La vida constantemente nos entrega resultados de nuestros actos. Lo que no hacemos de buena forma siempre tiene oportunidad de mejora. Pero también aquellas cosas que hacemos bien deberían ser reconocidas y replicables.
En Colombia, suceden cosas extraordinarias, esas cosas que nos ponen felices, que nos dan esperanzas, y por qué no, que nos permiten soñar con un presente y futuro mejor. Instituciones, fundaciones, organizaciones, entes gubernamentales y las mismas personas del común logran cosas maravillosas día a día.
Una de las buenas noticias con la que este 2024 comienza es el Índice de Desnutrición Crónica, realizado por la Fundación Éxito. ¿Por qué les cuento esto? Porque da esperanza.
Este índice, desde lo técnico, es un ejercicio estadístico que agrupa y resume el comportamiento de 14 variables cuyos datos se obtienen de fuentes oficiales y que, según los expertos en la materia, pueden considerarse determinantes sociales de la desnutrición crónica. Sus resultados nos permiten comprender cuáles son los territorios del país en los que es más probable que se dé este fenómeno en los niños y niñas menores de cinco años.
Desde los resultados, es mi primera intención compartirles lo bueno, ya que esto es lo que necesitamos replicar y tomar como ejemplo a seguir; para proteger y mejorar el presente de los niños y niñas de Colombia.
En este ejercicio se resaltan municipios con un desempeño más alto de lo normal. Estos territorios se encuentran en la zona central del país, en departamentos como Antioquia, Quindío, Huila, Santander, Boyacá y Cundinamarca. Se destacan también Atlántico y Sucre, de la región Caribe, y otros en zonas que albergan grandes centros económicos e industriales, como es el caso del Valle del Cauca.
Varios de estos territorios presentan un PIB per cápita superior al promedio nacional, y es muy probable que sus dinámicas económicas y estructurales incidan de manera positiva en las condiciones de bienestar de sus pobladores. Igualmente, la capacidad de respuesta de sus instituciones, lo cual les permite brindar una mejor oferta de servicios en temas de salud o apoyo social, situación que a su vez se ve reflejada en un mejor comportamiento de los indicadores que hacen parte de este importante índice.
En aquellos municipios en donde se presentan dinámicas económicas más fuertes y niveles de desigualdad menos elevados, el desempeño del IDC (Índice de Desnutrición Crónica) es bastante positivo. El Dane define la pobreza monetaria extrema como la falta de recursos económicos suficientes en un hogar para adquirir una canasta básica alimentaria que le provea a sus miembros el mínimo requerimiento calórico para subsistir. Por ende, en los lugares en donde se presentan altas prevalencias de pobreza monetaria extrema, existe al mismo tiempo un alto riesgo de aparición del fenómeno de la desnutrición crónica en los niños y niñas.
La movilidad es otro indicador visto en el IDC. Departamentos como Sucre y Atlántico logran un repunte importante en las condiciones de bienestar que mide esta herramienta en un periodo de tan solo doce meses. Esta tendencia de recuperación se hace más compleja en otros territorios como en Chocó y Amazonas, que durante años han tenido a un número importante de sus municipios ubicados en las categorías más bajas del índice y que con el pasar del tiempo no logran ningún tipo de mejoría en la clasificación.
Si bien hay esperanza, también hay preocupación por los territorios que no mejoran en un año o que llevan varios decreciendo en el IDC. El caso del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es uno de ellos y requiere urgentemente atención y acciones.
Encontramos acá pistas por dónde pueden venir los cambios y modelos a seguir para que lo que hacen bien algunos de estos departamentos y municipios de Colombia lo podamos replicar en los que el IDC no muestra buenos resultados.
El ejemplo a seguir es aquel que nos permita cambiar, transformar. Necesitamos acciones creíbles que permitan mejorar lo que no viene bien y podamos tomar decisiones a tiempo y acertadas por nuestra niñez.
Esto no es para hacer en una parte de Colombia, sino en TODO el territorio nacional. Estamos a tiempo, el año apenas comienza y podemos lograrlo con la voluntad y cooperación de las partes.