Juan David Carrillo es el socio fundador en Colombia de Osaka cocina nikkei y La Lucha Sanguchería Criolla. Un emprendedor colombiano que se aventuró a traer dos reconocidas cadenas de restaurantes peruanos a Colombia. En el año 2014, Carrillo era gerente de marketing del Grupo LVMH (accesorios de lujo) y tenía que capacitarse en Francia como sus compañeros, pero en ese año la empresa lo envió a hacer capacitación a Argentina para hacerle fuerza a las marcas en ese país. Durante ese viaje, este emprendedor terminó cenando en la franquicia de Osaka que está en Buenos Aires en el barrio Palermo.“Desde que entré el ambiente, la música, y cuando empezamos a pedir la comida ni hablar. Cada plato me cautivaba más que el anterior. Yo solamente decía: yo nunca he estado en el mundo de los restaurantes. Solo sabía que lo que estaba probando me hizo un clic emocional. Ahí vi una oportunidad muy clara de negocio en Colombia”, resaltó Carrillo.Posteriormente, este emprendedor empezó a buscar en Google sobre la marca intentando llegar hasta sus dueños. “Me di cuenta que la marca estaba en Chile, Brasil, Ecuador. Y dije si va para Ecuador, con más razón debe estar en Bogotá, pero no sabía si ya lo habían negociado y no lo habían publicado”, indicó.Carrillo, en su intento de llegar a los dueños de Osaka, mandó entre 20 y 30 correos electrónicos pero para su sorpresa ninguno tuvo respuesta. Luego, logró conseguir los teléfonos de ellos en Lima, pero todo seguía sin respuesta.No obstante, Juan David estaba tan convencido de lo que se había propuesto, que se aventuró a contarle la idea de emprendimiento a su jefe en ese momento, quien conocía a los dueños de Osaka, pero su respuesta no fue la más alentadora ya que le pareció una ‘locura’ por el costo del negocio.Visite: Con empanadas y deditos ‘saludables’ dos hermanas lideran Delorigen“Mi jefe me dijo: de qué estás hablando, eso cuesta millones de dólares, cómo vas a hacer. Pero le dije que me pusiera a hablar con ellos que yo me encargaba de lo demás”, explicó Juan David Carrillo.En una premiación de restaurantes más importantes en Latinoamérica, el jefe de Carrillo los logró presentar. A continuación, los dueños de Osaka y Carrillo comenzaron a hablar para intentar llegar a un acuerdo comercial. Éstos le preguntaban al emprendedor sobre quién era su socio operador para poder concretar el negocio, pero como él no tenía una experiencia en el campo de los restaurantes, lo que necesitaba era conocer qué estaba buscando Osaka para poder iniciar operaciones en Colombia. Y así lo hizo.Le bastó ocho días para poder cristalizar parte de su sueño, lo que lo llevó a saber cómo asociarse correctamente. “Yo tenía la visión y la idea, pero estaba comprometido y enfocado a cristalizarla”, afirmó Carrillo.Este emprendedor, para lograr su objetivo, siempre se visualizó al final y no en el proceso. Hábito que lo mantuvo motivado todo el camino. “Me asocié, busqué personas que tuvieran ideas de restaurantes, amigos expertos en finanzas y por mi lado todo el tema creativo y marketing. Viajamos a Lima y tuvimos la fortuna que nos entregaron la marca”, recordó.Juan David Carrillo logró quedarse entonces con la franquicia peruana en Colombia, incluso por encima de muchos proponentes que ya habían visto el atractivo de la marca, también colombianos. De hecho, él supo que se la habían ofrecido a grandes operadores gastronómicos del país, pero no se logró cerrar el negocio por ese lado.Fue ahí, en un arranque de motivación, cuando Carrillo, aún sin tener el local para el funcionamiento del restaurante, y, mucho menos, el dinero para la inversión, firmó el contrato de franquicia.“Uno poco a poco puede ir sorteando las cosas. Si yo me voy a venderle a un inversionista, ¿cómo le voy a decir que tengo una marca si no tengo el contrato de franquicia firmado? Yo aseguro mi contrato, aseguro el local y con esas dos variables cualquier inversionista va a tener mayor credibilidad de un negocio”, aseguró.Hay que decir que este emprendedor se gastó un tiempo importante en montar una idea de negocio, uno que fuera creíble y estructurado, con cifras reales y atractivas para cualquiera que estuviera interesado en apoyarlo. Es decir, que desde que conoció la marca en Buenos Aires hasta que pudo abrir su primer punto de venta, pasaron dos años (dentro de este tiempo hubo un periodo destinado a adecuaciones arquitectónicas).Ya en 2016, Osaka restaurante nació en Colombia de la mano de Juan David Carrillo y su equipo. “Hoy puedo decir que la franquicia abre muchas posibilidades, pero es el operador quien tiene la responsabilidad de respetar las directrices de las casas matrices y sobre todo tener el criterio necesario para adaptar lo que se deba adaptar para que todo funcione en armonía y calidad”, destacó.Recomendado: La sanandresana que quiere revolucionar el ‘Whatsapp marketing‘Vale mencionar que esta franquicia ha logrado recuperar su inversión inicial a los 2,5 años de operaciones, monto que en su momento ascendió a US$1,5 millones.Así nació La LuchaDurante sus viajes entre Colombia y Lima, una mañana Carrillo le preguntó a un taxista en la capital peruana por un lugar excelente para desayunar. Fue ahí cuando le recomendaron el restaurante La Lucha Sanguchería Criolla, una marca icónica en el mercado peruano con alrededor de diez años de trayectoria en Perú.“Me cautivó tanto desde que me recibieron en el local hasta el final. Es increíble como te hacen sentir. Pero cuando le doy el primer mordisco dije, ¿qué es esto?”, apuntó. Carrillo reconoció que los peruanos habían avanzado tanto en el tema gastronómico, que vio necesario traer una franquicia de La Lucha a Colombia.Es así como el 6 de abril de este año abrió su primer local y en agosto será la inauguración del segundo, con la proyección de una tercera apertura antes de la primera mitad del 2019.“Es la explosión de sabores y una buena experiencia de servicio lo que realmente me cautivó de estos dos negocios y que traje a Colombia. Quién sabe cuántos colombianos también fueron a estos dos restaurantes y dijeron ‘lástima no está en Colombia‘, pero no pasó de ahí. Creo que es esa la diferencia en visualizar y ser capaz de ejecutar no solo una idea sino un sueño”, rescató.Franquicias peruanas en ColombiaLas franquicias son uno de los sectores con mayor crecimiento en la economía colombiana. Así, en los últimos cinco años, el mercado de franquicias en Colombia ha elevado sus cifras exponencialmente, pues han pasado de un promedio de 103 franquicias en 2005 a superar 500 a finales de 2017.Vea además: El mejor inversionista es el cliente: Alex TorrenegraEn la actualidad, Colombia sigue en la mira de los empresarios peruanos. Así lo indican alrededor de 20 franquicias provenientes de este país que existen en Colombia. Según cifras de la Cámara Colombiana de Franquicias (Colfranquicias) hay alrededor de 212 empresas extranjeras en el país.De acuerdo con la entidad, los establecimientos comerciales que ocupan mayor preferencia por los consumidores en el país están dentro de la industria de la gastronomía, seguidos por servicios y moda -en el que Bogotá continúa en el primer lugar de ciudades de predilección con 12%, seguido de Medellín con 6% y Cali con 4%-. Por esta razón, la Oficina Comercial del Perú en Colombia (OCEX Bogotá) y Promperú trajeron ocho delegaciones en diferentes industrias para llegar a aumentar más acuerdos comerciales entre ambos países."Colombia es una plaza muy importante por el ingreso per cápita superior al de Perú y el promedio de crecimiento de franquicias como sector. A ello, se suma el posicionamiento logrado de las marcas peruanas en el exterior." afirmó Soledad Campos de Parry, Consejera Económica Comercial de Perú en Colombia.