Los pobladores de Unión Peneya y el cantante Juanes recibieron este lunes el Premio Nacional de Paz.
En la mañana del domingo 4 de enero de 2004, la misa fue interrumpida por sonidos de helicópteros. El pueblo entero tuvo que huir.
Unión Peneya es un pueblo de unos 3 mil habitantes, ubicado en zona selvática de Caquetá. En la madrugada del 4 de enero de 2004, tuvieron que huir. La guerra estaba al pie de sus casas y amenazaba sus vidas.
Al cabo de tres años y 23 días, los habitantes de Unión Peneya regresaron por iniciativa propia a sus viviendas, después de haberlas dejado ante la amenaza que les significaba tener la guerra muy cerca.
Todavía faltan muchas cosas en el pueblo. Es necesario tener más inversiones en salud, educación y vías. Eso es lo que le piden ahora al Estado, el mismo por el que sienten alguna desconfianza, pues la sensación es que por mucho tiempo los dejó abandonados.
La banda del pueblo se volvió algo así como un símbolo de esperanza y progreso. Todas las tardes, muchachos de 10 a 15 años ensayan en un potrero. Estos jóvenes dan muestra de que es posible salir adelante sin armas, a pesar del acoso de la guerra.
"Queremos ser un ejemplo de paz, sobre todo para otros pueblos que han sufrido el fenómeno del desplazamiento forzado", dijo Abelardo Ortiz en su discurso al recibir el Premio Nacional de Paz. Su frase, el sitio y el momento en que la dijo, no fue más que una corroboración de lo que, según dijo, siempre pensó el pueblo cuando intentaba reorganizar su vida: “cuando se quiere, se puede”.
Haber vuelto cuando aún su territorio es centro de operaciones de guerrillas y militares, merecieron el Premio Nacional de Paz 2009.
Abelardo Ortiz, presidente de la Junta de Acción Comunal de Unión Peneya, dijo en su discurso este lunes que no fue fácil salir de su pueblo natal, y mucho menos regresar a un sitio azotado por la guerra.
La presencia de las Farc generó, por un lado, un imperio del terror y, por otro, la estigmatización de todos sus habitantes. En los tiempos en que las Farc eran las que imponían las normas en Unión Peneya, la coca se puso de moda. Se volvió en la mejor mercancía y en moneda.
Unión Peneya se creó en 1969 cuando 20 familias, a punta de machete, madera y paja, construyeron el pueblo en un sitio a donde no había llegado el Estado. Al poco tiempo, llegó la guerrilla y se convirtió en la única autoridad a lo largo de 30 años.
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