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El metro de Bogotá ¿ahora sí?

Después de tantos proyectos, anuncios y diseños, el metro de Bogotá y el tren de cercanías parecen ver luz al final del túnel. ¿Será verdad tanta dicha?

11 de noviembre de 2017

El jueves, horas antes de que entrara a regir le Ley de Garantías, el gobierno y Bogotá anunciaron el cierre de un acuerdo para asegurar los 15,1 billones de pesos necesarios para construir la primera línea del anhelado metro capitalino.

Hicieron el anuncio en la avenida Caracas con calle 26, por donde pasará el sistema férreo. “Bogotá, con este metro, será una ciudad ejemplar a nivel mundial”, dijo el alcalde Enrique Peñalosa durante el evento, que contó con la presencia del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, el ministro de Transporte, Germán Cardona, y Luis Fernando Mejía, director de Planeación Nacional. “Estamos hoy ante el hecho concreto más importante en la historia del metro de Bogotá, que lleva más de 60 años. La firma del documento que establece los compromisos del gobierno nacional y el distrital, con el cual se tiene el respaldo para abrir la licitación”, sostuvo Cárdenas. “Ya pasamos del mundo de la aspiración al mundo concreto”, agregó.

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En septiembre, el presidente Juan Manuel Santos y sus ministros firmaron un documento Conpes con el que le dieron vía libre al aporte de 13,8 billones de pesos que el gobierno le hará al Distrito, el 70 por ciento de la inversión definitiva. Así, la pelota había quedado en manos de la Alcaldía. A finales de octubre, el Concejo aprobó usar 6 billones de pesos de las vigencias futuras de la ciudad para financiar la megaobra. Esa financiación se formalizó con la firma del convenio, este jueves.

Cárdenas también se refirió a la firma de los convenios para financiar el tren de cercanías de la sabana, con la Gobernación de Cundinamarca, y las fases II y III de TransMilenio, que llegarán a Soacha. Así, señaló el jefe de la cartera de Hacienda, se robustecerá el transporte público de la ciudad y sus municipios vecinos.

El metro de Peñalosa, muy diferente al diseñado y dejado listo por la administración de Gustavo Petro, tendrá 24 kilómetros de longitud y 15 estaciones. Comenzará en el portal de las Américas, tomará la avenida Villavicencio hasta la Primera de Mayo. Después, en la carrera 30 se dirigirá hacia el norte por la calle 8 sur y la calle 1 hasta llegar a la avenida Caracas, por donde se encaminará al norte hasta la calle 72.

De acuerdo con el cronograma, en marzo de 2018 comenzará el proceso licitatorio para la primera línea del metro con la publicación de los prepliegos. La licitación y la publicación de los pliegos finales se abrirán en mayo. Durante 2018 se realizarán algunas obras preliminares como el traslado de redes y la adecuación del patio-taller, ubicado en la localidad de Bosa; se adquirirán 130 predios; se obtendrá el cupo de endeudamiento de la Empresa Metro de Bogotá para financiar las obras mayores y la interventoría.

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La Nación empezará a hacer los desembolsos en 2019 cuando comiencen las obras mayores y la adquisición de 1.310 predios. Entre 2020 y 2023 continuarán las obras, al finalizar este periodo se harán las pruebas técnicas, y en 2024 comenzará la operación comercial. Se espera que cuando el metro encienda motores los trenes muevan 72.000 pasajeros hora/sentido, a los que el Distrito les suma otros 334.000 que se moverán en las troncales alimentadoras del sistema férreo. Inicialmente, dispondrá de 23 trenes que se moverán a 40 kilómetros por hora en promedio.

Para financiar la megaobra, tanto la Nación como la ciudad comprometieron sus presupuestos durante los próximos 30 años. Aunque aún faltan estudios y es incierto qué va a pasar con los pasajeros que lleguen o embarquen en la 72. Por su parte, el burgomaestre considera que con la firma del documento “el proyecto está totalmente asegurado. Ningún alcalde que llegue ni ningún presidente puede descarrilarlo. El metro de Bogotá es una realidad”.

A los recursos que dará la Nación para el metro y para algunas nuevas troncales de TransMilenio, el Concejo de Bogotá le aprobó un paquete de vigencias futuras, endeudamiento y venta de activos que en total superan los 28 billones, con los que el alcalde piensa adelantar un paquete de obras, en especial la expansión de las troncales. Esos proyectos han generado la oposición de muchos habitantes, sobre todo en el entorno de la carrera Séptima.

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A esta noticia se sumó el anuncio de la financiación de dos obras fundamentales para la integración regional: el Regiotram al occidente y la extensión de TransMilenio hasta Soacha. En los últimos 20 años los trenes de cercanías, uno al occidente hasta Facatativá y, otro al norte, a Zipaquirá, han sido uno de los pocos temas que han mantenido y unido a los diferentes gobernadores de turno, que finalmente ayer lograron una victoria.

El gobierno se comprometió a pagar el 68 por ciento de los 1,5 billones que costará la primera línea: el Regiotram de occidente, que tendrá una longitud de 40,9 kilómetros a doble vía. De estos, 15,4 kilómetros recorrerán Bogotá y otras zonas urbanas de los municipio de la sabana, y los 26 restantes pasarán por zonas suburbanas.

Este sistema, que en las ciudades funciona como tranvía y en el campo puede avanzar tan rápido como un tren, tendrá 17 estaciones. En Bogotá estará conectado al futuro metro y a TransMilenio, y movilizará más de 125.600 pasajeros al día.

“El Regiotram de occidente disminuirá el tiempo de viaje de los habitantes del occidente de Bogotá hacia la ciudad en un 35 por ciento en promedio, el trayecto avenida Caracas-Facatativá se realizará en 48 minutos. Además, generará un aumento en la velocidad de los vehículos particulares en el corredor y brindará una importante renovación urbana en las zonas aledañas al proyecto”, destacó Cárdenas.

El trazado del Regiotram comienza en la avenida Caracas con la calle 19, y se conectará con la estación de la primera línea del metro de Bogotá, tomará al occidente hacia la Estación de la Sabana tomando el trazado existente del antiguo ferrocarril de la Sabana. Sigue su ruta paralela a la calle 22 pasando a desnivel la avenida NQS y Américas cruzándola de forma elevada. Continúa intersectando la carrera 50, la carrera 56 y la carrera 68 con intersección a desnivel. En la carrera 68D, tomará vía paralela al canal de San Francisco, cruzando posteriormente la avenida Boyacá, la avenida Ciudad de Cali, la carrera 96C y la carrera 97, hasta la estación férrea de Fontibón.

Por la calle 22 cruzan la carrera 129 hasta el río Bogotá y posteriormente atraviesa Funza y Mosquera. A la salida de este último municipio cruza bajo la autopista 50 y continúa paralelo a la carretera que une Mosquera con Madrid. Tomará la calle 8 hasta cruzar el río Subachoque, cruzando de nuevo la autopista 50 y atravesando la zona de invernaderos. Finalmente, toma la localidad de El Corzo, aprovechando la carrilera existente y llega a Facatativá hasta la calle 9 en la estación del municipio.

Cárdenas también destacó el impacto económico y la rentabilidad social que brindará a la población de los municipios del occidente de la capital del país, al mismo tiempo que resaltó el impacto en la competitividad de los entes territoriales, la Ciudad y el país.

“Esta es una gran noticia para la sabana, para la modernización del transporte masivo y el transporte interurbano, el medio ambiente teniendo en cuenta la reducción de buses y carros entrando a la ciudad y muy importante para el turismo, teniendo en cuenta que brindará un importante servicio a quienes deseen conocer las atracciones que tienen los municipios de occidente” afirmó.

Esta no es la primera vez que gobierno y nación anuncian el cierre de un acuerdo para hacer el metro. Ya lo habían hecho Ernesto Samper y Peñalosa en 1999 o Gustavo Petro con el gobierno Santos en 2015, cuando recibió un cheque simbólico para hacer su metro subterráneo. Ojalá esta vez el acuerdo se haga realidad y que la Alcaldía no les haga conejo, por segunda vez, a los bogotanos.