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El magistrado Ariel Augusto Torres Rojas estaba conociendo del caso en la Corte Suprema de Justicia, pero ahora una decisión de la Sala Disciplinaria lo obligó a apartarse del caso.
El magistrado Ariel Augusto Torres Rojas estaba conociendo del caso en la Corte Suprema de Justicia, pero ahora una decisión de la Sala Disciplinaria lo obligó a apartarse del caso. | Foto: Montaje Semana

Judicial

Parapolítica: Corte Suprema admitió la tutela con la que Luis Alfredo Ramos busca tumbar su condena

Con esta acción judicial el exgobernador de Antioquia busca tumbar la condena. No es la primera acción judicial que emprende Ramos, quien ha asegurado que continuará buscando justicia.

23 de agosto de 2022

En la acción judicial radicada en contra de las Salas de Casación Penal y Especial de Primera Instancia, el exmandatario manifiesta que fue cobijado con medida de aseguramiento en centro carcelario, enjuiciado y condenado con testigos falsos y pruebas de oídas, reclamando que jamás se valoraron los documentos presentados por su defensa.

La tutela, que consta de seis puntos principales, señala que existieron “múltiples y flagrantes violaciones a garantías plasmadas en nuestra Constitución y en tratados de Derechos Humanos”. Debido a esto pide la nulidad de todo lo actuado.

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En uno de los puntos reclama que existió una “valoración irrazonable de testimonios” en su contra, “llegando a incluir pruebas en la sentencia que no fueron presentadas en la etapa probatoria y desechando retractaciones hechas por testigos” en el mismo juicio.

Igualmente, señaló que uno de los magistrados que participó en su juicio había confesado su animadversión. “Violación evidente del principio de imparcialidad por un magistrado que confesó tener alteado su ánimo en mi contra”.

Finalmente, cuestionó el hecho que en dos oportunidades se filtrara a los medios de comunicación la ponencia en su caso, hecho que representa una afectación grave al debido proceso como lo indicó la Corte Constitucional en el dallo que estudió su caso.

Frente a esto, la Sala de Casación Civil le otorgó un día para que emitan un pronunciamiento sobre este caso en cuestión. Igualmente, convocó a la Fiscalía y la Procuraduría General para que emitan un pronunciamiento si lo consideran pertinente.

Ramos se entregó el pasado 5 de julio el exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero se entregó ante las autoridades para cumplir la condena de siete años y once meses de prisión por sus vínculos con grupos al margen de la ley para promover su candidatura a la Gobernación de Antioquia y al Senado de la República, todo esto “a cambio de promoverlos durante el ejercicio de sus funciones una vez elegido, como realmente ocurrió cuando se desempeñó como senador, hechos que tuvieron ejecución entre 2001 y 2007″.

El pasado 20 de abril, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia confirmó la condena de 95 meses de prisión (7 años y 11 meses) contra el exsenador y exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero, por el delito de concierto para delinquir con la finalidad de promover grupos armados ilegales.

En el fallo, citando varias declaraciones de exparamiltiares que hicieron parte de los bloques Cacique Nutibara, Minero, Metro, Bananeros, Elmer Cárdenas, Central Bolívar y el Frente Cacique Pipintá, la Corte señaló que desde el Congreso buscó que la Ley de Justicia y Paz (la cual se creó en el proceso de desmovilización de los paramilitares) fuera “más benévola para los aludidos grupos ilegales, como se discutió en el Legislativo para el año 2005. En ese orden, es claro que asistió conscientemente a la reunión de Bellanita, pese a no contar con autorización legal del Gobierno nacional para adelantar acercamientos, diálogos o negociaciones con grupos al margen de la ley”.

Según la sentencia, el exgobernador Ramos recibió dinero del asesinado excomandante del bloque Centauros, Miguel Arroyave. Y se menciona una reunión de finales de 2000, en Medellín, en el centro comercial Obelisco, en la que también habría participado alias Jota, del Bloque Metro. “No se trató en este proceso, desde luego, de cuestionar las relaciones sociales o políticas del procesado que por sí mismas no denotarían una situación objetiva de peligro para la seguridad, sino de la manera en que se articuló con un grupo armado al margen de la ley para alcanzar propósitos electorales”, advirtió la Sala Penal.

A Ramos, según señala la Corte, se le atribuyeron cinco circunstancias concretas: “relaciones con el Bloque Metro y el Cartel de la Gasolina, de los cuales recibió apoyo; contactos directos con Carlos y Vicente Castaño y entrega de dineros por parte de estos; aportes de Sierra Ramírez a la campaña de 2002; apoyo económico entre 2000 y 2001 por parte de Miguel Arroyave, y la reunión celebrada en los primeros meses de 2005 en la finca Bellanita”.

En este sentido se advierte que “está probado el compromiso que adquirió” Ramos con “la organización en la reunión”, puesto que “Iván Botero Duque le dio a conocer el interés de Vicente Castaño en que hiciera uso de su liderazgo en el Congreso de la República para que la Ley de Justicia y Paz les fuera más favorable, confirmado por Pablo Hernán Sierra García, otro de los jefes paramilitares presentes, aseverando que se obligaron a trabajar el proyecto”.

Ramos había sido capturado en agosto de 2013 por orden de la Corte Suprema de Justicia. En noviembre de 2016, el mismo alto tribunal dejó en libertad al exgobernador de Antioquia indicando que se habían superado los riesgos esgrimidos en la medida de aseguramiento.

Fue así como por dos años, en libertad, Ramos enfrentó el juicio penal. En diferentes oportunidades ha manifestado que las reuniones que sostuvo con los paramilitares tuvieron el aval del Gobierno y se hicieron en su calidad de senador de la República en medio del proceso de paz que se adelantaba con las AUC.