Durante el segmento Impacto y rentabilidad: nuevos esquemas de financiación para el desarrollo, los expertos y representantes de las entidades financieras profundizaron en la importancia de promover desde la banca la inversión y financiación a iniciativas de sostenibilidad e impacto social.
Todos coincidieron en que el mercado financiero cada vez está movilizando más recursos para el desarrollo sostenible, debido a las oportunidades de rentabilidad para las empresas.
Para Clemente del Valle, director del Centro Regional de Finanzas Sostenibles de la Universidad de los Andes, durante los últimos seis años, el sector financiero ha dado grandes pasos en este tipo de inversión, pues “han entendido la sostenibilidad más allá de la responsabilidad social, sino como una estrategia de crecimiento con efectos a largo plazo”.
“El factor transformador y disparador de las finanzas sostenibles son las metas ambiciosas a nivel mundial. Estamos hablando de recursos cercanos a los cuatro y cinco trillones de dólares anuales que deben ser invertidos por parte del sector público y privado”, detalló Del Valle.
El experto señaló, además, que, debido a las consecuencias de la pandemia, se identificó la necesidad de buscar esquemas creativos que canalicen los recursos del sector privado, por lo que actualmente las estrategias de sostenibilidad se configuran no solo como una respuesta al impacto ambiental, sino como una oportunidad de valor en términos económicos.
Asimismo, añadió que los bonos asociados a la sostenibilidad son un ejemplo claro de cómo el sector financiero se ha sumado a las metas de mitigación del cambio climático, que en el caso de Colombia “superaron en el 2022 la meta del trillón de pesos en inversiones de este tipo de bonos”.
Inversión verde
Los representantes de las entidades financieras compartieron algunas de las iniciativas con impacto verde que están desarrollando. David Pacheco Zea, director de Sostenibilidad de BBVA en Colombia, señaló desde el banco uno de sus seis objetivos estratégicos en la sostenibilidad, con el fin de “acompañar a los clientes en una transición hacia una economía verde y más justa”.
Zea precisó que desde 2020 empezaron a trabajar en Colombia “con una meta de movilización de 592.000 millones de pesos y al cierre de este año, esperamos llegar a 6.5 billones de pesos”. Añadió que la ambiciosa meta se debe a que para ellos cada vez es más evidente la necesidad de las empresas de invertir en proyectos que reduzcan su huella de carbono y mejoren su eficiencia energética e impactos sociales”.
Por su parte, Ximena Trujillo, directora ejecutiva del Fondo Inversor, iniciativa que surgió hace 15 años como el primer fondo para “inversión de impacto en Colombia”, destacó que sus líneas de trabajo han sido la inversión de capital privado, así como el impacto social a través de proyectos de pago por resultados.
Trujillo enfatizó en que el objetivo de Inversor siempre ha sido “acercarse a segmentos desatendidos cómo las pymes que mueven el 90 por ciento de la economía del país y que hace años tenían menos posibilidad de sacar adelante sus modelos de negocio”.
Finalmente, frente a los retos del sector, advirtió que hay que seguir educando y generando conciencia sobre la sostenibilidad, puesto que ya existen primeras mediciones que apuntan a que “los Objetivos de Desarrollo Sostenible no están llegando a las metas planteadas”.