“Es una angustia terrible, no sabemos absolutamente nada”. De esta forma, y con la voz entrecortada, describe la tía de Emerson Andrés López, uno de los jóvenes que fue capturado bajo el régimen de excepción en El Salvador, tras ser acusados de pertenecer a organizaciones criminales encargadas de cometer todo tipo de delitos en el país centroamericano.
Todo ha sido caos, incertidumbre y miedo desde que se enteraron que, Emerson, de tan solo 21 años de edad, había sido detenido por las autoridades salvadoreñas. Dos meses después no saben siquiera en qué cárcel se encuentra, de qué se le acusa exactamente, cómo se encuentra de salud y qué pueden hacer para liberarlo. Desde velatones, movimientos en redes sociales y marchas han realizado en las últimas semanas para llamar la atención sobre la situación, pero todo ha caído en oídos sordos.
La familia de este joven empezó una cruzada con el fin de llamar la atención del Gobierno de Gustavo Petro, pero hasta el momento no han obtenido ningún tipo de respuesta. “Yo he etiquetado por todas las redes sociales que existen al presidente y nada, el presidente nunca responde. Facebook, Instagram, Twitter”, afirmó su tía.
Sobre las acusaciones y la detención en El Salvador, donde es acusado por receptación y agrupaciones ilícitas, dicen que no saben nada, incluso señalan que Emerson decidió irse al país centroamericano ante un llamado del presidente Bukele de recibir mano de obra y migración de personas que no vayan a su país delinquir.
“Nosotros sabemos quién es Emerson, tuvo una crianza en un hogar, humilde, pero un hogar. Tenía sueños, y nada, mire ahí quedó todo, nosotros no sabemos qué hacer”. Lo único que saben es que él nunca cometió ningún delito ni hace parte de una organización dedicada al crimen, como se dice en las noticias haciendo referencia a los discursos del presidente Nayib Bukele.
Emerson planificó todo su viaje con el fin de conseguir labores y ayudar económicamente a su madre, quien vive en España por la difícil situación económica en Colombia, y quien es una mujer de la tercera edad.
Cuenta la tía de Emerson que las informaciones preliminares que han recibido por una persona allegada en El Salvador apuntan a que junto a dos jóvenes que viajaron con él, “fueron detenidos el pasado 8 de junio por las autoridades salvadoreñas, las cuales, sin pruebas, lo señalaron de pertenecer a organizaciones criminales, así sin más”.
Emerson viajó a El Salvador, junto con dos amigos de los corregimientos de Nariño y San Pedro, en el Valle del Cauca, atraídos por el discurso del presidente Nayib Bukele y las ofertas de trabajo en una nación que está renaciendo de las cenizas tras décadas de crisis.
De esta forma, una vez terminó su colegio, adelantó todos los trámites, recogió el dinero para los tiquetes aéreos, pidiendo recursos a sus familiares y conocidos. Ahí su sueño se convirtió en desgracia.
Fue de esta forma cómo, cuenta su tía, el 25 de abril viajó a El Salvador con el firme propósito de conseguir trabajo y ayudar a toda su familia. “Pero el sueño no duró ni un mes”, asegura la tía del joven, quien ya se encuentra en un estado de desesperación. “Es un buen muchacho, él se fue porque ese presidente habla muy bien de El Salvador, que había trabajo”.
Para doña Ana, el mensaje de Bukele en estos días ha sido totalmente contradictorio, puesto que al mismo tiempo que acusa a los colombianos de ser “peligrosos delincuentes, que deben estar detrás de las rejas, envía un mensaje para en un plazo de 72 horas los otros connacionales abandonen el país. Entonces, si dijo que eran delincuentes, por qué no los cogió presos”, afirmó Ana, la tía de Emerson.
La situación que vivió Emerson junto a otros colombianos es lo más parecido a una “cacería de brujas” puesto que fueron con toda la actitud de buscar nuevas oportunidades a El Salvador, atraídos por un mensaje prometedor del mismo Presidente, pero fueron capturados por una simple sospecha. “Quiere —en referencia a Bukele— mostrar resultados, no es de un ser humano encarcelar a alguien que no es un delincuente”.
Los familiares de los compañeros de Emerson, que fueron detenidos también, viven la misma situación de angustia. “Son muchachitos de bien, hay uno que es hijo único, esa señora no sabe qué hacer, en pensar en su hijo (…) Hemos agotado todo, derechos de petición, la embajada colombiana, derechos humanos internacionales, de todo”, dice su tía Ana.
Por el momento, los familiares de los colombianos detenidos seguirán tocando todas las puertas que sean necesarias para conocer su situación y lograr que sean liberados y deportados a Colombia para que sigan con sus vidas. “El presidente Petro no nos responde, no sabemos qué hacer, confiando en Dios que tiene el poder, es una situación muy angustiosa y solamente la conoce el que la está viviendo” y esperan la ayuda del Gobierno del presidente Gustavo Petro.
Como si de un desolador panorama se tratara, saben que no pueden acercarse a la Cancillería en El Salvador porque que todos los colombianos son considerados sospechosos. Así se lo hizo saber, muy bien, un familiar cercano quien detalló que le daba miedo acercarse, él sabía que podía ser detenido. “No pueden ir hombres de ninguna clase, allá les pagan a los policías por capturar personas, no escuchan razones, sino que venga pa’ acá”.
Bukele se ha convertido en un ejemplo para Latinoamérica y el mundo en lucha contra la criminalidad, acorralo a las peligrosas pandillas que tenían un régimen del terror instalado desde hace décadas y se creían intocables, su país, El Salvador, dejó de ser uno de los más peligrosos a tener cifra mínima de homicidios.
Pero la otra cada de la moneda la cuentan las organizaciones de derechos humanos, la cuentan las vidas de personas que, aseguran ser inocentes, y han caído detenidas en medio de ese régimen especial, están detenidos, no tienen contacto con sus familias, no saben qué hacer.