Ese escándalo puede llegar a traducirse en cambios en el reglamento del Servicio Secreto. Hasta ese episodio la vida sexual de los agentes no había sido incluida en la normatividad de la agencia. Por eso, algunos de los destituidos están demandando al Estado porque no estaba prohibido. Las autoridades no han sabido cómo tratar el caso de un agente soltero que pasó unas semanas en Cartagena como parte de la avanzada, conoció a una niña que no era prostituta, se enamoraron y se instalaron en el hotel. Como el peligro de infiltración era igual con ella, la definición sobre su caso está pendiente. Se está pensando en establecer prohibiciones como sucede con los deportistas, a quienes no se les permite tener relaciones sexuales antes de competencias importantes.