Un jefe del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria murió en un bombardeo estadounidense con drones, según lo informó hace algunas horas el Mando Central de Estados Unidos en Oriente Medio (Centcom).
Se trata de Usama al Muhayir, uno de los líderes más destacados de la organización yihadista Estado Islámico en el este de Siria, según lo confirmó el jefe del Centcom, el general Michael Kurilla, citado en un comunicado. “Hemos dejado claro que mantenemos nuestro compromiso de derrotar al EI en toda la región”, declaró.
En la misma nota Estados Unidos ha precisado que el ataque fue efectuado por un avión no tripulado MQ-9 Reaper que previamente había sido objetivo de “un acoso de dos horas por parte de aviones de combate rusos”. Rusia es aliada del Gobierno sirio en el conflicto del país.
El ataque estadounidense ocurrió el pasado viernes 7 de julio, según ha hecho saber en un comunicado, donde también se confirmó que ningún civil murió en el bombardeo, “El EI (Estado Islámico) sigue siendo una amenaza, no solo para la región, sino más allá”, dijo el general Kurilla refiriéndose a los resultados del ataque que dio de baja a uno de los líderes más peligrosos de la organización terrorista.
Las fuerzas de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, creada en 2014 para luchar contra el EI, informaron que el bombardeo “se realizó por los mismos [drones estadounidenses] MQ-9 que había (...) sido hostigados por aviones militares rusos”, señaló el Centcom.
Los drones estadounidenses que participan en las operaciones contra el EI en Siria fueron hostigados por aviones militares rusos el jueves, por segunda vez en 24 horas, según declaró entonces un comandante estadounidense. El grupo EI se apoderó de vastos territorios en Siria e Irak como consecuencia, entre otros, de la guerra en Siria, iniciada en 2011.
El “califato” del EI en Siria fue derrotado en 2019, pero la coalición permanece en el país para luchar contra los grupos yihadistas que aún operan en la zona.
La guerra en Siria dejó cerca de medio millón de muertos, millones de desplazados y un país devastado. El Mando Central considera que hasta ahora no hay indicios de que civil alguno haya resultado alcanzado por el ataque, del que no ha dado más detalles.
“Con esto dejamos bien claro que seguimos comprometidos con la derrota de Estado Islámico en toda la región”, ha asegurado el general sobre una operación que “degradará la capacidad de Estado Islámico para planear y ejecutar ataques” en la zona.
Este sería el segundo golpe en una semana al Estado Islámico, las autoridades de Irak confirmaron en los últimos días la muerte de cinco presuntos miembros del grupo yihadista Estado Islámico en un bombardeo ejecutado en la provincia de Kirkuk, situada en el norte del país.
El Servicio Antiterrorista de Irak ha especificado en declaraciones concedidas a la cadena de televisión iraquí Al Sumaria que el bombardeo ha sido perpetrado “de forma preventiva” en la localidad de Dibis por orden del primer ministro, Muhamad Shia al Sudani.
Asimismo, ha recalcado que en la zona se han registrado además “violentos enfrentamientos” tras los bombardeos, sin que por el momento haya informaciones sobre bajas entre las filas gubernamentales. Estado Islámico no se ha pronunciado sobre lo sucedido.
El mes pasado, Tres soldados del ejército iraquí murieron y cuatro resultaron heridos en un ataque atribuido al grupo yihadista Estado Islámico en el norte de Irak, según una fuente militar. El ataque con armas automáticas ocurrió hacia las 04:00 a.m. hora local, indicó el funcionario que pidió el anonimato. Por el momento no ha sido reivindicado.
“Murieron tres soldados, incluidos dos oficiales, y otros cuatro soldados resultaron heridos en el ataque contra su cuartel ubicado en Wadi al-Naft”, a unos 25 km al oeste de Kirkuk, añadió.
La zona donde se produjo el ataque, entre Kirkuk, ciudad en manos del gobierno federal, y la región autónoma del Kurdistán iraquí, es una de las zonas fronterizas que se disputan ambas entidades.
Tras un meteórico ascenso al poder en 2014 y la conquista de vastos territorios en Irak y la vecina Siria, el vio cómo su autoproclamado “califato” se desmoronaba bajo sucesivas ofensivas en estos dos países. Las autoridades iraquíes declararon la “victoria” sobre el EI a finales de 2017, pero pequeños grupos siguen atacando esporádicamente al personal del ejército y la policía, sobre todo en zonas rurales y remotas al norte de Bagdad.