En la reunión ofrecida por el industrial Carlos Ardila Lulle a las Fuerzas Armadas, cuando algunos invitados felicitaron al ministro de Defensa por el comienzo lírico de su intervención, éste les respondió que, en el fondo aspiraba a pasar a la historia más como poeta que como general. Confesó que no dejaba un sólo día sin dedicarle unos minutos a escribir poesía, y que tenía terminados ya dos libros inéditos y que su mayor orgullo en este campo eran siete poemas que había escrito a cada uno de sus siete hijos al nacer.