Sus escuelas de formación benefician a niños y jóvenes del país. | Foto: Cortesía La Equidad

FÚTBOL

En las escuelas de La Equidad, el fútbol es una filosofía de vida

En las escuelas del Club Deportivo La Equidad Seguros se les enseña a más de 20.000 alumnos que el fútbol es más que un deporte.

1 de enero de 2018

Es un interrogante habitual. Se repite en todas las casas del país. Los padres preguntan a sus hijos (o hijas): “¿Qué te gustaría ser cuando crezcas?”. Y es muy probable que la respuesta sea: “Futbolista, como James”. Pero lograr que ese sueño se realice tomará tiempo, mucha disciplina, esfuerzo.

El Club Deportivo La Equidad Seguros, que ha hecho del fútbol el camino ideal para expandir la filosofía cooperativa en Colombia, quiere, justamente, ser el medio para que esos soñadores lleguen a las canchas profesionales. Hoy, con sus escuelas de formación, apoyan a 20.000 niños y jóvenes de todo el país para que puedan lograr su meta.

Desde su fundación en 1982, el club ha enfocado su sentido social en la enseñanza del balompié a niñas, chicos y jóvenes. Allí los educan, les explican que este es un deporte que exige entrega, madurez, trabajo en equipo, solidaridad y, especialmente, mucho amor y respeto por el balón. La Equidad cuenta con 11 escuelas de formación propias, diez en Bogotá, una en Zipaquirá y 21 convenios con cooperativas a nivel nacional.

Cada una de estas escuelas quiere preparar seres íntegros, por eso los jugadores y jugadoras deben respetar las normas establecidas, mantener excelentes resultados académicos y ser difusores de los valores de La Equidad dentro y fuera de las canchas. Deben tener una mentalidad ganadora, pero basada en el juego limpio, la sana competencia, el sentido de pertenencia, la autocrítica, la disciplina, la puntualidad, la tolerancia y la autosuperación, proyectando así la esencia de la institución: “Servir con valores es ganar”.

Pero no solo depende de los chicos y de la academia, en este proceso tienen gran relevancia los padres de familia. El acompañamiento constante a sus hijos en los entrenamientos, los partidos y demás actividades, afianza los lazos familiares.

Estas escuelas de formación les ofrecen a sus pupilos grandes posibilidades de continuar con su carrera profesional. Los niños que entrenan en ellas son observados periódicamente por cazadores de talento que postulan candidatos a integrar las fuerzas básicas del club, lo que representa una gran motivación, si se tiene en cuenta que este es el último escalón antes de llegar a ser profesionales y así, poder vestir la camiseta que hoy llevan Carmelo Valencia o Cristian Bonilla; y por qué no, luego ponerse la amarilla.