Bailar y resistir

“Lo que hacemos en vida resuena en la eternidad”, dijo Máximo Décimo Meridio, en la película Gladiador. Y sí, a partir de esta consigna decidí, desde que cursaba mis estudios universitarios en Cartagena, que no debía pensar con una mentalidad atada a lo local, que debía pensar como gente del mundo -sin fronteras- porque eso es lo que somos.

Haber nacido en la Cartagena del Caribe, donde se tutea, se abraza cálidamente y se piensa que el recién conocido es amigo de toda la vida, me inspiró para crear algo que me llenara, que me uniera a la esencia humana, algo que dejara una huella y beneficiara a muchos.

Es de esta forma que nació InsightDproject (IDP): una iniciativa que reconoce la danza como una herramienta de expresión, autodescubrimiento, y construcción y reconstrucción de vida para niños que viven en zonas marginadas o en conflicto alrededor del mundo.

El proyecto involucra bailarines, coreógrafos, productores, músicos y psicólogos. Ellos, en cada una de sus especialidades, intervienen psicosocialmente una comunidad a través de las artes, en general, y, especificamente, a través de la danza. El objetivo es que el movimiento despierte emociones, fantasías y sensaciones entre niños y jóvenes; que ellos encuentren en la danza una forma de escapar de sus contextos o, mejor dicho, de enfrentarlos.

También le puede interesar: Construyendo país por medio del baile

Y esta tarea, claro, no ha sido fácil, pero sí muy satisfactoria. Por medio del trabajo en campo y de las ayudas digitales hemos conectado al mundo para beneficio de muchas comunidades, incluyendo a Colombia y a Cartagena, claro. En esta última, precisamente, hemos grabado dos pilotos sobre el proyecto: en el barrio Olaya Herrera y en el corregimiento de Mahates. Siempre vuelvo a mi ciudad.

IDP ha unido a bailarines de distintos países, estilos de danza y culturas, lo que ha sido un desafío enorme y un gran privilegio: ver que tienes frente a ti una obra de arte de carne y hueso, una persona que hace arte con su cuerpo, que se embarca por momentos en mundos creados por él mismo y que, solo a través de sus movimientos, puede hacerte ver, y que, además, ayuda a otros a conectarse con su entorno y superar sus contextos sociales. Eso es increíble.

Creo que la finalidad de todo este proceso que llamamos vida es la felicidad. Y para mí la felicidad es Cartagena -sus calles y callejuelas; su olor a mar, a sol, acompañado de ese tinte de nostalgia-, y la felicidad, también, es la danza. Gracias a IDP he unido las dos y eso, seguro, resuena en la eternidad -por lo menos en la mía-.

* Fotógrafo cartagenero y fundador de InsightDproject