que están con el Gobierno no lo aprobarán. Si eso pasa, las firmas servirían para implementarlas por la vía de los mecanismos de participación ciudadana, por ejemplo el referendo, aunque esta palabra no es que le traiga muy buenos recuerdos al uribismo.

A la bandera contra la corrupción, Uribe le añadiría otros dos estandartes. Recogería firmas para rechazar lo que el urbismo llama “raponazo” a los resultados del plebiscito por la paz del 2 de octubre del 2016, y oponerse a que los acuerdos de paz sean inmodificables por 12 años, como es la voluntad del Gobierno, las FARC y el propio Congreso, al menos sus mayorías.

Sin embargo, Uribe no encontrará solas las calles. Allí, con todo tipo de propósitos se librará una batalla por las firmas, que no sólo anticipará el debate presidencial, sino que se podría considerar la verdadera encuesta de cara a los comicios del 2018.

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A la calle ya salió la senadora Claudia López, precandidata presidencial de la Alianza Verde, con el ambicioso propósito de recoger cinco millones firmas para convocar a una consulta popular para que 11 millones de colombianos, en las urnas, aprueben su código contra la corrupción. También considera que el Congreso fracasará en cualquier iniciativa en procura de la transparencia, por lo que busca es la el respaldo de la voluntad popular para que los cambios se produzcan.

En la calle los requisitos son más exigentes que para llegar al Congreso y no a todos les ha ido muy bien en este escenario. Uribe, desde cuando se lanzó a la Presidencia en el 2002, ha demostrado ser un campeón en las  calles. Aquel año, cuando apenas registraba en las encuestas, tenía que recoger cerca de 500.000 firmas, pero se inscribió con el respaldo de más de un millón. Se convirtió en el presidente más votado de la historia, y desde la Constitución del 91 en el primero (y hasta el momento único) en necesitar sólo la primera vuelta. Por firmas también se inscribió en el 2006 y fue el primer presidente en el cargo en reelegirse.

En el 2014 recogió firmas para inscribir sus candidatos al Congreso, y el año pasado volvió a recurrir a las firmas, y con millón y medio de respaldos, presentó una demanda al acto legislativo para la paz. Sin embargo, la única vez que recurrió al apoyo popular para un referendo, en el año 2003, Uribe sufrió la peor de sus derrotas políticas.

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Lo particular es que la batalla que se librará este año en las calles tenga como hilo conductor la corrupción. Jorge Robledo, precandidato del Polo, lleva meses recorriendo municipios señalando a los gobiernos de Juan Manuel Santos y de Álvaro Uribe como los principales responsables de los casos más sonados, como el de Odebrecht. Claudia López asegura que una vez se pase la página del conflicto armado, la batalla que la sociedad colombiana tiene que librar es contra los corruptos.

Sin embargo, la que se adelantó a todos en salir a la calle fue la senadora liberal Viviane Morales, quien en pocos meses recogió 1,7 millones de firmas para que el Congreso discutiera su propuesta de referendo contra la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo.

Y no se descarta que el vicepresidente, Germán Vargas Lleras, recurra a la calle para respaldar su candidatura. No la tendría difícil, pues recogiendo 500.000 firmas aproximadamente podría inscribirse como candidato.  

Quizás haya sido el plebiscito del pasado 2 de octubre el que revivió el furor por la batalla de las firmas. Claudia López y Álvaro Uribe serán los primeros en librarla, y el que más respaldos consiga podrá catapultarse de cara a las elecciones del 2018.