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El presidente Juan Manuel Santos llevará el acuerdo firmado con las FARC al Congreso. | Foto: Fotomontaje SEMANA

PARTICIPACIÓN CIUDADANA

La cuenta regresiva del plebiscito por la paz

El presidente Santos le entregará al Congreso el acuerdo final con las FARC e informará la convocatoria a las urnas para la votación, que será el próximo 2 de octubre. Paso a paso de la refrendación.

24 de agosto de 2016

Este jueves, a las 11 de la mañana, el presidente Juan Manuel Santos atravesará la plaza de Armas de la Casa de Nariño y caminará, más victorioso que nunca, hasta el capitolio. Después de casi cuatro años, llegará con el acuerdo de paz que los negociadores de su gobierno firmaron con los de las FARC. Ese acuerdo, por el que se jugó todo su capital político, se lo entregará al Congreso, donde tantas veces prometió alcanzar la paz.

No lo hará como un alarde de triunfo o para conquistar elogios, que seguramente le caerán. Lo hará porque con ese acto no sólo informará su deseo de convocar a los colombianos a las urnas, a un plebiscito, para que refrenden los acuerdos alcanzados en La Habana, sino que con su presencia en el Congreso prácticamente comenzará la cuenta regresiva de una de las votaciones trascendentales para varias generaciones de colombianos.

En la noche del miércoles, después de celebrar la noticia del fin de las negociaciones en La Habana, Santos recordó que concluido el acuerdo, queda en manos de todos los ciudadanos decidir si apoyan este acuerdo, que calificó de histórico, y que Humberto de la Calle, su jefe negociador, definió como “el mejor acuerdo posible”.

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“Prometí que ustedes tendrían la última palabra y así será”, recordó el miércoles el mandatario. Para ello, Santos, en compañía de sus ministros, entregará el texto definitivo del Acuerdo Final a los presidentes del Senado y de la Cámara e informará oficialmente la decisión de convocar el plebiscito.

Para que el Congreso lo apruebe, Santos debía informar la fecha, y así lo hizo en la alocución. El domingo 2 de octubre los colombianos estarán convocados a las urnas para tan trascendental decisión. Aún se espera la redacción de la pregunta que se someterá a consideración de los colombianos. A partir de ese instante, el Congreso deberá pronunciarse en un término máximo de un mes. Si ninguna de las dos cámaras se pronuncia, el presidente podrá convocarlo.

Mauricio Lizcano, presidente del Senado, dijo que lo más probables es que la decisión sobre el plebiscito se adopte en las plenarias de la próxima semana.

El registrador nacional, Juan Carlos Galindo, había advertido hace poco que la entidad necesitaba siete semanas para organizar la jornada. De ser aprobado la próxima semana en el Congreso, tendría algo más de cinco semanas.

Lo que sí se formalizó con el acuerdo final fue, precisamente, la campaña política alrededor del plebiscito. Los promotores del Sí buscarán 4,4 millones de votos, que corresponde al 13 % del censo electoral vigente. Esa cifra es la que, mínimo, tendrán que superar los que promueven el No.

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Colombia no tiene cultura de participación en este tipo de mecanismos democráticos, sin embargo, la decisión alrededor de la paz es lo suficientemente sugestiva como para motivar a los ciudadanos a pronunciarse en las urnas. Además, en este procedimiento, la abstención no tiene efecto.

No obstante, la campaña ya había calentado motores. Los líderes de lado y lado recorren el país, asisten a foros universitarios, pero el primer round de esta campaña se ha jugado en el terreno de las encuestas, que han alimentado la incertidumbre y, sobre todo, la polarización.

A partir del momento en que se apruebe el plebiscito, los servidores públicos que deseen hacer campaña a favor o en contra podrán debatir, deliberar y expresar pública y libremente sus opiniones o posiciones frente al plebiscito. Pero les queda prohibido utilizar bienes del Estado. Seguramente en este capítulo se produzcan tensiones entre el Gobierno y el procurador general, Alejandro Ordóñez, quien anunció extrema vigilancia.

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En el plebiscito del 2 de octubre votarán también los colombianos en el exterior.

Según la ley, recientemente avalada por la Corte Constitucional, las campañas lideradas por movimientos cívicos, ciudadanos, grupos significativos de ciudadanos, partidos políticos y otras colectividades que decidan participar promoviendo el voto por el Sí o por el No “tendrán idénticos deberes y garantías, espacios y participación en los medios”.

Lo que el pueblo colombiano decida el próximo 2 de octubre tendrá un carácter vinculante para efectos del desarrollo constitucional y legal del Acuerdo, en caso de ser aprobado.

La gran incógnita es saber, a ciencia cierta, qué pasaría si el que se impone en las urnas es el No. El gobierno está jugado a que este escenario sea improbable. En un mes y una semana se sabrá el veredicto de las urnas. El plebiscito ha comenzado su cuenta regresiva.