* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana. Desde octubre hasta finales de abril, el país y los vecinos tropicales se convierten en un hogar temporal para cientos de aves que migran desde sus hábitats en época de invierno con el fin de acceder a ambientes cálidos mientras empieza la primavera en sus países de origen. Durante esos meses, la ciudad y todo el territorio nacional son testigos de un gran espectáculo en el que unas 275 especies de estas aves adornan el cielo y varios de los ecosistemas. En Colombia y el resto de países a los que migran, estas aves encuentran recursos para su alimentación, por lo que para ellas es mucho mejor volar grandes distancias hasta el trópico para sobrevivir y regresar a reproducirse, según explicó la doctora Natalia Ocampo, ecóloga experta en conservación de aves. “Allá hay menos depredadores que en el país, por lo que aquí no tienen crías", agregó. Le recomendamos: ¿Quiénes tienen la responsabilidad de cuidar el río Bogotá? De acuerdo con la experta, las aves que visitan el país son muy diversas. “Somos el hogar de la mitad de la vida de ellas. Llegan en bandadas mixtas”, comentó. Una de las especies que hace presencia en Bogotá durante la época migratoria es la tingua azul. Esta ave, cuyo hábitat natural se encuentra en los pantanos y zonas húmedas de América, se acerca a la capital entre noviembre y marzo, procedente de los Llanos Orientales y las costas Atlántica y Pacífica. En la ciudad, de acuerdo con la Secretaría de Ambiente (SDA), debido al desgaste del vuelo, estos alados “pueden extraviarse y terminar en tejados, parques y, en ocasiones, sufrir depredación de otros animales”. De hecho, en las últimas semanas, ha llegado a la ciudad un número mayor de estas aves que el habitual para la época.
Esta ave se acerca a la capital entre noviembre y marzo, procedente de los Llanos Orientales y las costas Atlántica y Pacífica. Foto: Secretaría de Ambiente. Esta situación fue dada a conocer por la Fundación Humedales Bogotá, una oenegé que se dedica a rescatar la importancia de estos cuerpos de agua así como de llevar un registro de la avifauna en la capital, a través de sus redes sociales y su página web https://humedalesbogota.com/. Le sugerimos: El cangrejo rojo: una amenaza para los ecosistemas de Bogotá En el trino de la organización se alertó que, de acuerdo con denuncias de varios ciudadanos, los casos para atender a estos alados no estaban siendo respondidos.
“Lo que hicimos fue alertar a la Secretaría de Ambiente porque estábamos recibiendo muchas llamadas. Algunas personas decían que no lograban comunicarse, otras que sí, pero que la autoridad ambiental no llegaba”, dijo al respecto Jorge Emmanuel Escobar, director de la Fundación Humedales Bogotá. Como respuesta, la SDA informó en su página web que el asunto estuvo relacionado con el aumento de la presencia de esta especie. “Dicha situación ha generado un incremento en los reportes por parte la ciudadanía, al pasar de 15 diarios a más de 45”, informó la entidad. "Estamos recibiendo reportes de tinguas todos los días, puede haber ligeras demoras producto del incremento de aves migratorias y por las condiciones de alerta roja que hay en la ciudad. Estamos tratando de atenderlos todos con la mayor prontitud posible”, indicó la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia. Así, de acuerdo con las cifras que comparte la entidad, el pasado octubre fueron recuperados 12 de estos alados; 83 en noviembre; y 179 en diciembre. En lo que va de este año, con corte al 15 de enero, van más de 408 especímenes rescatados. Para hacerle frente a esta situación y tenderle una mano a las autoridades y a los alados, Escobar comentó que desde su Fundación están dispuestos a colaborar en la atención de las aves. Puede leer: Cinco ejemplos que demuestran que sí es posible descontaminar los ríos “Desde los inicios de la Fundación nosotros ayudábamos en su reubicación, las recogíamos y las llevábamos a los lugares donde las atendían. Esta situación cambió en la administración pasada, pues en ese entonces se nos comunicó que no podíamos hacer eso. De hecho, a otros colectivos que también colaboraban les sucedió lo mismo”, comentó el director de Humedales Bogotá. Sin embargo, Escobar agregó que con la administración actual han tenido un buen diálogo y se les ha dicho que se están explorando opciones. “Sería muy positivo si se reviviera eso de que las personas que están capacitadas en el tema podamos ayudar y solventar esta situación”. ¿Qué hacer si se encuentra una tingua? La SDA recomienda a la ciudadanía seguir los siguientes pasos en caso de toparse con un individuo de esta especie mientras los profesionales de la entidad llegan al sitio a recogerla: Tomar la tingua y ponerla al interior de una caja de cartón que no contenga ningún residuo u olor. La caja deberá tener unos pequeños orificios que permitan el ingreso de aire y luz. Suministrarle agua potable acompañada de un poco de azúcar, arroz crudo o cocinado y vegetales. Llamar a la Secretaría de Ambiente para que técnicos especializados acudan a su atención (puede hacerlo a los teléfonos 3174276828 y 318 8277733). Aislarla de la presencia de gatos y perros. Con relación a los primeros, son cazadores natos que podrían herirlas o acabar con su vida.
Foto: Secretaría de Ambiente.