¿Son ‘GenX’ o ‘millennials´? Esta generación no se identifica con esos rótulos

Todo iba de maravilla para esos nacidos al inicio de los 80, del VHS pasamos al DVD, los casettes se grababan con las canciones favoritas que se escuchaban en la radio. La emoción de esperar una nueva película de hacía más intensa con una próxima cita a la sala de cine, un plan que se vivía en familia.

Los viajes se hacían por tierra y pocos eran los que llegaban con historias de cómo estaba la tensión política en Estados Unidos y la Unión Soviética, o el clima en la Alemania Federal. Para una llamada había que encontrar una cabina telefónica o desde la casa, el cable del aparato tenía que tener varios metros o, de lo contrario, solo era posible tener la conversación en el teléfono situado en la sala o el comedor.

La televisión era local, algunos pocos programas gringos eran retransmitidos después de varias temporadas de su emisión original. Pero a partir de los 90 todo eso cambió. La música se llevaba a todas partes en el celular, el internet irrumpió y se tomó las comunicaciones. Los amigos perdidos de tiempo atrás se unieron a grupos de Facebook y Whatsapp. Toda una generación acabó metida en ese sándwich tecnológico donde lo análogo le dio paso a lo digital.

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No son ‘Generación X’ porque su infancia y adolescencia la vivieron lejos de los cambios políticos de la época. Pero tampoco son completamente ‘millennials’, pues aunque son grandes profesionales, no están en ‘la nebulosa’ de vivir viajando, así que casarse, tener hijos, comprar vivienda, siguen siendo prioridades dentro de su proyecto de vida.

En un artículo de Business Insider escrito por Marleen Stollen y Gisela Wolf, de Business Insider Alemania señala que los nacidos entre 1977 y 1985 pertenecen a la microgeneración de los ‘Xennials’, un juego de palabras de las grupo generacional que los antecede y precede en estos años.

La cualidad de estos individuos que no son tan jóvenes hoy día, pero que tampoco son adultos tan maduros, es que tienen el cinismo de la generación X pero el optimismo de los llamados ‘millennials’. “Nací en 1980. Algunos dicen que por eso pertenezco a la Generación X, mientras otros creen que esto me hace una millennial y también soy parte de la generación Y, un estado frustrante de asuntos para quien como son como yo, prefieren que las cosas sean claras”, escribe la autora.

Para ella, todos los nacidos entre 1977 y 1985 conocen este problema, en esos 9 años, no es suficiente para calificarse por separado en una de las dos generaciones, pero al mismo tiempo, por haber nacido en esa época muchos sienten que tienen cosas de una y otra etapa. Y tienen toda clase de razones para pensar de esa manera.

“Los llamados Xennials, nacidos en los inicios de los 80, tuvieron una infancia análoga y una adultez digital”, explican. El término se ha atribuido erróneamente y por años al sociólogo australiano Dan Woodman, pero la autora Sarah Stankorb clama que fue la primera en asociar el término en su ensayo para la revista ‘Good’, por el año de 2014. Sin importar de dónde haya salido la palabra, estos son algunos de sus rasgos.

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Jugaban en exteriores y no ‘texteaban’ a sus amigos

Como pasaba con los ‘GenX’, cuando niños los Xennials jugaban fuera de las casas con sus amigos, se inventaban sus propios juegos, mucho antes del advenimiento de las primeras consolas de video. Se hicieron pulseras de macramé para sus mejores amigos y se escribían postales.

Los encuentros no se coordinaban por mensajes de texto, chat o Whastapp. Tocaba tirarse papelitos, llamar a las casas o presentarse con los padres de los amigos para avisarles que irían a jugar.

Mucho antes de ‘Anatomía según Gray’, los ‘Xenn’ se pasaron la tarde mirando las repeticiones y los capítulos nuevos de ‘ER’, la serie donde alguna vez actuó el famoso George Clooney.

Los Xennials usaron Hotmail, pero también las redes sociales, cuando estas aparecieron

Entonces aparecieron los primeros celulares. Finalmente los ‘Xenn’ empezaron a conectarse con los amigos sin tener que pedir permiso a sus padres primero. Con alegría se empezaron a enviar mensajes de texto. Eso dejó una tremenda cuenta en la factura del servicio de celular, a la cual tocaba responder a los padres.

“Nuestros primeros computadores fueron Intels, 286 o 486 o Commodore Amiga, y la primera generación de juegos venían en disquetes tres y medio. Todos se jugaban con el teclado o un control. Cómo amé jugar los Juegos de Invierno o Príncipe de Persia”, escriben las autoras.

Las primeras cuentas tenían la dirección terminada en hotmail.com. Y hay que recordar aquellos modems que se usaban en esa época. En estos días, utilizamos las redes como si hubiéramos nacido con ellas. Pero también podemos recordar cómo era la vida cuando no existían.

Los Xenn crecieron sin el estrés de estar constantemente fotografiados, grabados en video o localizados digitalmente. Las fotos de la infancia nunca fueron posteadas en Facebook. Los nacidos cerca al 80 no son depresivos como los Gen X o demasiado optimistas como los ‘millennials’

La infancia de los Xenn fue pacífica. La Guerra Fría que aterrorizó a la Generación X ya estaba a punto de acabar cuando llegaron los nacidos cerca a los 80. Eso no les preocupó tanto como a los de GenX. Claro, estos Xennials vieron cómo se desarrolló la Guerra del Golfo, el conflicto en los Balcanes pero de alguna manera fueron hechos que se desarrollaron a la distancia. Y parecía poco en comparación a la Guerra de Afganistán que está muy presente en los recuerdos de los millennials.

La preocupación más importante de los Xenn era el conflicto entre si usaban los zapatos Buffalo o los tensi para patinadores. O si era mejor banda Oasis o Green day. De acuerdo al profesor Woodman, de la Universidad de Melbourne, los rasgos típicos en la sicología de un Xennial parece que está en medio de un millennial o un GenX. En otras palabras, los Xennials no son depresivos pero tampoco optimistas en exceso. Ellos mantienen un balance óptimo.

“Al considerar todas estas cosas, parece que no es tan frustrante estar en un sándwich en la mitad de ambas generaciones. De hecho, ahora puedo decir que estamos hechos para nacer en el tiempo perfecto”, concluyen las autoras.

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