De testigo estrella a investigado: De esta forma se le volteó la torta al otrora todopoderoso ministro de petróleo de Venezuela y expresidente de PDVSA, Rafael Darío Ramírez Carreño, quien hasta hace poco estaba contando, y cantando, ante las autoridades de los Estados Unidos todas las infidencias sobre los hechos de corrupción que se ejecutaron en la estatal petrolera.
Ramírez, quien desde hace años vive en los Estados Unidos tras declararse en rebeldía con el Gobierno de Nicolás Maduro, atacarlo por todos los frentes y señalarlo como dictador, fue notificado recientemente del expediente que le adelanta el Departamento de Justicia por el envío de millones de dólares, producto del desfalco y los actos de corrupción, a un reconocido banco portugués para evitar llamar la atención de las autoridades.
En un documento de ocho páginas conocido por SEMANA, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos convoca a las autoridades de Portugal para que colaboren con la recolección del testimonio de los directivos del Banco Espirito Santo, entre ellos, el gerente financiero, Paulo Casqueiro Murta, quien fue clave en la entrega de información privilegiada y asesoría, para que los de PDVSA abrieran cuentas y escondieron el dinero en la sede del banco en Dubai.
Murta fue el “arquitecto” del entramado. De su puño y letra salió un organigrama que explicaba la forma en cómo se debía mover el dinero mediante la compra de participaciones: todo este flujo tenía como finalidad algo que él llamaba “los tres amigos”, y entre los que estaría Ramírez y otros dos importantes directivos de la petrolera.
En todo este complejo entramado de corrupción, que terminó saqueando a PDVSA, aparece el nombre de un viejo conocido: Álvaro Pulido Vargas, el empresario colombiano señalado de ser el principal socio de Álex Saab, el testaferro del régimen, quien también está respondiendo ante la justicia de los Estados Unidos luego de un largo y accidentado proceso de extradición desde el pequeño país africano de Cabo Verde.
Pulido fue clave en el cobro de dineros para el direccionamiento de millonarios contratos de la estatal petrolera, quedándose con la nada despreciable suma de 1.500 millones de dólares.
Las pruebas son evidentes: Desde el Fondo Global de Construcción, un conglomerado de empresas fachadas con sedes en Venezuela, Ecuador y Colombia, logró mover todo el dinero del desfalco a PDVSA. Por estos hechos los federales ofrecían la extravagante recompensa de 10 millones de dólares por información que permitiera su arresto para que respondiera por lavado de activos.
Cuando las fichas del dominó empezaron a caer una por una y las primeras sentencias se ejecutaron, quienes antes eran socios y amigos buscaron la forma de salvar su pellejo y empezaron a contar todo lo que sabían. De estos testimonios se nutre el expediente contra Pulido quien hasta la fecha ha guardado silencio absoluto y se ha alejado completamente de la búsqueda de un principio de colaboración.
Lo mismo le pasó al exministro Ramírez quien empezó a recibir todo tipo de acusaciones por parte de sus exsubalternos, quienes ya manifestaron que él tenía pleno conocimiento de los actos de corrupción al interior de PDVSA y de la forma en cómo se pedían y cobraban al son los sobornos para la entrega de contratos de exploración, explotación, producción, refinamiento y transporte de de petróleo.
En el documento en el que se pide la colaboración es bastante claro cuando señala que aunque Ramírez no ha sido procesado, “las autoridades estadounidenses (...) lo están investigando por participar en este esquema” de corrupción y lavado de dinero. El caso se extiende y toca a Javier Alvarado Ochoa y Ricardo Darío Lugo Ramírez, exdirectivos de PDVSA, y quienes terminarían de completar el grupo de “los tres amigos”.
El banquero portugués que lo sabe todo
Como parte de esta trama, los exdirectivos de PDVSA -Luis Carlos de León Pérez, Nervis Gerardo Villalobos Cárdenas, Cesar David Rincón GOdoy , Alejandro Istruriz y Rafael Ernesto Reiner Muñoz- empezaron a contar todo lo que sabían para lograr beneficios judiciales y una reducción de su pena. Teniendo en cuenta las estrictas medidas de las autoridades de los Estados Unidos frente a los temas de lavado de dinero, estas personas han tenido que esforzarse y demostrar con pruebas todo lo que han dicho.
Para esto, han entregado documentación que demuestran la relación del exministro Ramírez y varios integrantes de su familia -entre ellos su hermano, Fidel Darío Ramírez, un médico de profesión que fue detenido en septiembre de 2022- en este escándalo de corrupción. La matriz de colaboración le podría traer más problemas al empresario Álvaro Pulido quien controlaba como pocos el proceso de contratación en PDVSA y se movía por las aguas turbias de la petición de sobornos y el lavado de dinero.
Mientras se construye otra etapa de esta investigación, el banquero portugués ya declaró y detalló la forma en cómo se abrieron las cuentas en el Banco Espirito Santo, las estructuras anónimas que se utilizaron para proteger los nombres de los verdaderos titulares de las cuentas, la triangulación de los movimientos en las sedes de Madeira y Dubai, así como las personas que habrían buscado su asesoría.
Los clientes venezolanos se contaban por 60. Pese a que el confirmó la existencia del grupo de ‘los tres amigos’ -que en últimas eran los destinatarios finales de las transferencias- Murta no recordó quiénes lo conformaban, desmarcándose por completo de la red de corrupción, alegando que el encargado de esta cuenta era Joao Alexandre Silva, director de la Oficina de Negocios Internacionales del Banco en su sede en Madeira, y “quien trataba directamente con los clientes”.
De Rafael Ramírez aseguró que lo identificaba como “una figura pública”, y no recuerda haber tenido contacto con él. Aunque sí reconoció su vinculación con el empresario venezolano Samark López Bello, quien varios informes relacionan directamente con los negocios ilegales de Saab y Pulido.
Por el momento, el exministro Ramírez asegura que todo esto es una artimaña en su contra para restarle credibilidad a las manifestaciones que ha hecho ante la justicia, por lo que no duda en calificarse como un perseguido político por parte del régimen de Nicolás Maduro.
En septiembre de 2022, Fideo Darío Ramírez fue capturado por este escándalo de corrupción. Igualmente, personas cercanas a Ramírez relacionadas con las empresas Petrosaudía, PetroMarine Energy Serives, Wilmer Rupetri
El empresario colombiano, quien tomó las banderas y continuó los negocios de Saab, tuvo una participación activa en este fraude millonario, ejecutando el desvío de los fondos de la venta de petróleo con exportaciones ficticias.