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Bula y la Fiscalía tendrán que precisar cuándo fue la reunión con Andrés Giraldo.

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¿Retractación de Bula o equivocación del fiscal?

Hay dos elementos raros en el episodio de la carta de Bula. Sin embargo, Brasil podría ser el factor clave para aclarar el manto de dudas que generaron las últimas declaraciones del ex senador.

15 de febrero de 2017

La carta que Otto Bula envió al Consejo Nacional Electoral el martes tiene una frase clave: “No es cierto, ni me consta, ni he dicho que el dinero que le entregué al señor Andrés Giraldo fuera un aporte a la campaña Santos presidente”. Eso traducido a la práctica significaría que Bula está aclarando “yo no he dicho lo que el fiscal asegura que dije”.

La versión de la misiva no necesariamente significa que Bula se estaría retractando. En los fragmentos que se han hecho públicos de sus declaraciones el ex senador aseguraba que había entregado el millón de dólares (menos el 10 por ciento de un intermediario y una comisión para él) al empresario Andrés Giraldo. Agregó que se habrían hecho dos pagos en dos oportunidades distintas en un hotel de la 88 con 15 y que el dinero se habría entregado en un maletín a Giraldo por ser  un intermediario para llegar posteriormente a Roberto Prieto.

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En esos apartes, Bula no menciona ni la palabra campaña, ni Juan Manuel Santos. Tampoco dice tener seguridad de que Giraldo se lo entregó a Prieto. Simplemente relata su encuentro en el café de ese hotel, la entrega del maletín y la posterior llegada de Prieto a ese lugar, la cual habría visto de lejos, sin que los dos se hayan cruzado.   

Hasta ahí no hay ninguna inconsistencia entre lo que se ha conocido en sus declaraciones y lo que aclara en la carta del martes. Ante ese escenario, la conclusión a primera vista sería que el fiscal se pudo haber apresurado e inferido cosas que el acusado no dijo en forma explícita.

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Sin embargo hay que recordar que Néstor Humberto Martínez nunca dijo la palabra "campaña" sino la "gerencia de la campaña". Este podría ser interpretado como un detalle semántico, pero en el contexto de la situación de Odebrecht, la conexión que hay entre un dinero al gerente de una campaña y esta, es lógica.

A eso se suma que las investigaciones alrededor de los tentáculos de la compañia en América latina han demostrado ya que era una política de la empresa hacer aportes a las campañas presidenciales en todo el continente. Por cuenta de esas revelaciones varios presidentes están en entredicho. En Brasil, el escándalo ya alcanzó a Michel Temer, Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva. En Perú, un juez ordenó la captura de Alejandro Toledo. En Panamá el escándalo alcanzó Ricardo Martinelli y en el Salvador a Mauricio Funes. 

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En esas circunstancias la deducción de que el dinero estaba destinado a apoyar la reelección del presidente no es traída de los cabellos. ¿Por qué habría de darle una multinacional una cifra de ese monto a Roberto Prieto como particular si él no está en el negocio de la construcción?

Por lo anterior, sí se podría interpretar como una rectificación la aclaración que hace en la carta Bula. En materia de palabras, él podría demostrar que nunca dijo “campaña”, pero también se podría decir que era tan obvio la conexión que no era necesario mencionarla. Lo que hace pensar que gerencia de la campaña equivaldría a campaña fue el hecho de que Néstor Humberto Martínez lo enviara al Consejo Nacional Electoral cuya única función es vigilar precisamente a las campañas.

Hay dos elementos raros en todo este nuevo episodio. El primero que el nombre de Otto Bula se escribe con dos t y en la carta está escrito con una sola t.  Por lo general, nadie se equivoca en la ortografía de su propio nombre. También se ha comentado que la letra de la firma no tiene mucho que ver con la letra del resto del documento. Para algunos esto se puede interpretar como que él no la escribió con su puño y letra, pero sí la suscribió con su firma.

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Lo anterior podría hacer pensar que alguien lo presionó para retractarse. Porque si no se trata de una retractación, solo podría tratarse de un soborno a Prieto. Y de haber sido así, es muy raro que Bula no lo hubiera aclarado desde el inicio.

El otro elemento que va a definir muchas cosas es determinar con precisión cuál fue la fecha del encuentro para la entrega del maletín en el Juan Valdez del hotel Virrey Park de la calle 88. Como se recordará, la versión de Bula no concuerda con la de Giraldo.

El primero asegura que esa reunión fue unos meses antes de las elecciones de mayo de 2014 y el segundo afirma que aunque no se acuerda la fecha exacta sí está seguro que no fue para la jornada electoral sino para finales de 2014 o comienzos de 2015. Si es verdad, como dice Bula que la reunión fue en el primer semestre de ese año, ese hecho le daría peso a la versión de que el dinero era un aporte a la campaña. 

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A todas estas, el daño que le hizo al presidente y a la imagen del gobierno las declaraciones del fiscal fueron enormes. Prácticamente todos los medios importantes del mundo quedó registrado que el ganador del premio Nobel también estaba salpicado por el escándalo de Odebrecht.

La responsabilidad de Néstor Humberto Martínez en este caso, de no haber un sustento que justificara su denuncia, sería muy grande. Sin embargo, Semana.com pudo confirmar que existen otros elementos probatorios que apuntan a que Prieto habría sido escogido como intermediario para llegar a la campaña.

Otra interpretación sería que ante los rumores de que Bula estaría en la mira de las autoridades norteamericanas, el ex senador haya decidido parar su colaboración con la justicia. En el escenario de una extradición, no es improbable que Bula quisiera guardar toda la información que tiene, que ya se sabe que es abundante y bien documentada, para lograr un acuerdo con los Estados Unidos. 

Es de esperarse que al final de esta semana cuando regresen del Brasil el fiscal Martínez y el procurador Carrillo se conozcan nuevas noticias. Ambos altos funcionarios fueron a hablar con la justicia de ese país para averiguar que fue lo que verdaderamente sucedió. Las declaraciones de esas personas, que finalmente fueron las que cuadraron todo, podrían aclarar definitivamente este asunto.