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ELECCIONES 2018

Carlos Gaviria y Gustavo Petro: la tormentosa relación que partió a la izquierda en dos

El reciente trino de Héctor Abad revivió uno de los pulsos más enconados de esta orilla política. SEMANA recuerda la tensión que protagonizaron durante cinco años dos de los máximos referentes del Polo Democrático.   

14 de febrero de 2018

Un trino del periodista Héctor Abad Faciolince, en el que tildó a Gustavo Petro de “tramposo”, revivió una de las relaciones más tormentosas de la izquierda en la historia reciente: la que durante varios años protagonizaron el exalcalde de Bogotá y hoy candidato a la Presidencia con uno de los referentes del pensamiento liberal, el exmagistrado y excandidato presidencial Carlos Gaviria, fallecido hace tres años.

“Recuerdo cuando mi amigo Carlos Gaviria (que falleció) me contaba, con ira, de cómo Petro cambiaba las actas del Polo, en la noche, para poner lo que no se había resuelto. Un tramposo”. Ese fue el trino del escritor, que no solo le valió un troleo en las redes sociales -a tal punto que denunció el hackeo de su cuenta de Twitter-, sino que reabrió la cicatriz de una de las heridas que marcó la historia del Polo Democrático, el partido de izquierda más grande que ha tenido el país y que durante los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe encarnó la oposición en Colombia.

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Una herida de la que el Polo no pudo reponerse, entre otras porque Gaviria y Petro pueden ser dos de los más destacados referentes de la izquierda en la historia.

Carlos Gaviria (Sopetrán, Antioquia; 1937-2015) se convirtió en la conciencia ética de buena parte de las expresiones de izquierda y progresistas del país. Su figura se legitimó gracias a su ejercicio intelectual y jurídico como magistrado de la Corte Constitucional, cargo desde el que modificó paradigmas en algunas sentencias: la que despenalizó la dosis mínima de droga fue una de ellas, pues allí impuso posturas radicalmente liberales.

Después de ocho años en el constitucional, Gaviria incursionó en la política, y en 2002 fue elegido senador por el movimiento Alternativa Democrática. Cuatro años más tarde, ese movimiento se fusionó con el Polo Democrático Independiente; de allí surgió el actual Polo Democrático Alternativo. Y tras su paso por el Capitolio, Carlos Gaviria le ganó a Antonio Navarro  la candidatura presidencial del Polo, y ese año marcó un hito en la historia.

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Aunque perdió la Presidencia en primera vuelta contra Álvaro Uribe Vélez, quien se reeligió, el exmagistrado antioqueño, que había sido profesor de Uribe, obtuvo la mayor votación de la izquierda en toda la historia: 2,7 millones de votos. Un récord que ningún otro dirigente de esta orilla ha llegado siquiera a igualar.

Gustavo Petro (Ciénaga de Oro, Córdoba; 1960) nació un 19 de abril y, como si se tratara de un juego del destino, militó en la guerrilla del M-19, que nació tras el presunto fraude electoral del 19 de abril de 1970, que dio ganador de las elecciones presidenciales a Misael Pastrana frente a Gustavo Rojas Pinilla. En 2012 se convirtió en el primer exguerrillero en llegar a la Alcaldía de Bogotá, el segundo cargo de elección popular más importante del país. Antes había sido representante a la Cámara y luego senador. Desde el Capitolio se convirtió en un referente del control político y fue, además, uno de los que destapó el escándalo de la parapolítica, que dejó al descubierto las relaciones entre miembros de la clase política con las Autodefensas.  

El destino cruzó a Petro y Gaviria en 2005, cuando las dos tendencias de izquierda que representaban se fusionaron en el Polo Democrático. Pero más allá de convertirse en socios, en aliados, ambos fueron enconados rivales.

En aquellos años, Petro cuestionaba que los comunicados oficiales del Polo no eran lo suficientemente contundentes a la hora de rechazar el accionar subversivo de las Farc. Gaviria rechazaba semejante afirmación.

La chispa de sus diferencias se encendió a partir de 2009. Carlos Gaviria era el presidente del Polo y volvió a ser postulado para la candidatura presidencial de 2010. Gustavo Petro venía de descollar en el Senado, y ese impulso también lo animó para aspirar por esa candidatura. Como ninguno de los dos fue aclamado, todo se tuvo que resolver en las urnas. La consulta del Polo los enfrentó directamente.

Gaviria contaba con el respaldo de los sectores más radicales de la izquierda (Partido Comunista, Anapo, el Moir de Jorge Robledo, y sindicatos). Petro lideraba un línea progresista dispuesta a hacer alianzas con sectores de centro.

De hecho, si algo le cuestionó Gaviria a Petro era que de día decía que pertenecía al Polo, pero en privado organizaba una disidencia. El exmagistrado siempre lo señaló como un factor de discordia más que de unidad dentro del Polo.

"Ha planteado alianzas de todo tipo y en asuntos que uno no logra entender, pues ha dicho que se debe derrotar el proyecto de Álvaro Uribe pero, al mismo tiempo, propone alianzas hasta con el propio Uribe", decía Gaviria de Petro.

"He propuesto alianzas con todos los sectores democráticos que se oponen a la nueva reelección, incluido el propio Carlos Gaviria, a quien considero demócrata. Pero no hago alianzas con el diablo, como otros que para buscar su reelección hacen alianzas hasta con los que saquean el presupuesto del Distrito Capital de Bogotá", respondía Petro a Gaviria.

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Para esa consulta, la campaña que protagonizaron Petro y Gaviria parecía más propia de una segunda vuelta que de unas primarias. Más que expresiones de una misma corriente, parecían duros contradictores. Eran como el agua y el aceite.

En aquella campaña, Gaviria y Petro no protagonizaron un solo debate. El primero rehusó en varias oportunidades, argumentando que no quería profundizar las divisiones del partido; el segundo se mostraba más dispuesto, incluso desafiante y retador a la hora de someterse a un cara a cara público. Todo se definió en las urnas.

En septiembre de 2009, Petro le ganó a Gaviria por un estrecho margen de algo más de 20.000 votos (220.912 votos, el 49,6 por ciento a favor de Petro, frente a 201.115 votos, el 45,2 por ciento que respaldó a Gaviria).

Para muchos, el triunfo de Petro, contra todo pronóstico, fue el triunfo de la opinión independiente frente a las maquinarias del Polo. Ganó con una propuesta basada en lo que él llama el acuerdo. La posición conciliadora, dialogante, que asumió en aquella campaña se sobrepuso a la propuesta hecha por el sector del Polo considerado el más ortodoxo y encabezado por Gaviria.

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Una de las normas de las consultas partidistas es el apoyo tácito del perdedor al ganador, pero las heridas de aquella campaña provocaron un desenlace diferente. Gaviria, el sabio de la izquierda, renunció a la presidencia del Polo porque no consideraba prudente que esa dignidad la ostentara el perdedor de la consulta. Decidió volver a ser un militante raso, pero nunca acompañó a Petro en su campaña presidencial.

“En una cosa tan inesperada para estas personas que fue no ganar la consulta, aún no ha podido ser superada la sensación que deja este tipo de situaciones, yo las he vivido muchas veces y estoy un poco más preparado para las circunstancias de la derrota y hay personas que no lo están tanto, es más, nunca las han vivido", dijo Petro en declaraciones a La W Radio refiriéndose a su victoria sobre Gaviria, en 2009.

Desde 2010, Carlos Gaviria cedió todo protagonismo en el Polo, pero no dejó de ser un referente, un faro ideológico. En esa condición se refirió al triunfo de Gustavo Petro en 2011, cuando fue elegido alcalde de Bogotá.

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En ese momento, Gaviria aseguró que Petro ganó “por hacer demasiadas concesiones a la política tradicional”, y lo mostró de nuevo como un político capaz de traicionar sus principios a cambio de un resultado electoral:  

“Seguramente por estrategia quiso aparecer no como un político con posiciones radicales sino flexibles, capaz de aproximarse a la propuesta oficial y capaz de gobernar con Santos, lo que en Gustavo no es nuevo. Cuando yo era presidente del Polo y nos negamos a participar en la marcha del 4 de febrero de 2009, él propuso literalmente en el Comité Ejecutivo que yo saliera de la mano de Uribe mostrando a todas las personas que esa era la vía para lograr la paz”, dijo Gaviria en ese momento.

En aquella oportunidad, el exmagistrado se refirió a un posible gobierno de Petro: “Yo no me atrevo a predecirlo, porque le reconozco a Petro una gran inteligencia. Es un hombre muy hábil, como estratega político es excelente. No sé si en el gobierno esas operaciones que sirven para llegar al poder, sirven también para gobernar”.

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Mientras Gaviria continuó como un militante raso del Polo, Petro decidió montar rancho aparte, cuando organizó el movimiento Progresistas, con el que llegó al palacio de Liévano. Una división que dejó muchas fisuras en el Polo y que sin duda lo diezmó.

La relación de Gaviria y Petro fue tormentosa en el Polo, y aunque pareciera un asunto del pasado, ha vuelto a revivir en la presente campaña política. En buena parte por el trino de Héctor Abad que dejó entrever que las heridas no cicatrizaron del todo.

Aurelio Suárez fue el candidato del Polo en las elecciones a la Alcaldía de Bogotá en las que se impuso Petro. En ese momento tenía el pleno respaldo de Jorge Robledo y Carlos Gaviria.  

Ahora, en su condición de comentarista, Suárez aclaró que Gaviria no tenía gran estima por Petro, como lo han venido asegurando muchos simpatizantes del exalcalde en las redes sociales, a propósito del trino. Por el contrario, calificó la relación de ambos como “tormentosa”.

Suárez no se atrevió a validar el trino de Héctor Abad en el sentido de que Petro cambiara las actas de los comités ejecutivos del Polo, pero sí aseguró que hacía todo lo opuesto a lo que se acordaba en el seno de la dirigencia.

“Lo que era más usual en Petro era que cuando el Polo aprobaba una cosa, él salía y hacía otra, como si fuera aprobada por otros. Todo era así. Cada cosa que aprobaba el Polo él la tergiversaba y la ponía a su manera. ¿Usted sabe que en WikiLeaks salió Petro en la embajada americana dando informes sobre el Polo a los embajadores americanos? Hay un capítulo de WikiLeaks sobre el Polo, que está fechado el 26 de febrero de 2009, relacionado con la crisis del Polo, Samuel Moreno y la Alcaldía de Bogotá”, dijo el pasado lunes en Mañanas de Blu Radio.

Si la historia de Colombia hiciera justicia, señalaría a Carlos Gaviria y a Gustavo Petro como los más importantes referentes de la izquierda en las recientes dos décadas. Pero también debe advertir que los dos fueron protagonistas de la relación más tormentosa que se ha registrado en esta orilla del espectro político.