Homenaje a las víctimas

¿Sufre Colombia de amnesia colectiva? Es una de las pocas preguntas que seguramente no tiene respuesta, o simplemente no se responde porqué es un país que solo recuerda hechos positivos, que entre otras cosas, son pocos.

Pasan años, lustros y décadas y el país continúa sumergido en un fluido de acontecimientos negativos en cuyo espejo retrovisor solo se observa impunidad, injusticia y desasosiego, dejando en el pasado un camino de violencia, con la refracción de la huella indolente del pueblo hermano.

El panorama fue oscuro; los últimos 30 años han marcado una cadena de hechos violentos, con protagonistas antagónicos de primer orden registrando escenas de desolación y  muerte, dejando en el colofón del capítulo el desarraigo.

Colombia ha  fijado su mirada en la mas reciente política de estado impulsada por el presidente Juan Manuel Santos: la reparación de víctimas y tierras. Tan ambiciosa como compleja, busca mitigar en parte el sufrimiento y el daño a las víctimas de la violencia, que por años ha sido noticia de primera página, sumidas en total abandono a la espera de un salvavidas, que todo parece indicar, esta vez, sí los sacará a la otra orilla.    

Hoy, 25 años después, la memoria colectiva del país recuerda episodios violentos de atentados, toma de pueblos, secuestros masivos y masacres a manos de los grupos al margen de la ley. Es imposible olvidar las imágenes que han registrado los periódicos en sus primeras páginas, con hechos tan dolorosos a lo largo y ancho de la geografía nacional.

Una imagen vale más que mil palabras y es momento de destacar el gran homenaje de la revista SEMANA, que en su más reciente edición, publica un impecable trabajo gráfico y multimedia, reconstruyendo la historia de sangre, dolor y llanto que ha dejado esta guerra absurda con miles de víctimas en Colombia.

La lente de grandes reporteros gráficos registró por años en sus cámaras, el valle de desolación y muerte, y los vejámenes mas impresionantes de la guerra, doblegando mujeres, niños, jóvenes y ancianos. Manuel Saldarriaga, Stephen Ferry, Jesús Abad Colorado, León Darío Peláez, por mencionar unos pocos, recorrieron los mas recónditos sitios del país buscando un testimonio periodístico, dejando impresa la memoria colectiva del conflicto en los anaqueles de los archivos fotográficos con la radiografía de la guerra en Colombia.

Largas jornadas de trabajo, caminos polvorientos, retenes militares, obstáculos de la guerrilla y caceríos ocupados por paramilitares fueron algunos de los tantos escollos que tuvieron que sortear los fotógrafos para mostrar al país que existía otra Colombia lejos de las urbes, que eran miserablemente atacadas por la falta de presencia de Estado en un conflicto desbordado que parecía no tener fin.

Antioquia, Bolívar, Cauca, Caquetá, Arauca, Córdoba fueron algunos de los tantos lugares en donde los intrépidos fotoperiodistas registraron pueblos destruidos, voladuras de oleoductos, muerte a políticos, asesinatos de campesinos y muchos actos de barbarie fueron registrados en las portadas de los medios masivos para que este país conociera a la otra Colombia totalmente destrozada.

Mas allá del registro gráfico, esta edición especial, es un homenaje a esa Colombia maltratada y cuyo efecto de la guerra dejó huérfanos, viudas, y familias destruidas que hoy buscan un espacio para ser escuchadas y resarcir en parte lo que alguna vez la  violencia les arrebató, y hoy, esta sociedad está dispuesta a reparar.   

Twitter: @jcruzpoveda