VIDA MODERNA

Cinco claves para hacer feliz a todo un país

Andrés Aljure Saab, experto en felicidad, escogió las lecciones que deja la experiencia de Emiratos Árabes Unidos para promover el bienestar de la gente.

25 de julio de 2017

La ministra de Felicidad de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Ohood Al Roumi, ofreció una conferencia el pasado 13 de julio en Bogotá sobre el modelo de felicidad que se viene implementando en su país desde 2016. El evento formó parte de la agenda de intercambio internacional promovida por el Departamento Administrativo de la Función Pública en Colombia con este país desde febrero de este año. Estas son las lecciones que nos deja la intervención de la ministra Al Roumi, para la gestión de la misma por parte de gobiernos y organizaciones.

Puede leer: ¿Por qué hay tanto pesimismo en Colombia?

1. El futuro promisorio es para aquellas sociedades, y organizaciones, que conviertan su crecimiento en bienestar para su gente.

EAU es una de las 35 economías más poderosas del planeta con un PIB, per cápita, cercano a los 40.000 dólares anuales, una superficie de 83.000 kilómetros cuadrados y una población cercana a los 9 millones de habitantes. Con una situación como esta, cabría la pregunta: ¿Un país así requiere de un Ministerio de Felicidad? ¿Qué razón les lleva a crear este ministerio?

En su ponencia, la ministra Al Roumi lo expresó claramente: “En nuestra Declaración de Independencia, de Reino unido, en 1971, se estableció que la felicidad de la comunidad es nuestro principal reto” Es claro que hoy en día hay países con altos niveles de crecimiento, representados en sus PIB, con bajos niveles de satisfacción entre su población. De la misma manera, existen organizaciones con gran éxito económico y bajos índices de satisfacción de sus colaboradores e, incluso, de sus proveedores, aliados y clientes.

Ya desde 1994, como ejemplo de esta primera lección, y según enseñanzas del entonces vicepresidente de Asuntos Económicos de la Cámara de Comercio de Bogotá, el señor Andrés Langebaek, en algunas localidades de Canadá la calidad de vida de la comunidad no estaba medida en términos de los ya clásicos indicadores económicos, sino por el nivel de pescados que habían en el lago de dichas localidades.

Le sugerimos: ¿Qué nos hace realmente felices en la vida?

2. Los beneficios de un empleado o de un servidor o funcionario público feliz, son evidentes.

Según estadísticas de la ministra, además de los datos que se pueden obtener de muchas otras fuentes, los beneficios son: empleados 60 por ciento más energizados, 100 por ciento más productivos y con un 90 por ciento menos de ausentismo que sus colegas menos felices.

3. La ecuación de los clientes felices.

Si se suman empleados orgullosos sobre los que se enfoca la gestión, más organizaciones dedicadas que trabajan por la felicidad de sus empleados y clientes, más clientes positivos y proactivos que coparticipan identificando y comunicando cómo ayudarles a favorecer su felicidad, el resultado serán clientes felices.

A partir de dicha ecuación se destacan algunas variables relevantes a gestionar, cuya aplicación puede darse tanto para gobiernos como para organizaciones: selección de los mejores para servir, capacitación de calidad de los empleados, identificación del buen desempeño por parte de los empleados con su respectivo reconocimiento, creación y difusión de guías e instructivos para el desempeño en favor de la felicidad, promoción e incentivo de comportamientos acordes con las guías creadas, creación y monitoreo de indicadores que implican la consideración de las opiniones y evaluaciones del cliente así como la aplicación de encuestas y evaluaciones sistemáticas el bienestar de la comunidad y de la satisfacción con la prestación de los servicios gubernamentales, todo para obtener insumos que guíen el permanente ajuste de políticas y servicios.

Según lo anterior, el Ministerio de la Felicidad de EAU ha desarrollado acciones concretas y sistemáticas así: capacitación en felicidad y bienestar a facilitadores en escuelas como la Universidad de Berkeley y el Wharton School de la Universidad de Pensilvania. Creación de la Red de Concejos y Oficiales de la Felicidad que, distribuida en todos los ministerios y entes del Gobierno, asegura la alineación de políticas y servicios con la felicidad del cliente. Creación del programa de formación a miembros de empresas del sector privado. Creación y aplicación del Manual de Felicidad de Servicio al Cliente, precisando comportamientos y acciones para su ofrecimiento con calidad. Creación de la Medalla a los Héroes de la Felicidad, otorgada a empleados a partir de mediciones incógnitas al desempeño. Creación de las Patrullas de la Felicidad que incentivan y premian los comportamientos positivos de los individuos. Mediciones sistemáticas de la felicidad y bienestar de la comunidad y medición de la satisfacción con los servicios, donde cada espacio de prestación es evaluado por parte de los individuos. Creación del programa 100 Días de Positivismo, que busca consolidar la realización de 1.000 actos de amabilidad a partir de la formación en 66 escuelas con 116.000 alumnos que representan el 50 por ciento de la población académica.

Puede consultar: Felices, pero ya no tanto

4. La felicidad colectiva se da a partir de la felicidad individual, donde cada individuo es responsable de construirla.

La felicidad y el bienestar no son una imposición gubernamental, y aunque son una responsabilidad y una opción individual, los gobiernos y las organizaciones sí son responsables de favorecer entornos y condiciones para florecimiento y cumplimiento de metas de sus miembros. Particularmente, en el caso de EAU, los pilares del trabajo en felicidad son: educación, salud, economía y trabajo, comunidad y cultura, medioambiente e infraestructura y servicios gubernamentales.

“Aunque un Ministerio de Salud busca favorecer condiciones para el cuidado de la misma, claramente no regula la vida, la muerte o la enfermedad”, dijo la ministra. Cada individuo es responsable de cuidarse y en ese sentido comparte la responsabilidad de preservar su salud con el Gobierno.

De la misma forma funciona en una organización. Si, por ejemplo, tomamos el objetivo de lograr un buen balance vida-trabajo, aunque una organización vele por la existencia de jornadas de trabajo y asignación de cargas apropiados y equilibrados, por mencionar algunos aspectos que tienen injerencia, es cada empleado quien debe hacerse responsable de desarrollar las facetas de su vida en forma equilibrada.

Le sugerimos: La mayor enseñanza en medio del Himalaya: la felicidad

5. La importancia de enseñar y consolidar valores individuales, y sociales, relacionados con la gratitud, el sentido de propósito, las relaciones positivas, el positivismo y la amabilidad.

En esta lección, y como parte de la anterior, quiero destacar que la felicidad se aprende y dado que gran parte de la población no está educada para ser feliz, es muy difícil que una sociedad o una organización tenga más niveles de felicidad y bienestar cuando sus individuos no están empoderados para serlo. Enseñar felicidad en colegios, en universidades e incluso organizaciones es imprescindible.