La sal es uno de los alimentos más utilizados en las cocinas de las familias colombianas y de las de diferentes partes del mundo, ya que es el encargado de potenciar y dar sabor a la comida. Es un ingrediente muy sencillo de encontrar, pues en cualquier tienda o supermercado de barrio se puede conseguir.
Esta sustancia química compuesta por la unión de iones con carga positiva (cationes) e iones con carga negativa (aniones), es denominada “sal de mesa”, formada por aniones de cloruro y cationes de sodio (cloruro sódico, NaCl). En la actualidad, a la sal de mesa se le suelen añadir otros elementos como yodo o flúor, los cuales ayudan a prevenir ciertas enfermedades.
Sin embargo, el consumo en exceso de sal suele estar asociado con la insuficiencia renal, ya que una de las funciones más importantes de los riñones es la de filtrar el sodio, sacándolo del cuerpo en la orina, pero cuando los riñones se dañan, no pueden filtrar tan bien como cuando están sanos y esto puede hacer que el sodio permanezca en el cuerpo y haga que la presión arterial suba, según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.
De acuerdo con la plataforma Animal Gourmet, estas son algunas de las complicaciones que una persona puede padecer si no se consume la sal con moderación y en pequeñas cantidades dentro del organismo:
- Deshidratación: es uno de los efectos casi que inmediatos de consumir sal en exceso. Genera resequedad en la boca y garganta debido a las grandes cantidades de sodio que posee este alimento. De hecho cuando una persona tiene niveles elevados de sodio, podría detectársele hipernatremia. Por lo que, lo ideal será el consumo de abundante agua.
- Aumento de peso: un estudio de la Universidad de Deakin en Australia, citado por la fuente, “encontró entre las personas estudiadas que consumir sal en exceso puede llevar a desear y comer más alimentos con exceso de grasa”.
- Retención de líquidos e hinchazón: un efecto preocupante de la sal en exceso es la retención de líquidos en el estómago, pies y manos –áreas más afectadas–, según un estudio en The American Journal of Gastroenterology, causando incomodidad, movilidad limitada y, en algunos casos, dolor.
- Acné y daños en la piel: “un estudio encontró que de 200 participantes aquellos que presentaban acné consumían una alta cantidad de alimentos salados mientras que aquellos con cutis saludable tenían niveles normales de sodio”, precisó Animal Gourmet.
- Dolor de cabeza: de acuerdo con un estudio de la revista BMJ, citado por la plataforma, aquellos participantes que consumían alimentos con alto contenido de sodio tenían un tercio más de sufrir dolores en esta área.
- Hipertensión: la ingesta alta de sodio se asocia con un mayor riesgo de desarrollar presión arterial alta a largo plazo, según expertos.
A su vez, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca, cáncer de estómago y enfermedades renales también han sido asociadas a la ingesta en exceso de este sodio.
¿Qué tipo de sal tiene menos sodio?
En el mercado existen diferentes tipos de sal entre los que podemos elegir para sazonar nuestros platos. La más saludable es la que tiene menos cantidad de sodio. Según la técnica de extracción, zona geográfica, composición, textura o color, podemos encontrar diferentes tipos. La sal refinada o común es la más utilizada. Está compuesta por cloruro sódico, entre el 97 y el 99 %. Al estar tan refinada no contiene impurezas y es pobre en nutrientes.
Por su parte, la sal marina se extrae con la evaporación del agua del mar, no está refinada y posee más oligoelementos y minerales. Además, es rica en yodo, lo cual es positivo para el organismo. La flor de sal marina contiene un 10 % menos de sodio que la sal común.
Asimismo, la sal rosa del Himalaya también tiene menos sodio, pero contiene otros minerales como el magnesio y potasio. La sal céltica o sal gris también es baja en sodio y rica en otros minerales. Existe también la denominada sal light o de bajo contenido en sodio, que contienen un 50 % menos de sodio.
Por último, la sal de potasio no tiene sodio (o en muy poca cantidad). Sin embargo, aunque este tipo parezca una solución al exceso de sal, su uso debe ser recetado por un facultativo médico. Solo debe usarse cuando se tienen ciertas enfermedades porque puede provocar un exceso de potasio en la dieta.